cuarenta y seis

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Paris se despertó al sentir dos pequeñas manos en su rostro

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Paris se despertó al sentir dos pequeñas manos en su rostro. Abrió sus ojos y sonrió al encontrarse con Ginger. La tomó entre sus brazos para llenarla de besos haciendo que la niña soltara una carcajada.

-¿Qué sucede pequeña? -Preguntó luego de acostarla a su lado.

La niña de casi tres años la miró pero no respondió.

Esa pequeña fue la motivación de Paris para no quedarse todo el tiempo llorando por Justin. Eso fue lo que hizo los meses que le faltaban para hacer, llorar y llorar. Aunque su propósito era mudarse a Canadá para olvidarlo, no lo logró muy fácilmente. Luego de que Ginger nació y se la entregaron, todo fue mejor. Pensaba más en el bienester de su bebé. Scarlett dejó que Paris fuera su madre, ella no quería saber nada con la pequeña. Y a Paris tampoco le agradaba saber que su padre era Granger, pero Ginger nunca lo sabría. Ese hombre fue solo la persona que embarazó a Scarlett.

Sobre Scarlett, ella quedó en prisión por un tiempo por haber estado involucrada con la prostitución, pero luego quedó libre e hizo su vida. A Paris le seguía doliendo un poco no saber nada de su hermana, pero no la quería cerca de su hija ni de su nueva vida. A sus padres si le dieron muchísimos más años de prisión, por haber abandonado a sus hijas siendo menores de edad y por la prostitución. Pero por ellos Paris no sentía absolutamente nada.

Y por último, sobre Justin. Paris supone que le quedaba poco para cumplir su condena, pero no supo mucho de él, sólo lo que Alex le contaba. En todo este tiempo ella no pudo visitarlo ni una vez, claro que seguía esperándolo y lo amaba desde la primera vez. Intentó rehacer su vida con otro hombre, pero ni siquiera llegó a besarlo que ya se sintió mal. Así que prefirió esperarlo, se conformaba con que Alex le dijera cada tres meses como se encontraba él.

-Mami. -Dijo la niña. Paris la miró elevando una ceja. -Comida. -Pidió parándose en la cama.

-Vamos a desayunar. -Respondió Paris y se levantó para luego tomar a Ginger en brazos.

Bajó las escaleras con cuidado y caminó hacia la cocina donde dejó a Ginger en su silla alta. Preparó café para ella, un biberón para la niña y colocó cupcakes de chocolate en un plato. Colocó todo en la mesa y comenzó a comer, de vez en cuando para darle de comer a la pequeña.

Una hora después terminó de vestir a Ginger. Irían a hacer la compra de la semana. Tomó su bolso, agarró de la mano a su hija y bajaron hacia la sala. Se montaron en el ascensor luego de salir y bajaron hacia el estacionamiento donde se montaron en el auto que compró meses después de mudarse.

Paris bufó cansada de escuchar la misma canción infantil por segunda vez en esa mañana. Era la canción favorita de Ginger, pero en serio ya la odiaba.

-¿Puedo cambiar? -Preguntó Paris e hizo ademán de cambiar la canción.

-¡No! -Exclamó la niña. Paris rió ante el puchero que hizo.

Seducción y Pecados. ➵ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora