Capitulo 46

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- Le tengo el aprecio que siempre le he tenido, lo demás ya es pasado – respondí neutra.

- ¡Listo! – llego Sabana con la comida.

¡Gracias al cielo!

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El resto de la semana la pase entrenando fuerte y cuadrando estrategias, asistiríamos a una fiesta de mafiosos en cubierto, extrañamente era en la ciudad, por lo general son fuera de la ciudad, pero no, esta era dentro de la ciudad, en un club muy exclusivo y donde tal vez estaría nuestro amigo Maureen. Lo primero que el señor Ricks se aseguro fue de impedirle salir a su hijo. Así que con el perímetro despejado, nos embarcamos a la fiesta. Era semi formal, todos íbamos de negro. Era extraño ir tan "arreglados" a una misión y en tacones mucho más, obviamente tuvimos nuestras clases para correr y atacar sin perder el glamour. Llevaba un vestido corto con escote en V y caía en cortas capaz. Unos tacones negros casuales con tiras para mayor seguridad, cabello con rulos y la pollina abombachada y obvio mi pequeño "ligero" para llevar navaja, pistola y un rociador que duerme a la gente solo para casos necesarios. Llegamos y había un poco de cola para entrar, tratamos de dispersarnos entre la multitud para no entrar todos juntos. 30 minutos después la mitad estábamos dentro. La otra mitad afuera, vigilando la zona y a los invitados. Había mucha gente y en definitiva el 90% eran mafiosos o personas involucradas en negocios sucios. Me coloque mi audífono, estábamos monitoreados por satélite, los lideres llevaban cámara y nosotros acataríamos las ordenes vía el audífono y micrófono. Mi hala era la oeste, había mucha gente, no reconocía a nadie hasta los momentos, Eliot llego a mi lado y juntos tratábamos de mezclarnos con la gente, tomando champagne, uno de los más finos del país. Oía las conversaciones por el auricular. Entre la multitud vislumbre a Abraham ¡Casi bingo! Apreté el botón que activaba el micrófono en mi pulsera.

- Veo a uno – comente.

- Ok, no lo pierdas de vista – me contesto por el audífono Zacarías.

Estaba de traje hablando divertidamente, con algún hombre, había un tercero que no distinguía, miraba hacia el otro lado, hasta que volteo, me congele al momento. ¡¿SANTIAGO AQUÍ?! ¿Qué hace aquí? Joder, no puede verme o se dará cuenta que el clan esta aquí. Le susurre a Eliot que saldría un momento porque estaba acalorada. El asintió e informe de mi salida, era mejor cambiar de puesto y que no me vieses, sino todo se complicaría, empecé a caminar rumbo a la salida mientras le enviaba a un mensaje a Tony avisándole que el estaba aquí. Después de un grupete bien atravesado, logre salir y llegar a la entrada, cambiaria mi puesto Maia que estaba en algún lado aquí afuera. Sentí una mano en mi hombro que me halo bruscamente y me volteo.

- ¡¿Qué hacen aquí?! – pregunto un histérico Santiago.

Me tense. Me vio, me siguió, me está enfrentando. Estaba muy enojado, su cara me lo decía claramente, estaba de traje y muy guapo.

- Si no se van llamare a la policía – amenazo.

No paraba de parpadear, estaba sorprendida de lo enojado que estaba y qué debía hacer en ese momento.

- ¿Qué haces tú aquí? – pregunte – Esto es una reunión de mafiosos. Todos los que están adentro son peligrosos.

- ¡¿Y tú no?! – pregunto alterado.

Auch. Eso hizo cuestionarme.

- Santiago tienes que irte de aquí, esto no terminara en nada bueno.

- ¿Qué van hacer? ¿Atacar a todos los qué están adentro?

- ¡Tienes que irte de aquí! – susurre para no levantar sospechas – Te puede pasar algo.

NaomiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora