cuarenta y dos

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Justin entró al penthouse que le había regalado a Paris mientra frotaba sus manos con ansiedad. Estaba esperando una llamada muy emocionante. Caminó por el pasillo hasta que llegó a la habitación que compartía con Paris hacía una semana. Se mudó a New York temporalmente para poder recuperar todo el tiempo perdido con su chica.

-Buenos días. -Saludó Justin asomando la cabeza por la puerta. Paris levantó su cabeza de la almohada adormilada. Ni siquiera había notado cuando Justin se fue de su lado.

-¿Qué haces despierto? -Preguntó Paris mirando la hora. Eran las 06:17am.

-Me gusta madrugar. -Mintió.

-Ve a madrugar solo y déjame dormir. -Se quejó Paris dándose la vuelta y Justin rió mientras entraba a la habitación. Se acostó al lado de Paris y metió la mano debajo de su remera para acariciar su cintura. -Estás helado. -Tembló ante el tacto de Justin.

-Caliéntame. -Susurró Justin en el oído de Paris y ésta lo corrió.

-Prende la calefacción y fin de la historia. -Susurró y Justin soltó una carcajada.

-¿Puedes ser mi calefacción? -Preguntó Justin besando repetidas veces la mejilla de Paris.

-Ahora no. -Negó mientras se cubría más con el edredón. Justin bufó acomodándose en la cama, no tendría sexo esa mañana.

A las 09:30am Justin entró a la habitación golpeando una sartén con una cuchara. Paris chilló enfadada y se cubrió la cabeza con la almohada.

-¡Vamos, hoy es un gran día lluvioso para estar fuera de la cama! -Gritó Justin y se tiró sobre Paris para besarla.

-Es muy temprano Justin. -Rió Paris corriendo la cara.

Justin se encontraba de humor porque se deshizo de los padres y hermana de Paris. Ahora se encontraban en Bronx siendo custodiados por un sensor que le avisaba a Justin si se querían escapar. Las opciones de Justin eranque le vendieran toda la cocaína en ese lugar o una bala atravesaría sus cabezas. Claro que eligieron la primera opción, pero ellos no podían consumir ni quedarse con el dinero, solo estaban siendo utilizados como esclavos.

-No es temprano Paris, muévete. -Pidió Justin dejando la sartén a un lado. Tomó el rostro de Paris con las dos manos y le plantó un beso en los labios.

-¿Qué te sucede? -Preguntó Paris confundida.

-Sólo estoy de humor. -Respondió Justin sentándose a su lado.

Además de la noticia sobre los padres de Paris, tenía otra cosa en mente que lo estaba poniendo ansioso y de buen humor.

-Al menos hazme el desayuno y tráemelo. -Bromeó Paris. Justin puso sus ojos en blanco.

-Hace años que no toco una cocina para cocinar. -Respondió Justin.

-Claro, al señor le preparan todo. -Lo burló Paris. -¿Para que otra cosa usarías la cocina que no sea cocinar? -Preguntó riendo.

-Para follar. -Respondió Justin obvio.

-Claro, como no lo pensé viniendo de ti. -Dijo Paris negando con su cabeza.

-Cuando te follaba en la cocina no te quejabas. -Respondió Justin colando su mano bajo la camiseta de Paris.

-Te haré el desayuno, yo si sé tocar la cocina. -Dijo Paris levantándose de la cama.

-¿Por qué me ignoras? -Preguntó Justin bufando.

Paris lo ignoró y se metió al baño para laverse los dientes. Salió cinco minutos después mientras Justin se encontraba sentado aún en la cama. Paris caminó rápidamente hacia él y se sentó en su regazo dejando sus pechos sobre la cara de Justin. Éste sonrió tomándola por el trasero.

Seducción y Pecados. ➵ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora