Cuando llego el niño Lucero simplemente quedo en un estado catatónico, el niño se parecía mucho a Fernando, no había duda alguna que era su hijo. Como se habían saludado era simplemente otra prueba fehaciente de que eran padre e hijo. Ahora ella ya no sabía cómo reaccionar, estaba molesta cuando debería de haber estado feliz de saber que ella podría ser libre de cualquier compromiso con él. Pero no podía estarlo, se sentía de alguna manera robada, ¿robada de que o de quién?Fernando nunca había sido algo de ella, a pesar del supuesto compromiso.
- Lucero te presento a Daniel, él es hijo de Samira y yo lo quiero como si fuera mi hijo. – Fernando jugueteaba con Daniel mientras le sonreía a Lucero.
- ¿Como si lo fuera? – la pregunta salpicada de ironía que lanzo Lucero fue lo bastante obvia como para que tanto Fernando como Samira se dieran cuenta. Samira se incomodó pero Fernando, hizo un gesto a Samira para detenerla cuando vio que le explicaría las cosas a Lucero.
- ¿Te importaría si realmente lo fuera? – la pregunta de Fernando era directa, y Lucero aun no tenía respuesta, se estaba haciendo esa misma pregunta una y otra vez, desde que vio a entrar a ese niño por la puerta y aun no podía obtener la respuesta que quería.
- ¿Te vas a quedar muchos días aquí? – Daniel interrumpió y Fernando dejo de mirar a Lucero, después hablaría con ella, a solas.
- Solo hoy y mañana porque tengo mucho trabajo.
- ¿Mami puedo faltar mañana a la escuela?
- Ya lo veremos jovencito. – tratando de suavizar el momento Samira dijo, - Bien, vamos a comer.
- Muchas gracias pero nosotros nos detuvimos a comer algo en el camino, ¿te molestas si nos pasamos a la recamara?
- Claro que no, ya sabes el camino, está de más decir que estás en tu casa – Samira le sonrió a Fernando y llevo a su hijo a comer.
Fernando fue por las cosas al carro y después regreso a la casa, le pidió a Lucero que lo siguiera y entraron en una habitación. Fernando le mostraba el lugar como si estuviera totalmente familiarizado con él y Lucero seguía seria. Fernando sonriendo, se acercó a Lucero, ella trato de sacarle la vuelta haciendo como que acomodaba su pequeña maleta pero Fernando le detuvo por el brazo y quitándole la pequeña maleta le dijo,
- ¿Todo bien? De pronto te noto algo seria, ¿hice o dije algo que te molestara? – Lucero con su mirada esquiva solo lo negó con su cabeza e intento moverse de ahí pero Fernando no se lo permitió y ella volteo a verlo, - ¿te sientes bien?
- Si estoy bien, no es nada solo un poco de dolor de cabeza. – Lucero se movió en el momento en que Fernando la soltó, se dio cuenta que ella no le diría nada y él tampoco pensaba aclararle nada por el momento. Pensaba divertirse un poco más, con lo que parecían ser ¿celos?
- Bien, si es eso, entonces cuando se te pase el dolor de cabeza te pediría que fueras más amable con Dany él no tiene la culpa de que tú te sientas mal, o que estés molesta conmigo.
- Te prometo que en cuanto mire a ¿cómo dices que se llama? – Lucero trataba de fingir no darle importancia a la situación, pero presentía que no lo estaba consiguiendo.