Capitulo 13

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Desperté sintiéndome tan descansada que casi me sentía renovada. Hubo una reunión temprana debido a un anuncio importante. Zacarías estaba en las alturas, y su voz resonó con autoridad.

—Bien, completos —dijo—. Espero que estén aprovechando sus clases al máximo. Ayer se notó una gran mejora en su resistencia y combate. Ahora, el motivo por el cual estamos aquí es para invitarlos formalmente a la cena del clan 5, será esta misma noche.

—La mansión queda a las afueras de la ciudad, empieza a las 8 pm, y el motivo es promover la unión de todos los clanes, incluyendo el 7. Les pido que se comporten y eviten causar problemas, ya que de lo contrario seremos sancionados. La vestimenta es netamente formal, y dado que es una cena formal, no se puede llevar gente de afuera. Quien desee regresar al clan esta noche podrá hacerlo bajo las condiciones normales. Quien prefiera regresar a su casa, puede hacerlo —dijo Zacarías con un tono serio—. Se les dará el resto del día para preparar sus trajes y, para las chicas, ir de compras o a la peluquería, como deseen. Eso es todo, pueden retirarse.

Salimos del auditorio y fuimos al cafetín para desayunar y planear nuestros atuendos. La cafetería estaba llena de murmullos y emoción, incluso los líderes parecían animados. Me senté con Alena y Eliot en una mesa.

—¿Qué tienes pensado, Nao? —preguntó Alena mientras se acomodaba en su silla.

—Quiero algo ceñido y claramente negro —respondí con entusiasmo.

—¿Qué tal un escote para esa espalda? —sugirió Eliot.

—Mmm, no lo sé —dije dudosa—. No estoy segura.

—Vamos, Guess, sería la sensación. Tu tatuaje es increíble —dijo Alena—. Además, no todos saben lo que significa, si eso te preocupa.

—Puede que me lo piense —respondí animada—. ¿Y tú, Alena?

—Mi hermana tiene un vestido con escote en forma de corazón. Creo que usaré eso —comentó.

—El negro te queda muy bien —halagó Eliot—. Como todos los días, jaja.

—¿Eliot, usarás esmoquin? —preguntó Alena.

—No me queda de otra —bromeó Eliot—. Y tú, ¿con quién irás?

—Todavía no lo sé —dijo Alena—. Pero seguro será divertido.

El tiempo pasó rápidamente mientras charlábamos sobre brillos, tacones y peinados. Después de tomar un café rápido, me dirigí a mi habitación para preparar todo y descansar un poco antes de la noche de y preparación. Alena se mudó a mi cuarto por la tarde para que pudiéramos vestirnos juntas. Eliot, siempre atento, nos trajo comida mientras moríamos de hambre. Él ya estaba casi listo, con sus pantalones de vestir, camisa blanca y corbata.

—¡Eliot, estás guapo! —le dije.

Esperaba que Alena saliera del baño para poder entrar y colocarme mi vestido.

—Gracias, límpiate la baba —bromeó Eliot con una sonrisa.

En ese momento, Alena salió del baño con un vestido negro ceñido a su figura. El escote arruchado y el largo del vestido acentuaban su fantástica figura. Estaba impresionante, con su cabello rizado perfectamente arreglado, parecía una diosa. Yo misma me hubiera detenido a mirarla.

—Alena... —dije sorprendida—. Si fuese lesbiana, te juro que intentaría contigo —comenté entre risas.

—Gracias, querida amiga, pero para mi suerte, si tú fueses lesbiana, yo aún sería heterosexual —respondió Alena con una sonrisa y dio una vuelta para mostrar el vestido en todo su esplendor.

NaomiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora