Cuando necesitaba estar conmigo, se volvía implacable. Nada la hacía desistir, y no paraba hasta encontrarme entre sus sábanas (las mias). Quizá leyéndolo así suene desmedidamente idiota de mi parte, habiendo sido un hombre adulto contar actualmente cómo ella me manipulaba y lograba lo que quisiese de mi. Pero fue asi.No puedo explicarlo, quizà yo tambien estaba demasiado solo, y necesitaba involucrarme con ella que me hacía sentir por momentos el hombre mas necesitado y amado del planeta. Su entrega era infinita, querìa estar conmigo, con nadie mas. Vivía pendiente de mi, de lo que yo hacía o dejaba de hacer, de lo que decía, de lo que querìa, de lo que observaba. Si algo o alguien me gustaba por algún motivo, ella siempre lo tenía en cuenta para gustarme, a eso se debían sus cambios de color de pelo, de ojos, de peinados, de ropa, etc. Ella querìa ser todas en una sola mujer, ella misma. No sé que fantasías recorría su mente, quizà imaginaba que yo iba por la vida viendo otras mujeres o buscando algo que ella no podía darme. Yo hubiese podido tener todo en ella si lo hubiese permitido ella misma. Si no hubiera querido ser como tal o cual mujer, si hubiese disfrutado de su cuerpo y de los buenos momentos que evitamos compartir a causa de sus prejuicios y de su enfermedad.Ella tenía prejuicios para todo menos para el tema de la edad. Ahí no notaba diferencias, y eran abismales.Naturalmente la pequeña con diecinueve años aparentaba quince, imagínense a los quince, aparentaba trece.Eso era lo que mas me torturaba. Fisicamente había una gran diferencia, yo corpulento y adulto, un hombre entero podría decirse. Ella una adolescente, pequeña y débil, caprichosa y obsesionada. Pendiente de detalles superfluos que tenían que ver mas que nada con la apariencia física, la ropa, el pelo, la moda. Yo pensaba en mi trabajo, en llegar a fin de mes con las cuentas pagas, en mi familia, en mis estudios.Ella tenía ya paga por su padre la mejor facultad, los libros que quisiese, departamento pago, gastos pagos todos por su padre, caprichos varios y disponía de dinero para salidas, peluqueria, ropa, etc etc.Yo en cambio nunca llegaba a cubrir todos mis gastos, y si llegaba quedaba con el dinero justo, tambaleando hasta el pròximo mes, habiendo trabajado y estudiado mucho.Nadie me cuidaba, vivía solo, me gustaba vivir solo.Solo la visita de mi familia, mi madre, y algunas veces una señora mayor que venía a limpiar mi casa cuando podía pagarle.Esa independencia, me fue cambiando la cabeza, aprendí a vivir, a pelearla y a salir adelante aunque cagado de hambre, pero libre, siempre eligiendo.Por eso los abismos que nos separaban, ella no me entendía y yo no podría cambiarla.Ella creía que el dinero era la causa de nuestra distancia, de nuestra falta de comunicación, y que si ella me ayudaba quizà todo mejoraría. Grave error.Yo vivia feliz, a pesar de las limitaciones, era mi casa, mi espacio y lo que había elegido. No le debía nada a nadie y si no podía, no tenía.El dinero quizá me hubiese permitido descansar un poco, pero no hubiese logrado que mi relación con ella mejorara. Porque había todo un pasado de malos recuerdos, porque no podía perdonarla del todo, y porque aunque quería olvidar no podía.Es dificil explicar lo que me movía a ella.No era "calentura" como leí en varios comentarios de este blog, aunque debo reconocer que el sexo era lo mejor, único e irrepetible. Eran otros motivos, quizà ella movilizaba en mí anhelos que hasta el dia de hoy tengo, poder cuidar a alguien. Por eso mi gran deseo de ser padre, que todavía sueño.Mi lado paternal, tal vez, afloraba en ella.Creo que en todas las parejas hay un lado paternal y maternal hacia el otro. Uno quiere cuidar, proteger, sanar, hacer reir, facilitar, etc. Eso es propio de los padres y las madres, aunque uno tambien lo ejerce con las parejas, al menos hasta que llegan los hijos, tal vez algunos continúan.De esa manera, explico cómo despues de pasada la "calentura" yo quería cuidarla y no dejarla ir.En los años siguientes de mi vida, cuando conocí a mi verdadero amor, la mujer con la cual iba a casarme y que para mi final, falleció, me dí cuenta que el sentido del amor verdadero es otro. La palabra PAREJA es eso, ser parejos, cuidarse, amarse y respetarse desde un lado de igualdad, caminar juntos hacia un objetivo, soñar con concretar, no solo por soñar en algo lindo, sinó ir concretando de a poco lo soñado.Mi mujer amada me enseñó a verme como un buen hombre, generoso y noble. Ella me hizo ver que podía ser un buen padre, que no era un hijo de puta degenerado, y que había cometido un error. Pero sobre todo me hacía sentir un hombre, con todas las letras, yo no era su padre ni su prìncipe salvador, yo era apenas un hombre que ella elegía con sus defectos y virtudes. Y aún asi me amaba y me aceptaba, proyectaba darme hijos y quedarse conmigo llegada la vejez. Mi amada me cuidaba sin siquiera tocarme, me veía aún sin estar conmigo, la sentía cerca estando lejos, y quería al final del día llegar a su abrazo, porque sabía que estaba esperándome tranquila y confiada en mi amor. No podía sentirme mas seguro lejos de ella, y a su lado, era mi vida. No había desconfianzas ni celos, y los besos eran besos de amor, risas y abrazos, compañía y complicidad, estar juntos era la representación vívida de la paz. Por eso la amé, aunque despues de la pequeña jurè mil veces no volver a amar. Mi amada había logrado todo eso en mi, me había transformado en lo que todavía soy, me moldeó y me creó, y como mi mentora, yo iba a entregarle mi vida, mi fidelidad, mis proyectos, mi tiempo, mi mente, mi cuerpo, mi casa, mi familia, todo.Con ella renací. Fui otro. Soy otro.Aunque ya no la tenga conmigo, mi mentora supo dejarme un legado de enseñanzas y sabidurìa que me acompañarán por el resto de mi vida. Jamás podré olvidarla porque para mí no ha muerto.Despues de algunos años de su muerte fui a llevarle flores al cementerio. Y cuando ví su tumba, no reconocí en ella a mi amada, para mí fue como ver el recuerdo en una piedra de la mujer que me había regalado el don del renacimiento. No sé por qué tengo la sensación de tenerla cerca, el presentimiento de su vuelta. Quizà sea yo quien llegue hacia donde ella está, no sé. No pierdo la esperanza de volver a verla. Aunque la vida se me haga infinita, aunque transcurra mis dias esperando encontrarla en otro rostro, en otro cuerpo y en otra sonrisa. Sé que es posible encontrarla otra vez, aunque a veces se me hace casi una utopìa.Nadie sabe lo que ella logrò en mi, y desconocen hasta qué punto la amo aún.Por eso la pequeña al verme con ella se alejó. No podía ni siquiera acercársele, era tanta la grandeza y la luz que emanaba mi mujer, que cualquier belleza se apagaba, cualquier ex amor se transformaba en nada con uno solo de sus besos.Las veces que la pequeña nos vió juntos, lejos de hacer escàndalos o tratar de manipularme, se alejaba, tal vez llorando, porque sabía que me había perdido para siempre, porque sabía que despues de esa mujer no habría nada mas. Pero entonces yo ni siquiera imaginaba que iba a tenerla tan poco tiempo conmigo, y muchas veces he llegado a creer que fue un ángel que Dios me había enviado para curarme y rescatarme del sombrío camino que venía recorriendo.Acepté su muerte física, porque quizà no debía perdurar conmigo para siempre.Y a partir de ella, he visto a la pequeña con otros ojos. Ahora puedo reconocer la muerte espiritual, la que vá en un cuerpo vivo, un cuerpo que sonríe, vive, y se mueve de aquí para allá, ocultando el alma muerta, herida, sangrando un dolor interno, la verdadera muerte, que no pasa por el cuerpo fìsico.Por eso la pequeña fue a consolarme aquel día en el que mi ángel terminaba su tarea para partir de mi lado.Y por eso también estuvo en silencio, ni una palabra, solo me abrazaba y acariciaba mi cara inerte y casi muerta.Ya había asumido que no podría amarla, pero la pequeña jamás asumiría que me había perdido.
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Me dicen Alejo
Romance¿Y si no fuera todo como lo cuenta Cielo?¿Si no está contando la verdadera historia? -Una historia, dos versiones.