Dedicado a: nereamuser
Abrí mis ojos y sentí un dolor terrible en mi cabeza, levanté la vista y estaba en una habitación, como una sala de interrogatorios. Había un foco encendido en el techo que solo me iluminaba a mi, al frente había un cristal que ocupada toda la pared, y podía mirar mi reflejo. Sentí que mis manos estaban atadas a una silla, al igual que mis pies, cuando intenté levantarme. ¿Dónde estoy? Me pregunté. Escuché el sonido de una puerta abrirse a mi lado izquierdo, giré mi cabeza tratando ver de quién se trataba pero la luz del foco no llegaba hasta ahí así que no veía nada.
Escuché que cerró la puerta, veía la figura de alguien pero no podía ver precisamente su rostro. Éste dio un paso hacía adelante hacía la luz y era un hombre. Calvo y alto, llevaba ropa de militar y me miraba con disgusto. Sus manos las tenía detrás, daba un paso cada tres segundos hasta que llegó al frente mío. Me miró con el ceño fruncido, yo no lo miraba como si tuviera miedo, aunque si lo tuviera, guardé mis preguntas en lo profundo de mi mente y lo miré tal como él me miraba.
-¿Quién eres? Y ¿Qué tienes que decir?-preguntó amenazante, lo observe de pies a cabeza y los músculos le sobresalían, era un poco más musculoso que Abraham.
-No tengo nada que decir-dije sin interés. Él bufó, pero no preguntó nada, miro al suelo por unos segundos y luego comenzó a caminar alrededor mío.
-Dime ¿Porqué nos seguías?-preguntó mientras pasaba por detrás de mí. Me sentí confundida por esa pregunta, como vio que no respondía volvió a preguntar- ¿Quién eres?-preguntó igual de amenazante y acentuando la palabra "Quién" mientras otravez quedábamos cara a cara.
-No los seguía-respondi en susurro. Él me miró con enojo y desconfianza.
-Éstas muy bien entrenada, dime... ¿¡Trabajas para Claudia!?-me grito utilizando su voz de militar y daba otra vuelta alrededor mío.
Abrí los ojos de par en par al oír su nombre ¿Como conocía a Claudia? ¿Eran enemigos?. Terminó de dar esa vuelta a mi alrededor y otravez quedamos cara a cara.
-¿Que? ¿Conoces a Claudia?--pregunté.
-Ella te envió ¿no?-dijo acercando su rostro al mío.
-Por supuesto que no-dije molesta.
-Mientes-dijo él con un tono de decepción y alejandose de mi rostro.
-¡No miento!-grité enojada.
-¡Callate! Ahora... Dime ¿Quién eres?-preguntó.
-____(tn)-respondí fría. Él saco una leve sonrisa.
-La chica... mencionó tu nombre-dijo caminando de un lado a otro tratando de recordar algo.
Lo primero que pensé fue en Natalie, ¿Ellos la secuestraron? Lo miré atenta.
-¿Qué chica?-pregunté.
-Dijo que se llamaba Natalie... ¿La conoces?-preguntó, asentí con la cabeza.- entonces cuéntame tu historia para saber si coincide con la de ella.
Estaba segura que no podía mentir, no quería mencionar a mi grupo y peor a Daryl. Estuve segundos callada tratando de inventarme algo. Trague saliva y hablé:
-Estaba siguiendo a unas personas que encontré por el bosque... -dije pero se dio cuenta que mentía.
-¡Mientes!-gritó dandome una bofetada. Traté de no hacer ninguna mueca de dolor. -Di la verdad-dijo molesto. Lo miré a los ojos pero me quede callada-Ok-dijo y sacó un cuchillo.
Por dentro moría de miedo pero por fuera trataba de demostrar que no me importaba. Acercó su cuchillo a mi cara mostrándome lo cuán filudo estaba.
-Voy a safarte pero... Si intentas algo estúpido te clavaré esto en la cabeza-dijo amenazante. No dije nada ni hice ningún movimiento.
Me puso una bolsa en la cabeza que me evitaba ver, cortó las sogas de mis muñecas y de mis pies de la silla. Me levantó bruscamente de mi brazo y me llevó a rastras a algún lado. Escuché que abrió una puerta y me tiró dentro de está, haciendo que me golpeara contra el suelo.
-¡Habla con tu amigita y arregla las cosas con ella!-me gritó. Seguido eso cerró la puerta de golpe y sentí que alguien vino a mi lado a ayudarme.
Me quité la bolsa de la cabeza y era Natalie. Estaba asustada y parecía que había llorado. Me quedé sentada en el suelo y ella me miraba preocupada.
-¿Natalie? ¿Qué haces aquí?-pregunté preocupada ella no respondió y una lágrima le cayó por la mejilla- ¿Porqué escapaste?.
-Quería estar apartada un poco de todos... Fui por el bosque pero ellos me raptaron...-dijo mientras otras cuantas lágrimas le caían por el rostro.
Ella miraba el suelo y se sentía culpable. Puse mi mano en su hombro.
-Esta bien, ahora tenemos que salir de aqui-dije. Ni yo me creía lo que había dicho, ni siquiera sé si hay una salida.
Natalie estaba en una de las esquinas de la habitación y yo también. Ella se sentía culpable pero por lo menos la encontré y sé que no está muerta, después la puerta se volvió abrir y el mismo hombre que me trajo aquí, se acercó peligrosamente a Natalie y la agarro del brazo y comenzo a llevársela. Ella intentaba safarse pero el hombre era demasiado fuerte.
-¡No!-grite corriendo hacia ella pero el hombre se la llevó y me cerró la puerta-¡Natalie!-grité golpeando la puerta. Como nadie me habría di un patazo a la puerta.
Me paseé por toda la habitación estresada y preocubada por lo que le harían a Natalie pero por otro lado tenía millones de preguntas sobre ellos y su conexión con Claudia. Estoy segura que son enemigos pero ¿porqué?. Han pasado dos horas y ella no regresaba. La puerta se abrió y entraron tres hombres, incluyendo al militar que me había interrogado, los otros dos hombres se pararon en los costados de la puerta, como si fueran guardias.
-Dime la verdad. ¿Claudia te envió? Y no te atrevas a mentirme-dijo el militar un poco mas calmado.
-No voy a decir nada-respondi enojada- No hasta que vea a Natalie-continue.
Él hizo un movimiento con la mano a uno de los hombres y éste se fue, despues de unos segundos regresó cargando algo. Natalie. Tiro su cuerpo al suelo, sangraba de la frente y tenía los ojos fijos en el techo. Retrocedí unos pasos austada, al ver el cadáver de Natalie.
-Ya la viste, ahora responde-dijo el militar.
Estaba en shock no podía ni hablar, me temblaba todo e incluso la boca. Estaba segura que si mentía ellos me matarían como a Natalie.
Tengo que decir la verdad.
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Vivir o morir, tu decides (Daryl Dixon y tu)
FanfictionVivir. Una vida con engaños. Morir. Cuando crees que no hay esperanza. Tu decides.