David Gutiérrez, para servirle.

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     Thomas no le quitó los ojos de encima a la pantalla en donde se podía ver a Lorena en el cuarto de metal, caminando de un lado a otro, mordiéndose las uñas. El pelinegro se enfocó principalmente en las sábanas.

     —Es una buena señal —dijo en voz alta cuando escuchó que su hermano abría la puerta de entrada—, ¿no? —Giró su cabeza hacia él. Christian sostenía un par de paquetes de toallas sanitarias en las manos, una morada y otra rosa. Thomas se preguntó si el color significaba algo o si  sólo era porque "se veían bonitas".

     — ¿Por qué?

     —Significa que no está embarazada, o que acaba de tener un aborto.

     —No lo está ni lo ha estado, ¿por qué debería? Siempre procuro usar protección... —Como se quedó callado unos segundos, Thomas pensó que estaba razonando lo mismo que él pero en cuanto volvió a abrir la boca se dio cuenta de que no era así—. Menos la primera vez que estuvimos juntos.

     —Yo nunca uso con ella. —Lo divertido de aquello es que Christian no estaba al tanto de que su hermano no podía tener hijos.

     —Sé que has abusado de ella y, aunque no me agrade, lo soporto... Pero debes usar condones, ¿qué pasaría si la dejas embarazada? No quiero que el bebé tenga tu horrible rostro.

     —Creía que me considerabas atractivo... —Nunca pararía de burlarse por eso.

    —Hablo en serio, ¿qué haríamos si quedara embarazada?

     —Matamos a Lorena y a su hijo. —Se encogió de hombros restándole importancia al asunto.

     — ¿Matarías a tu propio hijo? —Thomas se puso de pie para acercarse a su hermano.

     —Maté a nuestro padre, ¿tú qué crees?

     —De verdad eres un psicópata. —Lo miró de arriba abajo.

     —Si Lorena quedara embarazada de mí, o de cualquier otro, ¿qué harías? —Thomas lo retó con la mirada. Christian pensó antes de responder.

     —Lo criaría como si fuera mío. —El pelinegro no pudo evitar soltar una carcajada ante aquella afirmación. Le dio unos golpecitos a su hombro antes de alejarse. Christian se quedó parado en el mismo lugar por un rato antes de bajar al sótano. 

     Decidió subir a Lorena a su habitación, esa vez la amarró con una cadena a la pata de la pesada cama, así no podría desatarse sin la llave del candado. Lo más lejos que el objeto de metal llegaba era al baño, y eso para que ella pudiera ir cuando quisiera sin necesidad de estarla soltando todo el tiempo.


     Una semana después Christian le informó a su hermano con una gran sonrisa que la joven ya no estaba menstruando.

     —No me interesa. —Susurró el mayor. Mentía, esperaba con ansias que ella terminara de estar en esos días para poder abusar de nuevo de ella e, irónicamente, hacerla sangrar.



     Un mes después de estar buscando alguien que construyera su futura casa, logró encontrar a un sujeto en internet llamado David, lo visitaría después, en ese momento estaba de buen humor, entró a la habitación de su hermano sabiendo que él se encontraba fuera por asuntos del trabajo.

     — ¿Q-Qué haces aquí? —Preguntó Lorena cerrando el libro al instante en el que él puso un piedentro del cuarto. El pelinegro sonrió al ver cuán nerviosa se ponía al verlo.

Christian y Thomas #2 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora