Capitulo 57

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Carla:
Se que soy una completa estúpida, me sentía mal conmigo misma pero simplemente no podía, no me veía preparada para dar ese gran paso, no era por que no confiara en él. Simplemente no me siento preparada.
Me vestí con unos leguins negros, un suéter ancho y mis tenis de correr rosados, no era de llevar mucha ropa rosada pero esos tenis eran la excepción. Cuando hube acabado me acerqué al baño y toqué la puerta.
-¿Ya has acabado?
-Sí, ya salgo- me giré hacia la mesilla de noche y de allí cogí mi coleta​.
Me tenía que lavar la cara y ponerme un poco de rímel, no quería asustar a nadie con esta cara de recién levantaba que tenía. Se escuchó la puerta del baño abrirse y fui hacia el.
-No me gustan esos pantalones...- escuché como decía desde la habitación Brian.
-¿Por qué? Son los más cómodos que tengo- expliqué algo confusa.
-Se te nota todo y no quiero meterme en líos hoy- Fruncí el ceño, me estaba echando la última capa de rímel, el cual casi me lo meto en el ojo cuando una carcajada se escapó de mi garganta.
-¡Eso no va a pasar!- vi una cabellera roja asomar por la puerta, me giré hacia él y vi su ceño fruncido.
-Va a pasar...
-¿Y si pasa qué? Si no tocan estamos en paz- vi como sus hombros se tensaban un poco.
-No quiero qué nadie mire lo que es mío- reí un poco, pero él estaba completamente serio.
-Nadie lo va a hacer, además el suéter me tapa- expliqué un poco más seria para relajarlo, lo cual conseguí aunque no al cien por ciento.
-Mejor para ellos que sea así- le di un casto beso de consolación en la mejilla, logrando que por fin se relajara y olvidara el tema.

Nos encontrábamos en la recepción del hotel, estábamos a punto de dividirnos cuando localicé, al fondo, una figura delgada y un cabello rubio que conocía a la perfección. Salí corriendo en su dirección.
-¿¡Carl, a dónde vas!?- escuché a Brian detrás de mí.
No me molesté en contestar, simplemente dejé que me siguiera. Cuando estuve a tres pasos de ella la llamé.
-¡Jeza espera!- ésta se giró al escuchar su nombre y entonces pude ver sus hinchados y rojos ojos; y las pronunciadas bolsas debajo de ellos. A su lado se encontraba un Nick con ojeras, aunque no tan profundas como las de ella.
-Hola...- murmuró, la abracé con fuerza, haciéndole saber que contaba con mi apoyo.
-¿Que ha pasado, Jez?- bajó la cabeza y se quedó muda. Miré a Nick y este apartó su mirada de mis ojos apresurado- Puedes confiar en mí, se supone que estamos para eso.
Tener que explicárselo me dolió, se suponía que si era mi mejor amiga era por que confiaba en mi, al igual que yo en ella.
-Confío en ti, pero...no creo que sea el lugar adecuado para hablar de esto- asentí con la cabeza.
-Vamos a mi habitación...- la cogí por la muñeca y la arrastré hacia arriba. Aunque antes de eso sentí otra mano enroscarse en la mía.
-¿No vendrás conmigo a orientación?- escuché la monótona voz de Brian.
-Necesito hablar con ella.
-Pero...yo quería ir al bosque contigo.
-Brian, por favor...- su cara de cachorrito me partía el alma, pero en este momento estaba muy preocupada por mi mejor amiga.
-Vale, pero me debes un paseo por el bosque- una carcajada salió de los dos, se acercó a mi y dejo un lindo beso sobre mi frente, se dio la vuelta y se fue.
-Tienes mucho que explicarme señorita, la castigaré durante dos semanas por desaparecer sin consultarme- intenté bromear, aunque no sé si me había salido muy bien. Pero cuando miré a Jeza me di cuenta de estaba sonriendo.
Llegamos a mi habitación, abrí la puerta y entramos en ella sentándonos en la cama. Ella se quedó muda por lo que empecé yo.
-Bueno...¿qué ha pasado con Marck? Nos has tenido muy preocupados a Jason y a mi- se revolvió un poco incómoda, pero tanto ella como yo sabíamos que me merecía una explicación, igual que mi otro amigo.
-El...otro día...Marck nos pilló a Nick y a mí hablando, yo estaba con las piernas encima de él y hablábamos de todo un poco, me reía y él conmigo...- tomó aire- Marck se enfadó muchísimo conmigo, cuando se lo intenté explicar se puso como un energúmeno- vi como sus preciosos ojos se llenaban de feas lágrimas.
>>Me...empujó, me hizo caer, casi me levanta la mano pero gracias a Nick no lo hizo. Justo apareció cuando estaba apunto de darme...
-Jez lo siento muchísimo...- negó con la cabeza y prosiguió.
-Nick se había portado bastante bien esos días que estuvimos hablando como "amigos", me ayudó muchísimo esa noche y a la noche siguiente yo quería olvidarme de todo. Me fui con ellos por el pueblo, de bar en bar, bebiendo de todo un poco hasta quedar nublada, entonces ahí paso lo que más temía con Nick -me quedé pensando en si había pasado algo malo- Me besó...- susurró como si ni ella se lo creyera todavía- No le he...querido decir nada por si no lo recuerda, por todo esto de la borrachera.
-Jez...¿Te gusta Nick?- un silencio invadió la habitación durante unos largos minutos.
-Creo que si...- susurró.
-¿¡Enserio!?- me sorprendí más que nunca, esta asintió con la cabeza.
-Ha estado muy atento estos días, me ha apoyado muchísimo con lo de Marck y me ha hecho sentir más especial que cuando estaba con el. Pero desde su punto de vista sé qué él solo nos ve como amigos, ya sabes...es el Nick indomable -me reí ante su razonamiento.
-Te recuerdo que yo "domé" a la bestia más potente del instituto- exageré haciéndola reír.
-En eso tienes razón, pero...yo no soy como tú, Carl.
-Claro que no eres como yo Jez..., tú eres muchísimo mejor. Eres divertida, sincera, cariñosa, guapísima...¿qué más se puede pedir?- ella negó con la cabeza, aunque con una amplia sonrisa en su rostro.
-¡Eres la mejor!- se tiró encima de mí y empezamos a reír.
Cuando se acercó la hora de cenar Jeza se fue a su nueva habitación, la cual compartía con Nick ya que me había explicado que habían cambiado al compañero de Nick por ella. Mientras yo tenía un asunto pendiente con un gilipollas de primera.
Bajé a la primera planta, toqué en una de las primeras habitaciones y justo cuando la gente que llegaba de orientación comenzaba a subir a sus habitaciones la puerta se abrió.
Mi puño se cerró fuertemente y en cuestión de segundo había volado hasta la cara del infeliz que algún día pudo llegar a ser mi amigo.
-Pero...¡QUÉ COÑO TE PASA!- me gritó con ferocidad.
-!Eres un capullo que se merece eso y más¡ Solo te advertiré una vez, no te acerques a Jeza nunca más o lo vas a pasar bastante mal.
Este se acercó amenazante provocando que todos mis sentidos se pusieran alerta.
-Mira zorra de primera...
-¡Ni se te ocurra!- exclamó una voz potente detrás de mi. Esa potente voz que tanto me calmaba y me relajaba, esa misma voz que tan protegida me hacía sentir.
-Ah... Si parece que ha llegado el príncipe azul- exclamó con asco Marck.
Hice el amago de acercarme a el pero unos fuertes brazos me tomaron por la cintura, separándome de él.
-Eres un completo maricón. ¿Cómo se puede llegar a tener una mente tan enferma, como para levantarle la mano a una mujer...?
Marck intentó golpearle, pero este lo esquivó ágilmente y le propinó un fuerte golpe en su estómago, dejándolo sin respiración.
-Veo que se te han olvidado muy rápido las normas. Te recuerdo que para ti siguen en pie- se dio la vuelta, me cogió de la cintura y fuimos a la habitación.

Acabando Contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora