Seducción y Pecados. ➵ j.b

nueve

Justin's Point Of View.

Salí del auto y di un portazo al cerrar la puerta. Matt Spencer, mi maldito socio, era el único idiota que me hacía levantar a las 5:00am porque tenía algo importante que contarme.

Caminé hacia la puerta de entrada y toqué varias veces hasta que escuché la voz de Matt. Que se joda si no quiere que haga ruido, yo no quería despertarme tan temprano.

-Justin. -Dijo cuando abrió la puerta.

-Matt. -Gruñí y lo miré. El maldito ya estaba vestido y despabilado como si fuera mediodía.

-Que humor que tenemos hoy. -Rió y lo fulminé con la mirada.

-Cállate y déjame pasar. -Él bufó y se hizo a un lado para dejarme entrar.

-¿Quieres algo de beber? -Preguntó y negué.

-No, sólo quiero que me cuentes rápido, quiero volver a mi casa.

-No creo que te interese irte a tu casa luego de lo que te voy a contar. -Dijo y se sentó en el sofá. Yo me acerqué y me senté en frente de él.

-Entonces cuéntame. -Pedí y él soltó una carcajada. -No estoy para juegos Matt, te estoy diciendo en serio. -Apoyé mi brazo en el apoya brazos del sofá y rasqué mi cabeza.

-Es sobre Scarlett Black. -Dijo y me enderecé rápidamente.

-¿Qué quieres contarme sobre ella? -Pregunté.

-Cosas sobre su vida que encontré. -Sonrió de costado y asentí.

-Bien, entonces dime.

Tenía que admitirlo, Scarlett, la hermana de Paris, era mi debilidad. Yo ya la conocía desde antes, y no podía olvidarme de ella. No tenía intensiones de lastimarla, solo quería estar cerca de ella, sentía la gran necesidad de cuidarla, como un hermano mayor o un novio, pero nunca como un violador ni nada. Además tiene diesiocho años, ya es mayor de edad, así que no sería un delito estar con ella.

Pero Paris no tiene que enterarse de esto por nada en el mundo, por medio de ella puedo hablar con Scarlett, así que no puedo a arriesgarme a que se entere.

-Ella no tiene padres. -Empezó a decir. -Vive con su hermana mayor, Paris. Sus padres nos han muerto pero se han ido por alguna razón hace unos años, no sé que razón. Y Paris ha quedado sola a cargo de Scarlett.

Mierda, seguramente por eso Paris ha empezado a trabajar como bailarina erótica. Me daba lástima, no voy a negarlo. Seguramente Paris aún era adolescente y Scarlett muy chica. Necesito rápidamente averiguar que ha pasado con sus padres.

-Según lo que vi, esa chica, Paris, es bailarina erótica. -Siguió diciendo. -La chica esta bien buena. Si no fuera porque estoy casado, ya hubiera pagado una noche de sexo con ella. -Lamió sus labios y puse mis ojos en blanco.

-Yo ya lo he hecho, ha sido maravilloso. -Admití.

-Bien Bieber, quieres a las dos Black. -Rió y negué.

-No, ya te he dicho que a Scarlett no la quiero para sexo, solo siento que necesito protegerla de todo. En cambio Paris es grande, y bailarina erótica, no puedo desaprovechar la oportunidad de un buen polvo mientras tanto. -Dije y Matt rió.

-Estas loco Bieber. -Negó con la cabeza.

-Ya me voy. -Dije levantándome del sofá. -¿No hay algún otro dato? -Pregunté.

-No, ninguno. -Negó y me acompañó hacia la puerta.

-Bien, gracias Matt. Adiós. -Saludé y caminé hacia mi auto.

Creo que volvería a mi casa y dormiría algunas horas más. Mi cuerpo lo necesita.

{...}

-¡Justin, vamos, pégale más fuerte! -Me gritó mi entrenador mientras yo le seguía pegando al saco, liberando toda la tensión que junté estos días. -Estás muy débil hoy. -Dijo y rápidamente dejé de pagarle al saco.

-Si sigues diciendo algo, te usaré a ti como saco. -Dije amenazante y él solo negó con la cabeza.

Estoy pensando muy seriamente en despedirlo, crearé yo mismo mi propia rutina para ejercitarme. Normalmente hacia ejercicio en el gimnasio de mi casa, pero hoy necesitaba salir, así que vine a un importante gimnasio de aquí.

-Olvídalo Justin, pasemos a hacer pesas. -Dijo y bufé.

-Bien. -Respondí con los dientes apretados.

Me quité la toalla que tenía en colgada del cuello y me quité el sudor de la cara con ella. Luego de esto iba a necesitar una muy buena ducha. Caminé hacia la cama de pesas y me acosté allí.

-Mejor que esta vez lo hagas bien. -Dijo mi entrenador y me dieron ganas de tirarle la muy pesada pesa en la cabeza.

-Cállate. -Dije y comencé a subir y bajar mis brazos con la pesa.

Minutos después, me senté exhausto sin poder respirar casi y bebí agua de la botella que Thomas me entregó.

-Ahora lo hiciste bien Justin. -Rió y asentí.

Cuando miré hacia la puerta del gimnasio, una sonrisa gigante adornó mi cara al ver a Scarlett y a Paris entrar. Las hermanas Black estaban aquí, esto iba a ser bueno.