Capitulo 2

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Cuando entro, soy el centro de miradas de todos, lo que me hace sentir muy incomoda.
En mi anterior colegio nunca me miraron de esa manera, no por que nadie no me conociera; la verdad es que siempre fui muy conocida por mi alegre y temperamental carácter. Pero nunca fui el centro de atención. Me revolví incómoda y me acerqué a Jeza, quien soltó una pequeña risa.
-¿Por que me miran así?- pregunté muy confundida y aterrada.
-Por que eres diferente a las demás: pelo, altura...- dijo sonriendo.
-¿Nunca habéis visto a una morocha con greñas estofadas?- pregunté sarcástica, esta río y me dio un pequeño manotazo en el hombro.
-¡Cállate! sabes que no es verdad -me dijo y le saqué la lengua siendo consciente de lo infantil que se veía.
Cuanto más avanzábamos más intensas eran las miradas, hasta que todos se pusieron rectos y apartaron la mirada para bajar sus cabezas. Me di lentamente la vuelta, estaba un poco asustada por lo que fuera que estaba pasando, pero cuando lo hice vi a tres chicos atractivos, altos, morochos (a esepción del chico del centro que era pelirrojo) y musculosos.
Debo de admitir que quedé boquiabierta, hasta que sentí una mano que me apartaba del pasillo.
-¿Qué pasa?- pregunté cuando Jeza me soltó.
Tenía una mirada de horror en su rostro, a lo que yo le fruncí el ceño.
-Esperemos que no te hayan visto, no permiten que cualquiera les mire de esa forma- la sangre me comenzó a hervir por las venas.
No estaba dispuesta a seguir ningún tipo de reglas por que ellos se sintieran superiores.
-No pienso hacerles caso a tres idiotas que se creen superior a los demás- dije soltándome de su agarre de un fuerte tirón.
Jeza me miró con preocupación.
-Son terribles Carl ,se pasan con los que incumple sus reglas- susurró con temor.
Yo como estaba alterada, alzaba la voz.
-Conmigo no se pasa nadie ,te lo aseguro- me miró por unos segundos y sus facciones se relajaron al ver mi seguridad- Además ¿Que reglas son esas?¡Es de locos!- casi le grité, ganándome una vez más las miradas de todos.
-Son cuatro reglas básicas- dijo haciendo una pequeña pausa- Son sencillas ¡Vamos, las podrás cumplir!- dijo animándome a que no me metiera en problemas.
Lo que ella no sabía es que ese era mi afán.
-No pienso cumplir reglas Jez, de ningún tipo, deberías saberlo...llegué hace medio mes, en el cual no me he separado de ti.
-Bueno- suspiró- la primera regla: no los mires a menos que te consideren de su categoría- me empecé a reír y ella me pegó un manotazo- la segunda: no le hables si no te consideran tan importantes como para ello- volví a reír aunque esta vez un poco menos esta me fulminó con la mirada.
-¡Está bien! Es que hace gracia- levanté mis manos en son de paz.
-La tercera: no los toques sin su permiso- la dejé continuar.
De todos modos no tenía pensado tocarlos por nada del mundo.
-Y la última y más fácil a cumplir: no toques a sus chicas si no quieres problemas. No creo que tengas problemas con esa- dijo riendo.
-Si con la única...¿Sabes que no voy a cumplirlas, verdad?
-Claro que lo sé, así que...suerte- dicho esto señalo algo a mis espaldas para hacerme voltear.
Cuando lo hice casi me da un vuelco al corazón.

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