Seducción y Pecados. ➵ j.b

dos

Paris'S POV.

¿Qué había sido eso?

Aún desconcertada y acalorada, salí del lugar de mi trabajo y me dirigí a la parada del bus.

No podía dejar de pensar en el hombre trajeado que aún no tenía nombre.

No podría olvidar fácilmente su mirada penetrante quemando mi piel, ni sus rosados y gordos labios.

Mi cuerpo tembló y volvió a la realidad. Ya tendría tiempo de pensar en ese hombre cuando llegue a mi casa.

Ya eran las 4:00 de la madrugada, y el bus no venía. Maldición, odiaba salir a este horario. Era obvio que el maldito bus no iba a llegar.

Yo creo que no hay nada más humillante que estár parada aquí en la esquina para tomar el bus y que la mayoría de los hombres que pasaban te preguntaran cuando cobrabas la hora.

Eso era lo peor de Los Angeles, a las cuatro de la mañana, aún había mucha gente afuera.

No soy una maldita prostituta, solo una bailarina que tuvo que tomar este trabajo de mierda para sacar adelante a su hermana. Pero a decir verdad, lo que pasaría mañana, sí me haría sentir una prostituta.

Nunca había dado un show privado, solo eran shows para todo el público. No puedo creer que mi jefa haya aceptado. No puedo creer lo que la gente hace por un poco de dinero extra, sin importarle si a la otra persona le afecta o no.

Después de unos minutos, el bus aún no venía y ya me había cansado de los humillantes gritos de los necesitados que pasaban, así que comencé a caminar por el camino que no me llevaría a mi casa.

Cinco cuadras después, iba por un lugar no tan transitado, y noté que un auto negro me seguía. ¿A caso esto era una película de terror?

Miré de costado, y el auto me seguía más de cerca. Yo estaba asustada como el demonio, pero no quería empezar a correr, porque tenía miedo de que bajara alguien y me secuestrara.

Con el cuerpo temblando, aceleré un poco el paso pero el auto aceleró y paró justo a mi lado. Asustada, me pegué a la pared y comencé a respirar con dificultad.

Los vidrios estaban polarizados, por lo que no podía ver nada.

La puerta del auto se abrió, y temí por mi vida.

Mis vellos se pusieron de punta al ver que del auto, bajaba el hombre con traje que me sacó de foco.

Dios, ¿Este hombre era un secuestrador?

Noté que se acercaba a mí con paso lento y sensual.

-¿Estás asustada? -Preguntó en voz baja y yo sólo me limité a asentir.

-Haces muy bien. -Respondió y sonrió de costado. Como yo estaba apoyada sobre la pared, colocó una mano en ella y se acercó a mí. Rió al ver mi rostro asustado y negó. -Sólo bromeo, no tienes que estár asustada. No te haré nada.

-¿Qué hacías siguiéndome? -Pregunté intentando alejarme de él, pero era imposible.

-Estuve viéndote por un rato en la parada de bus, y también vi como esos hombres te gritaban, las ganas de ir a estallar sus autos no me faltaron, pero no niego, que yo también te hubiera gritado con lo buena que estás. -Dijo y mordió sus labios mientras me miraba.

-Ya puedes dejar de mirarme. -Lo corrí un poco y me liberé.

-No quiero. -Sonrió y suspiré para no decir algo inapropiado.

-¿Me dirás tu nombre? -Pregunté y él negó.

-No, lo sabrás mañana, cuando estemos follando. -Dijo ahora reí yo. -¿De qué te ries?