Capitulo 12

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Cuando me di cuenta, estaba en el pasillo con la mano de Brian alrededor de mi brazo apretando con fuerza, haciendo que mis sentidos se retorcieran por el dolor.
-¡Suéltame me haces daño!- grité con fuerza, pero como siempre, hizo caso omiso y me estampó contra la pared.
Me asuste al instante. En lo poco que lo conocía nunca lo había visto de esa manera.
Se posicionó a centímetros de mi cara y lo miré directamente a los ojos a lo que este reaccionó apretando mas su puño.
¡Joder esto duele! ¡Eres un...!- le grité entre gruñidos, hasta que me quedé sin aire, realmente dolía.
Me soltó con rabia y puso sus manos a ambos lados de su cabeza, tirando de su rojo cabello.
-¡Te he dicho que no me desafíes!- la desesperación en su voz se hace visible- ¡No tienes ni idea de lo que soy capaz de hacerle a una mojigata como tu!
-¡No eres quien para decirme lo que debo o no hacer!¡No me dan miedo tus jueguitos de chico malo!- la indignación cada vez se abre mas paso sobre mi cuerpo.
Pero...la verdad es que me muero de miedo de tan solo pensar en esos jueguitos.
-¡Te diré lo que tengas que hacer todas las veces que sea necesario!
-¿¡Pero tu de que vas!?- hago una pausa sintiendo el corazón en la boca- No eres quien para decidir como manejar las vidas de los demás. Controla tus complejos de superioridad si no sabes que hacer con tu propia vida. Se nota que eres un ricachón que no sabe lo que es tener problemas en la vida, tener que venir aquí, para encontrar más problemas a tu lado- la rabia sale de mi a borbotones.
No suelo juzgar a la gente por su apariencia, pero este chico saca lo peor de mi.
Una lágrima inesperada se desliza por mi mejilla, mi respiración al igual que la de él está agita. Los dos estamos al límite y me doy cuenta cuando este levanta el puño. Me encojo en mi sitio, pero lo estampa contra la pared que tengo detrás. Se separa de mi con brusquedad y yo apoyo la cabeza en la pared pero este vuelve a acercar.
-¡No tienes ni puta idea de como es mi vida niñata!-me chilla a tres centímetros de mi cara.
Me sorprendo al escuchar esas palabras, aunque no me las acabo de creer. Le cojo la camiseta con los puños cerrados y lo empujo lejos de mí.
-¡No me vuelvas a llamar así!- le grito y salgo corriendo.
Llego al baño completamente agitada, con todo tipo de emociones inexplicables recorriendo mi cuerpo.
¿Como he dejado que pase esto? Debería haberle golpeado cuando tuve oportunidad.
Miro mis muñecas, dándome cuenta de los notables cardenales en mis muñecas y en mis brazos. Esto si que va a pagarlo...¡Y con creces!
Furiosa salgo del baño, en busca de Jeza, cuando la encuentro nos dirigimos a la clase de lengua.
-¿Donde te has metido en el almuerzo?- me pregunta con curiosidad, le doy una leve sonrisa y esta al verme frunce el ceño- ¿Que ha pasado esta vez?- vuelve a preguntar como si fuera tan obvio.
-Nada, no te preocupes- le digo quitándole importancia.
-¿Estas segura?- asiento y le sonrió.
Entramos a clase y a los pocos segundos entra el profesor y comienza con su habitual y aburrida clase.
Cuando se acaba el dia, me encuentro muchísimo mejor que antes, me encuentro con Jason, Jeza y Marck saliendo del edificio, cuando siento que alguien me coge del brazo marcado por el cardenal.
Hago una mueca de dolor y me giro de inmediato.
Unos conocidos ojos color chocolate, similares a los mios me asaltan y el rostro de mi hermano se hace presente.
Abro los ojos como platos de la sorpresa y me tiro sobre él agarrándole fuertemente del cuello. Raramente corresponde mi abrazo, y me da un suave beso en la frente.
-¿Que haces aquí?- la emoción me sale hasta por los poros.
-He venido a visitaros- me dice con una gran sonrisa.
La verdad es que siempre me he llevado a medias con mi hermano, una relación de amor odio en todos los sentidos.
Pero debo admitir que lo quiero más que a nadie, al fin y al cabo es mi hermano...
-¿Y Ana?¿Ha venido contigo?- pregunto atropelladamente.
-Claro, está en casa, he venido a recogerte para ir a dar una vuelta- me revuelve el pelo, maldita manía...
Antes de marcharme con él, voy hacia mis amigos.
-Chicos este es Francisco...
-Tu hermano- dicen los tres al unísono sin dejarme acabar. No puede ser tan obvio.
-¡Exacto!- exclamo, pero me acuerdo de algo- ¡Mierda, Jason! ¿podríamos posponer lo de ir a tomar algo?- le pregunto sabiendo que accederá y me entenderá.
-Claro que si- dice guiñandome un ojo.
-Gracias- les doy un beso a cada uno cono despedida, eso es raro en mi, pero hoy es un día especial.
Justo cuando me voy a subir al coche mi mirada se cruza con la de Brian, que se encuentra con los brazos cruzados apoyado en su coche.
Siendo completamente sincera...se ve de lo mejor, con sus brazos contraídos y su pelo rojo brillante...
¿Pero que estoy diciendo? Ni loca, es un imbécil inepto.
Su mirada no se aparta de mi hasta que me meto en el coche de mi hermano, y me quedo un poco aturdida.

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