Parte 21

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El sábado por la mañana, Gabe se sentó en una cómoda silla del despacho que tenía en su hogar, aprovechando que tenía frescos los planes que había trazado durante la noche. Camila, la asistenta de la limpieza, aprovechó para organizar el resto del apartamento. Preparó un par de notas antes de ser interrumpido por el sonido que le alertaba de la recepción de un mensaje de texto en su teléfono móvil. Oteó el mismo y sonrió.

<<Buenos días, Parker. Espero que pases un buen fin de semana. Luego, si tienes tiempo, quiero preguntarte algo. Un beso. Genelle>>.

Gabe se apuró a responderle de igual modo, animando a la mujer a preguntar lo que fuese. No pasaron más de cuatro minutos antes de la llegada del siguiente sms.

<<Gracias a ti. Quiero saber si podrías aclararme las cosas respecto a las tarjetitas de los preciosos ramos que recibí, porque no acabo de entenderlo>>. Gabe se extrañó. ¿A estas alturas le preguntaba por eso? Le escribió: <<Preciosos, pero no más que tú, querida. Por cierto, ¿acaso no las has visto hasta ahora? ¿Leíste las cartas?>>

<<Sí, lo hice. Y lo encontré anoche, pero no quise molestarte con esto. ¿Me puedes aclarar?>>, así decía el mensaje que recibió como respuesta. Gabe sonrió, imaginándola concentrada, intentando verle la lógica sin conseguirlo. Tecleó una vez más y redactó un mensaje para ella, largo esta vez.

Genelle se encontraba bebiendo zumo de melocotón en la cocina cuando llegó a sus oídos la melodía del celular. <<Ya respondió>>, pensó dejando escapar una sonrisa de sus labios. Estaba loca por él, y lo sabía bien. ¿Cómo había llegado a aquel extremo? No podía pensar en otra cosa y se veía a sí misma siendo arrastrada por un tumulto de pensamientos que no podría controlar aunque se lo propusiera. Revisó el mensaje.

<<Bueno, amor>>. Un momento, ¿amor? Aquello se transformó en un cosquilleo que se instaló en su vientre. ¡Qué bien sonaba! Continuó leyendo. <<Las tarjetas con meses escritos en ellas simbolizan el tiempo que estuve observándote en silencio, completamente alejado de ti. Si compruebas, verás que son correlativos. La que dice que lo que buscas está entre los tallos, era mi forma de llamar tu atención para que encontrases las demás tarjetas y las cartas. Éstas últimas, como habrás podido comprobar al leerlas, son normales, llenas de sentimientos por ti que, como sabes, me acechan a todas horas>>.

Comprobó los meses, sonriendo aún, y eran correlativos como él le había dicho, cosa que le confirmó en un mensaje, el cual no tardó en verse seguido por uno nuevo de Parker. <<Ahora, preciosa, te dejo una pista; aguarda el mensaje ;)>>.

¡Sí! La primera pista, ¡al fin! Estaba deseando que aquel jueguecito iniciase, pues quería darse prisa en descubrirlo. Terminó su zumo mientras esperaba y enjuagó el vaso para utilizarlo después.

Gabe, mientras tanto, escribía un mensaje para ella, con una primera pista que venía a colación con el tema de las tarjetitas. Releyó lo escrito antes de enviarlo. <<Princesa, de los meses que tienes en tu poder, el primero es el mes en que te hablé por primera vez, el cuarto fue mi cumpleaños y asististe a la fiesta junto a Graham Doyle y, el último, obviamente, ha sido nuestro último encuentro. Suerte>>. Se comprendía bien, ahora sólo faltaba esperar a que ella ubicase las fechas.

Genelle leyó el texto, como mínimo, seis veces antes de tomar calendario, papel y bolígrafo. Ordenó las tarjetas y anotó en el papel los meses, comenzando por marzo y terminando en septiembre. Bien, según decía, el primer encuentro fue el primer mes de la lista, o sea en marzo. El cuarto mes era el cumpleaños de Parker, así que marcó junio. ¡Ya sabía el mes en que cumplía años! Buen dato para emplear en la eliminatoria de Parkers posibles.

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