Capitulo 24

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Todo se volvió en cámara lenta, sentí como esa bala me penetraba a mí, el corazón casi se me salía de lo acelerado qué estaba, corri hacia el y lo tome como pude.

-          ¡Alan escúchame! - decía desesperada.

Estaba sangrando, la bala habia entrado por sus costillas, tape con mi mano la herida para qué no sangrara más, Dios no se puede morir.

-          ¡Alan! - grite nuevamente - ¿Me escuchas? ¿Me escuchas? - preguntaba desesperada, no se puede morir en mis manos.

Nada, solo respiraba mientras seguía sangrando. Esto no puede estar pasando.

-          ¡Guess vamos! - grito Zacarías.

Me halo bruscamente.

-          ¡¡Nooooo!!

-          ¡SUELTALO! - grito.

Llegaron los de su grupo y Zacarías me halo.

-          ¡¡¡NOO!!! - grite.

No me alejen de él, se está muriendo, joder. Estaba desesperada. Salimos de vuelta al instituto. El camino fue eterno, aguantaba las lágrimas mientras Alena y Eliot me repetían que todo estaría bien. Sentía rabia, furia, quería gritar, no paraba de maldecir, lo hirieron por ese fulano maletín ¿Qué tan importante era? ¿Valía más qué la vida? No, no, no, no, Dios, escúchame, no dejes que le suceda nada, te lo pido. Llegamos, corrí a bajarme, lo bajaron y afuera ya lo esperaba una camilla, junto a la ambulancia. Explote en llanto, no no noo.

-          ¡Quiero ir con él! - dije tratando de montarme en la ambulancia.

-          Disculpe señorita solo familiares - conteste el camillero, obstruyendo mi paso.

-          ¡Pero aquí no tiene familia! - exclame.

-          Lo siento Guess, iremos Sebastián, Jess y yo - contesto Zacarías llegando a mi lado.

-          ¿Qué? ¡Pero necesito ir con él! - exclame.

Jess se monto primero, luego Sebastiá.

-          Nosotros nos encargaremos - dijo Zacarías.

-          ¡Pero Jess no es líder! - dije enojada.

-          Pero es su designada.

-          ¡Pero yo soy... - me calle, no podía decirlo.

-          ¿Tú eres qué? - pregunto retándome.

Me inmute, no podía decirlo sino las cosas emporarían. Jess me miraba preocupada, ella lo sabía, sabía perfectamente que yo tenía que estar en su lugar.

-          Guess, tú no eres nadie - dijo viéndome hilarante.

¡Maldito Zacarías!

-           Te mantendremos informada - se monto y cerró la puerta.

La ambulancia arranco y salieron, vi como se perdían las luces rojas y azules, grite, estaba furiosa ¿Por qué la zorra de Jess debía ir? ¡YO TENIA QUÉ ESTAR EN SU LUGAR, YO ERA SU CHICA! Alena llego a mi lado y me abrazo para consolarme, luego llego Eliot y me hundí en ellos.

-          Todo estará bien - me susurro Alena.

Me obligaron a entrar y poco a poco me fui calmando, hasta qué tuve lavar mi guante, estaba lleno de su sangre, era lo único qué tenia de el, tal vez fuese la ultima vez qué lo veria, el pensamiento me hizo llorar aun más ¿Por qué el? Una hora después y no tenía noticias de Alan, los segundos eran eternos, me dolía el corazón, quería llorar, gritar, era desesperante esta situación. Alena y Eliot me dejaron tendida en mi cama, pero no podía dormir, no era hora de dormir, con esta incertidumbre no, me pare y fui directo al cuarto de Alan. Apenas entre rompí en llanto, esto era peor, me hacía daño pero necesitaba sentir que estaba conmigo, sentir su olor, tener algo de el cerca, me senté en su cama y tome uno de los libros que tenía en su mesa de noche, era de ataque al intemperie, lo acaricie y luego lo deje en su lugar nuevamente.

NaomiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora