Dormir para poder soñar

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En mi ingenuidad, creía que podía curarla. En vano pensaba así, dado que ella no quería curarse. Cada gramo que adelgazaba lo vivía con felicidad, y yo que la veía cada vez mas delgada, dejaba de desearla, dejaba de creer en su felicidad. Me angustiaba mucho la idea de perderla, no porque la ame, sinó porque veía como transcurrían sus dias indefensa, descuidada y practicamente abandonada a su suerte. Creo que si la amaba, porque de no haber sido así, no hubiese recorrido el camino que por verla bien recorrí. Pero como dije antes, no la amaba como mujer, sinó con un afecto que si bien era muy sincero, no era el amor de un novio o de un esposo. Yo quería verla bien. Y estaba dispuesto a salvarla a cualquier costo. Terrible error.A veces venía a casa como buscando un refugio. Se dormía en mi cama, se bañaba en mi ducha, usaba mi ropa. Se instalaba como si fuera un lugar de recuperación, pero no quería comer. En lugar de estar en su departamento, se quedaba conmigo. Yo iba a trabajar normalmente, y ella quedaba encerrada y sola en ese lugar pequeño que era mi departamento. Ahí la pequeña no necesitaba mas que un televisor y una cama para dormir. Solía dejarle comidas preparadas, helado, chocolates, masitas dulces, alfajores, cosas ricas como para que estando sola se tiente y coma algo, pero cuando volvía de mi jornada laboral, encontraba todo perfectamente en el mismo sitio en que lo habia dejado. No tocaba nada, no comia ni una miga de lo que yo le compraba.Ni siquiera sus galletitas preferidas, de chocolate, nada.Solía volver y encontrarla durmiendo, muy cansada como si hubiese corrido una maratón por causa de la debilidad que padecía. No la despertaba, la dejaba dormir horas y horas, mientras yo miraba TV o me duchaba o terminaba algún trabajo, o simplemente tomaba mate en la cama junto a ella que dormía.Varias veces me preguntaba si su familia tendría idea que la pequeña estaba tan delicada de salud.Ese día en especial, me lo pregunté al verla dormir tan profundamente, con sus ojitos marcados por unas preocupantes ojeras y los hombros huesudos sobre una espalda que practicamente era una hilera de costillas sujetadas por una espina dorsal que sobresalía. Dormía desnuda como para atraerme aún en sueños, pero en lugar de atraerme, yo solía tocar las vertebras de su espalda y recorriendo sus costillas con mis dedos rezaba para que se recupere o para que despierte queriendo comer.Ese día decidí que hablaría con su madre. Tomé el teléfono y hablé con su mamá para pedirle que se acercase hasta mi departamento. Le dije que su hija estaba ahi y que no quería comer, que hacia dos dias que no probaba bocado y que solo dormía incontrolablemente.Con una mezcla de miedo y preocupación, intenté despertarla. Ella balbuceaba inmersa en un sueño muy profundo, de una manera en donde no podía reconocerse si dormía o estaba desmayada. Destapé su cuerpito cubierto solo por ropa interior y comencé a vestirla dormida. Llegaría su madre y obviamente no quería que la encuentre en esa situación de desnudez, aunque hubiese sido lo mejor para que pueda ver sus huesos sobresaliendo. La diminuta remera negra con el dibujo de kitty y un jean con talle para niños, cubrieron su esquelética figura sin que ella despertara. Por momentos sonreía en sueños y yo rogaba para que sus sueños sean de felicidad. Al menos en sueños podría ser feliz. No simulaba dormir, de eso estoy seguro. Porque estaba muy débil y no era extraño que durmiese de esa manera al borde de perder la conciencia.Ya vestida, arrolló sus piernitas y se colocó en posición fetal. Pude adivinar que tendría frío, y a pesar de la temperatura casi calurosa, la cubrí con una manta.Su madre llegó y se anunció en el portero eléctrico. Abrí la puerta confiado sin mirar por el visor. Cuando abrí estaba su madre con dos oficiales de policía. Mi cara desorbitada dejaba ver el espanto que rodeaba aquella situación. Enseguida pensé en la pequeña dormida en mi cama, en el susto que se daría ante semejante situación. Y solo se me ocurrió decirle:a- Señora por favor, no la despierte así. Se vá a asustar! no va a entender! por que trajo a la policía ?La mujer no contestó y se dirigió a mi cama donde estaba su hija dormida.Mientras los policias me pedían que recoja mis cosas, cierre la casa y los acompañe.a- pero por que? si yo no hice nada malo... llamé a su madre porque la veo mal... eso es todo.p- flaco, vos estas loco? la minita es una menor... y vos la tenés acá en tu casa, en tu cama y tal vez drogada.a- no está drogada, está durmiendo así porque es anoréxica y está muy débil ! hace dos dias que no come. señora! dígales que su hija es anoréxica, haga algo por favor! no quiero ir preso, tengo que trabajar, no puedo señora por favor...p- mirá flaco, vos tenés que venir con nosotros, si querés podés llamar a alguien para avisarle, sinó llamas desde la comisaría. Vamos.En ese momento comencé a escuchar los gritos de la pequeña en mi cuarto.c- mamá! que haces? dejame mamá! salí de acá! que haces? que le hacen a ale? pero por que? por que?Salió del cuarto llorando y acompañada por su madre, caminaba mirando para abajo, enojada. Pero cuando llegó delante de mi, levantó la mirada y la dirigió justo a mis ojos como preguntándome por qué. Solo pude balbusear una palabra que me acompañó el resto de la vida: perdoname.Pasé dos noches detenido, y al tercer día un abogado amigo de mi hermano me sacó.Pero cuando salimos de la comisaría, un amigo de ella estaba esperándome y sin que yo pueda reaccionar, me golpeó en la cara con el puño. Ante la reacción de mi hermano, salió corriendo, subió a un auto y se fué, no sin antes gritarme desde el auto: hijo de puta! dejá a C. en paz! .Subí a mi auto con la nariz sangrando, sin entender todo lo que había sucedido, y sentado en el asiento del acompañante volvía para atrás los dias, buscando y buscando los por qué de todo lo que habia pasado.No encontré respuestas, solo la culpa que me hacía presa fácil de una condena en la cual yo era el único responsable.

Me dicen AlejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora