seis

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Justin's Point Of View.

Caminaba rápidamente en la caminadora, la cual iba muy rápido. Necesitaba sacarme la frustración que tenía encima. Y hacer ejercicio, era lo mejor para lograr eso.

Creo que también necesitaba a una prostituta que me de buen sexo. Pero era las 2:00 a.m. ¿Quién vendría a esta hora? Nadie.

Resoplé frustrado y sequé mi rostro con una toalla, me la colgué del hombro y salí del gimnasio, dirigiéndome a mi oficina.

Entré en ella y encendí las luces. Tomé mi celular que estaba sobre el escritorio y marqué el número de Paris. Ella no sabía que tenía su número y tampoco sabrá como lo conseguí.

Pegué el celular a mi oreja y esperé a que ella se dignara a atender. Sabía que estaba despierta, porque aún estaba en el trabajo.

-Diga. -Atendió una voz femenina, una que me puso duro en dos segundos.

-¿Paris? -Pregunté con voz ronca.

-Sí. ¿Quién habla?

-El señor Bieber. -Respondí y oí como jadeó, haciéndome reír. Sabía que yo la ponía a mil.

-¿Qué necesita señor Bieber? -Preguntó con la respiración agitada.

-Sexo a domicilio. -Respondí sin rodeos.

-Já. -Rió y rápidamente me puse serio.

-¿Disculpe? -Pregunté y oí como su respiración se corto.

-Señor Bieber, yo no soy prostituta a domicilio. -Gruñó.

-Bueno, eso podremos solucionarlo. Puedo ir yo al lugar de su trabajo y volver a repetir lo del otro día.

-Eso suena más lógico. -Suspiró.

-¿Aún estás allí? -Pregunté.

-Sí, hoy estaré más tiempo si en menos de diez minutos reservas con mi jefa. -Respondió y asentí sabiendo que ella no me veía.

-Luego nos vemos. Ya sabes, te quiero desnuda. -Pedí y lamí mis labios imaginándomela.

-Como usted ordene. -Respondió riendo y colgó el teléfono.

Rápidamente salí de mi oficina y corrí a mi dormitorio para darme una ducha. Hoy sería una placentera noche.

{...}

Una hora después, entré en la misma habitación de hace unos días y allí estaba ella sentada en la cama, con las piernas cruzadas y con un lindo conjunto negro de encaje.

-Buenas noches. -Sonrió de costado y rápidamente me acerqué a ella para subirme encima suyo.

Hoy no quería previas, mi polla necesitaba acción urgentemente.

Acostado sobre ella, comencé a besar su cuello mientras ella acariciaba mi espalda y gemía lentamente. Besé sus pechos sobre el sostén y ella tiró su cabeza hacia atrás. Me gustaba verla disfrutar.

-Desnúdame. -Pedí y ella hizo caso.

Llevó sus manos a mi remera y la comenzó a subir hasta que la sacó por encima de mi cabeza. La tiró a no sé donde y siguió con el cinturón de mi pantalón. Lo desabrochó y bajó el cierre, lo bajo hasta mis muslos, y yo lo quité completamente.

Quité mis zapatos junto a mis medias y volví a colocarme sobre Paris. Aún no me quitaría el bóxer. Quería que ella esté completamente desnuda.

Dirigí mis manos a su espalda y desabroché sus sostén. Paris levantó sus brazo para sacarlo, y cuando lo logré, tomé sus lindos pechos con mis manos. Los chupe como si de una paleta se tratara, mietras ella tiraba de mi cabello intentando reprimir gemidos.

-Señor Bieber. -Gimió y mi polla palpitó.

Me alejé de sus pecho y me dirigí a sus deminutas bragas. Las tomé con mis dientes y comencé a bajarlas, hasta que se las saqué por completo. Abrí bastante sus piernas y llevé mis dedos a su clítoris, acariciándolo rápidamente.

-¡Sí! -Gritó ella retorciéndose en la cama y tomando la sábana con sus puños.

-Estás tan mojada. -Susurré y me agaché para dar una lamida allí. Quería hacerla desear.

-Sí. -Gimió y volví a lamer su vagina. Pero rápidamente me alejé y reí al ver su rostro.

Me senté en la cama y palmeé mis piernas.

-Ven aquí. -Dije y ella se sentó a horcajadas sobre mí.

Tomé sus pechos, los cuales estaban en mi cara, y volví a besarlos. Tomé uno de ellos y lo metí en mi boca. Paris se movía sobre mi polla rápidamente por el placer que sentía, mojando mis bóxers con sus fluídos. Si seguía así, me explotaría la polla en cualquier momento.

Dejé sus pacho y la tomé por la espalda para que dejara de moverse. Me acerqué a su rostro y tomé su irresistible boca con la mia, besándola ferozmente.

Ella colocó sus manos en mi pecho y me separó. Con toda la palma de su mano, tocó mi bulto dentro del bóxer y se agachó para dar un corto besó allí, haciéndome gruñir.

-Eres vengativa. -Sonreí de costado.

-Como no te imaginas. -Sonrió igual y se alejó de mí. Gateó hacia la mesita de noche, dejándome la maravillosa vista de su trasero y su mojada vagina, y abrió el cajón para sacar un par de preservativos de allí.

Volvió hacia mí, dejó los preservativos a mi lado y tomó los elácticos de mi bóxer. Mordió su labio y comenzó a bajarlo, hasta sacarlo por completo.

-Oh sí. -Gimió y lamió sus labios. Tomó un preservativo y luego de abrirlo, lo deslizó por todo mi pene, haciéndome echar la cabeza hacia atrás. Con el mínimo toque de su parte me correría.

Se sentó nuevamente en mi regazó y yo presioné mi palma contra su vagina, acariciando nuevamente su clítoris. Ella apoyó su cabeza en mi hombro y suspiró pesadamente.

Tomó mi pene entre sus manos y lo guió hacia la entrada de su vagina. Un rato después de que nos torturó a ambos, metió mi pene en su interior, provocando que los dos gimamos.

Me acosté en la cama, dejándola debajo mío con las piernas abiertas y la tomé de la cintura para comenzar a moverme rápido.

Nuestros cuerpos encajaban a la perfección y hacían un ruido excitante al chocar. Ella apretaba mi brazo al mismo tiempo que con su otra mano arañaba mi espalda, mientras que yo besaba su cuello.

Minutos después, su vagina apretaba fuertemente mi pene, haciéndome saber que estaba por llegar.

-¡Señor Bieber! -Tiró de mi cabello. -Ahhh. -Gimió. -Maldición, más rápido.

-Paris. -Gruñí y me moví más rápido.

Segundos después, ambos gritamos al unísono llegando al orgasmo. Mi semen salió, llenando todo el presarvativo y acaricié su mejilla. Ella intentaba calmar su respiración, pero era imposible, los dos habíamos perdido nuestras respiraciones.

Me quedé un rato mirándola a los ojos mientras pasaba mi mano por su cuerpo, explorándolo aún. 

Salí lentamente de su interior y ella apoyó su cabeza en el colchón agotada. Tiré el preservativo en el baño y  me acosté a su lado. Paris se movió hacia mí y besó mi hombro.

-Oh dios. -Suspiró y se sentó en la cama.

-Creo que de ahora en más, serás mi prostituta personal. Te quiero sólo para mí. -Dije sentándome a su lado y besé su hombro.

Y sí, este era el real Justin, el que sólo quería a las mujeres para sexo. Pero eso no me importaba, el sexo era algo sin sentimientos, pero quiero a esta chica solo para mí, no por que sienta algo, sino porque es realmente buena, y me da buenos orgasmos.

No hay más razón que esa.

Seducción y Pecados. ➵ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora