Carla:
No sabía por qué me seguía sintiendo así por él. Se suponía que era agua pasada, que me había humillado, que no era nada para él. Pero aún así ahí estaba, enviándome una foto de él con otra chica, besándose, en la cual ponía "Esto nunca lo podrás tener tu, ni esto ni nada" .
Me tensé nada más posar mis ojos en esas palabras, las cuales me habían afectado más que la propia foto. Sin saberlo se me escaparon dos lágrimas, las cuales no sabía que estaban ahí hasta que sentí los suaves dedos de Brian secándolas con un tanto de ternura.
De inmediato lo miré, girando mi cabeza con lentitud y sintiendo unos nervios del tamaño del Everest.
-¿Que pasa?- preguntó con confución, entonces le tendí el móvil.
-Míralo tu mismo- le tendí el móvil nerviosa.
Este se quedó mirando la pantalla durante unos segundo frunciendo el ceño a medida que estos pasaban.
-¿¡Que mierda es esto!?- gritó a la vez que me miraba.
No sabía por que actuaba de esa manera ahora, yo no le había hecho nada.
-¡Esa mierda es la clase de primo que tienes!- dije arrebatándole el móvil de un tirón y poniendome de pie.
No iba a aguantar los gritos de un inepto sin ningún motivo presente.
Consiguió poner se de pie. Tomé la delantera y apresuré el paso, dejándolo atrás. Derrepente me agarró del brazo y me dio la vuelta para que quedara frente a él.
Lo miré a los ojos confundida al mismo tiempo que este volvía a elevar su mano para sacar una lágrima que había vuelto a caer.
Me puse nerviosa al mismo tiempo que mis pelos se elevaban. Menos mal que tenía la chaqueta.
¿¡Dios mío que me pasa con este chico!?
-¿Por que te envió esa foto?- dijo en un tono mucho más tranquilo.
-No lo sé- dije encogiéndome de hombros.
Lo miraba tan fijamente que casi podía leer lo que decía su mirada. Este sin embargo, no había quitado sus cálidos dedos de mis mejillas. Lo que por alguna estraña razón me agradaba.
-Le gusta humillar a las chicas, y más a las que saben que algún día sintieron algo por él. Cree que tiene el control del universo- este me miró por unos segundos procesando mis palabras, atónito.
-No deberías llorar por ningún chico, menos por uno que no vale una mierda- dijo seguro de si mismo.
Me sorprendí al ver la preocupación reflejada en su rostro y escuchar sus cálidas palabras.
-Gracias...- susurré al mismo tiempo que una presión se hacía presente en mi pecho.No iba a llorar, no delante de él.
Me miró a los ojos y se fue acercando poco a poco en busca de aprobación. No tenía intenciones de apartarme, así que...un carraspeo nos hizo dar una salto y separarnos de inmediato el uno del otro.
-¿Nos vamos?- dijo la voz de Jason a mi lado.
Lo miré volviéndome cada vez muchísimo mas roja. Este a su vez mostraba confución en su rostro, sabía que le iba a tener que dar una larga y clara explicación.
-Si...claro...- dije rápidamente- Nos...vemos mañana- dije entrecortadamente guiando mi mirada a la del pelirrojo.
Tenía el rostro lleno de furia y frustración, lo cual me sorprendió y confundió al mismo tiempo.
No sabía si era por que nos habían interrumpido o por lo que estaba apunto de pasar.
-Sí, hasta mañana- dijo y se dio media vuelta desapareciendo de mi campo de visión.
Me di la vuelta y junto a Jason empecé a caminar hacia la salida. Nos montamos en su coche y partimos.Cuando justo estábamos a punto de salir a la autopista, decidió hablar:
-Bueno...veo que me debes una larga explicación- su rostro se convirtió en una mueca de pues picardía.
Le conté todo desde el principio y este prestó atención como si le fuera la vida en ello. Cuando acabé me giré hacia él y vi que tenía una amplia sonrisa en el rostro.
-¿Enserio fue él tu primer beso?- dijo mientras estallaba en una gran carcajada.
¿Enserio?¿De todo lo que le había contado, solo se había quedado con eso?
De alguna manera no me sorprendía, él era así y así lo quería. Entonces le miré con una sonrisa amplia y asentí rápidamente con la cabeza.
-¡No me lo puedo creer! Y no pensabas decirme nada- exclamó entusiasmado mientras estallábamos en carcajadas.
-Tampoco es que sea nada importante- dije con indiferencia fingida.
-Sí, ya quisieras poderte creer esas palabras- dijo pícaro al mismo tiempo que estacionaba.
Bajamos del coche mientras reíamos y nos dirigimos a la entrada.
-Hola ¿que desean?- nos dijo una chica morena y de amplia sonrisa detrás de una cristalera con un hueco por el cual te pasaba las entradas.
-Dos entradas por favor- dijo entonces Jason.
Esta nos extendió dos papelitos al mismo tiempo que decía el precio de estos con amabilidad. Cada uno aportó su parte y entramos, yo por mi parte algo más que emocionada.
Cuando elevé la mirada me quedé boquiabierta. No me podía creer lo que estaba viendo.
Era todo enorme, había atracciones por todos lados y puestos de perritos, gominolas, algodón de azúcar, etc...
-¿Te gusta?- dijo entonces Jason riéndose de mi.
-¡Claro que si!- dije gritando de la emoción.
-¡Vamos anda! Más te van a gustar la atracciones- dijo a la vez qué me guiñaba un ojo amistosamente.Habían pasado dos horas, en las cuales nos habíamos montado en todas las atracciones para adultos que había en todo el recinto.
Me lo había pasado de miedo, sin duda alguna, era lo más divertido que había hecho nunca.
Estábamos sentados en un pequeño puesto comiendo un apetitoso perrito caliente, nos estábamos muriendo de hambre.
-¿Como te lo has pasado?
-¡Definitivamente más que genial!- exclamé convencida.
-Me alegro, ya vendremos algún día todos juntos y lo pasaremos muchísimo mejor- dijo con su característica alegría.
Era uno de los mejores chicos que había llegado a conocer hasta entonces en este sitio. Uno de mis mejores amigos.
-¿¡De verdad!?- exclamé con entusiasmo, éste asintió- Gracias...- dije abalanzandome sobre él.
-De nada mujer...pero suéltame que me asfixias...- al ver que se ponía rojo lo solté de inmediato, riendo como hacía tiempo que no lo conseguía.Cuando estuve de vuelta en casa, entré encontrándome con todo a oscuras. Sabía que había llegado un poco tarde, pero tampoco era para tanto.
Miré mi reloj y me di cuenta de que eran las once de la noche.
Corrí espantada por si mi madre se pudiera despertar y me viera tan tarde llegando a casa.
Subí volando a mi habitación y sin cambiarme me dejé dormir sobre mi cama.
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Acabando Contigo.
Teen FictionElla: una chica dura que no se deja manipular por nadie, odia a los chicos, odia el amor...y como toda adolescente tiene un pasado. El: un chico popular, engreído, mandón, posesivo, manipulador, y...con una familia complicada. Son polos opuestos, pe...