¡Ay Dios mío, casi me da un infarto!
- Jess me acabas de producir un mini infarto, pensé que le había pasado algo a Alan.
- Lo siento - dijo - No era mi intención.
- Tranquila y no te preocupes por lo de la ambulancia, eres su designada y bueno - mire hacia otro lado - Zacarías tiene razón, no soy nadie.
- Si lo eres, para Alan, eres mucho, te lo puedo asegurar.
¿Jess diciendo eso? ¿Quién es esta chica? Tal vez tenía un concepto equivocado de ella, no todos aquí eran malos.
- Gracias - dije.
Eso me había reconfortado.
- Bueno, debo volver al hospital, solo quería disculparme.
- ¿Te puedo pedir un favor?
- Claro.
- Cuídalo mucho ¿si?
- Claro que lo hare.
- Gracias, bueno me tengo que ir, tengo guardia.
- Vale.
Me dio paso y seguí mi camino, eso había sido reconfortante, tal vez el ser zorra no le quitaba lo buena persona que era, además Alan y ella siempre se han llevado bien, son amigos íntimos, van al karaoke y cosas así... por algo aún conserva su amistad. Me dirigí a la sala de vigilancia, al menos me distraería un rato, sin embargo no dejaba de pensar en él, como estaría. Así murió mi día, entre botones, luces y monitores, se me hizo eterno pero al fin llegaron las 12 am, me despedí de Emil y fui con cansancio hasta mi habitación, estaba cansada física y mentalmente, logre tumbarme en mi cama, tome mi teléfono y tenía un mensaje.
Santiago:
Oí lo de tu novio, lo siento mucho, espero se recupere.
¿Cómo se habría enterado?
Yo:
Gracias, pero ¿Dónde lo oíste?
Santiago:
Estaba con Sabana y Carlos, cuando la llamaste.
Yo:
Entiendo, gracias por tu mensaje.
Deje el celular en la mesa de noche y caí en un sueño profundo, estaba agotada. Desperté, mi estomago rugía ¿Qué hora era? Mire el reloj, 10:35 am ¡Hoy traían a Alan! Me pare rápido y tome una ducha exprés, me vestí lo más rápido posible y salí corriendo de mi habitación hacia la enfermería. ¡Ahí estaba! Dormido en la camilla, con una vía puesta y despelucado, me dio nostalgia verlo así, pero al fin estaba aquí, conmigo. Zacarías y Sebastián hablaban con la enfermera y la zorra no tan zorra de Jess no le soltaba la mano ¡Suéltalo, es mío!
- Permiso - dije tocando la puerta.
Todos voltearon a verme.
- ¿Puedo pasar? - pregunte.
- Adelante - dijo Sebastián.
Zacarías hizo un gesto de amargura. ¡Pudrete!
- ¿Cómo esta? - pregunte en general.
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Naomi
Любовные романы¿Imaginar lo difícil qué puede ser llevar una doble vida? Naomi no imaginaba lo caro que pueden llegar a ser las consecuencias de sus actos y lo difícil cuando las dos vidas que lleva se ligan, cuando todo se enreda, cuando mientes, engañas, cuando...