Capitulo 28

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-    Baja el arma... - dijo firme.

-    No lo haré y si es una orden, no me importaba, prefiero ser castigaba que hacerte caso - respondí de la misma forma.

El se inmuto.

-     Esto es mío y de ahora en adelante como yo decidí respetar tus decisiones, respetaras las mías ¿Ok?

El me miro con rabia, que yo llevara el control de la situación no era de su agrado.

-    Bien - baje el arma y salí de ahí.

Volví a mi cuarto y tranque la puerta con seguro, busque mis audífonos,  coloque un rock pesado y empecé a dar caladas... si, al fin, esto se sentía genial, como antes, el dolor empezaba a desaparecer, la música se oía lejos y... todo se volvió oscuro.

Desperté al día siguiente, un olor terrible a marihuana inundaba mi cuarto, abrí la ventana y prendí varios fósforos para disipar el olor, se enteran que me drogue y mínimo me matan. Tarde 1 hora para quitar el olor de mi cuerpo en el baño, me cepille 3 veces, comí una menta y salí. Me dolía todo y sentía mareo, la cabeza me retumbaba, fui hasta la enfermería. Pedí una pastilla y luego fui al comedor, me senté sin muchos ánimos y salude a mis amigos, les dije que me sentía mal y que no tenía muchas ganas de contarles de mi vida, ellos hablaron de su fin de semana. Termine de comer y apenas vi a Alan sentarse cerca de nuestra mesa, recogí mi bandeja, me pare, la deje en su sitio y salí de la cafetería. Lo menos que quería era verle la cara a ese desgraciado, ni siquiera tenerlo cerca, por mitad del pasillo sentía que me perseguían, voltee a confirmarlo. Era Alan ¿Ahora qué quería? Acelere mi paso y entre lo más rápido posible para trancar la puerta pero metió el pie y logro abrirla de golpe y luego la cerro, paso el seguro.

-    ¿Qué carajos quieres? - pregunte enojada y de repente sentí una punzada en el estomago.

El se vino hacia mí y me logro acorralar contra la pared, lo empuje con las manos, me las retuvo y lo empuje con una patada. El cayó muy cerca de la otra pared y se lanzo hacia mí nuevamente. Lo trate de golpear cerca del pecho para que se alejara pero esquivo los movimientos. Luego sentí otra punzada en el estomago y saco ventaja, logro acorralarme nuevamente, tomo mis manos y las subió a la altura de mi cabeza y apoyo su cuerpo contra el mío.

-    Suéltame - exclama tratando de moverme.

-    No.

-    ¿Qué carajos quieres?

Y se vino a mí, juntando nuestros labios, rechace el beso. No, no iba a caer, me apretó aun más y bajo a mi cuello. Noooo, el cuello no ¿Por qué.... porque me hacia esto? No lo disfrutes Nao, seguí luchando para zafarme.

-    ¡Si te sigues moviendo, te prometo que te amarrare a la cama! - dijo y siguió en mi cuello.

Luego fue al lóbulo de mi oreja. Empecé a perder fuerza, volvió a mi cuello oh... mi respiración estaba agitada del esfuerzo, luego volvió a mis labios y acepte su beso, no quería dejar de besarlo, el se separo justamente cuando yo estaba totalmente alterada. Me vio.

-    Necesito que me escuches.

No respondí.

-    Ven a mi casa esta noche, te lo explicare todo ¿Ok? - dijo tranquilamente.

¿A su casa? ¿Había oído bien?

-    No dejare que creas que te engañé, así que te mostrare la verdad, te paso más tarde la dirección ¿Va?

Asentí, seguí esta vez una gran punzada en el estomago y sentí como la comida se me devolvía, me aparte de inmediato y corrí hacia el baño a vomitar. El llego a mi lado y me sujeto el pelo. Saque todo lo que tenía en el estomago, baje la cadena. Me lave los dientes y me seque. Me sentía débil y mareada.

NaomiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora