Capitulo 57

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¡¿Qué acababa de decir?! Vi como me miro con sorpresa papá, yo palidecí. ¿Cómo dijo semejante cosa? Voltee lentamente a verla, tenía el corazón acelerado, tenía miedo de ver su cara pero... maldición, tenía los ojos muy abiertos, la boca entreabierta y sus ojos estaban brillosos. Esto traspaso los límites.

S

.....

N

Creo que mi corazón se había detenido luego de oír eso y sentí como se hacía añicos. Estaba sorprendida, anonada, impactada, decepcionada, era... No podía creerlo, creo que había perdido todo el color que me quedaba. Inconscientemente mire lentamente hacia él, me veía y creo que estaba igual de pálido, realmente no podía pensar en descifrar su cara porque mi cerebro estaba desconectado, luego vi al señor Ricks verme y aparte de inmediato la mirada. Me sentía humillada y aparte la mirada de todos encima. Se oyó el estruendoso puñetazo que Tony le clavo en la cara a Maureen ¡Bien merecido! De inmediato los guardias lo agarraron, yo me pare y le suplique con la mirada a Alan que me dejara ir. Me dio paso y salí corriendo de ahí. Que vergüenza, esto me recordaba a la humillación de Elías, nose cual era peor, corrí lo más rápido a mi cuarto y me tranque con seguro. Mi lugar, mi cascaron para que nada me afecte que nada me importe. Mi respiración estaba acelerada al igual que los latidos de mi corazón. Me apoye sobre la puerta. No podía creerlo, el sencillamente me busco para... ¡Dios! Tape mi rostro con las palmas, me sentía humillada, hecha pequeña en este mundo. Mis suspiros pasaron a resoplos y estaba a punto de llorar, pero no, prometí no volver a llorar, así que empecé a respirar profundamente y tragar, tenía que ser fuerte. Tocaron la puerta y me pare de inmediato, era Alan.

- ¡Guess abre la puerta! – exclamaba desde el otro lado.

Intento muchas veces hasta que ceso. No quería hablar con nadie, luego volvió junto con Tony, no dejaban de golpear mi puerta. Hasta que me arme de valor, respire hondo. Abrí la puerta y ahí estaban parados con sus caras largas, preocupados.

- Estoy bien – dije muy seria.

- Pensamos que... - dijo Tony.

- Creíamos que lo habías hecho – prosiguió Alan.

- No – dije con la voz a punto de quebrarse y los ojos bien abiertos, los sentía mojarse – Pero lo hare – finalice y tire la puerta con seguro nuevamente.

- ¡Naomi abre por favor! – gritaban - ¡No lo hagas!

Sé que no debía hacerlo, que no debía tomar eso, pero mi mente dejo de funcionar, estaba atrapada en el pasado y eso me producía mucho dolor. Era terrible, los fantasmas del pasado se hacían cada vez más presente en mi habitación. El aire me empezaba a pesar y sé que en este momento había perdido el control de la situación.

Busque en mi escondite secreto, era en un calcetín, escondido en la última gaveta, al final. Lo había comprado hace mucho y lo guarde para algo extremo, en ese entonces me parecía importante, ya no pero ya que estábamos aquí... Lo saque y lo bebí, de inmediato me acosté a que realizara sus efectos, no tardo mucho y sentí como se destensaba mi cuerpo, como me relajaba y me sentía alegre, el techo era más bonito, ya no sentía dolor, el Etanol estaba funcionando hasta que todo se volvió oscuro.

........

Algo me molestaba y era la claridad. Abrí lentamente los ojos y todo estaba borroso, poco a poco se fue aclarando. ¿Qué hora era? Revise mi teléfono y estaba descargado. Me pare con cierta pesadez en el cuerpo, apestaba, creo que había sudado mientras dormía. Moría de hambre y de sed, me pare con fatiga y me traslade hasta el baño, tome una largaaaaa ducha. El agua me relaja y más cuando estaba tibia, me senté en el piso, junte mis rodillas y deje que todo callera, en mi mente sonaba Chandelier de Sia mientras el agua me arropaba. 25 minutos después, salí de la ducha, me cepille y me seque, abrí la puerta para volver a mi habitación y casi muero de un infarto al ver a Alan entrando por mi ventana.

NaomiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora