Capitulo 20

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Carla:
Cuando mi mirada subió de mi sobrina al frente vi al idiota de Brian.
Me estaba mirando, su mirada daba miedo a la vez que curiosidad.
Volví a bajar la mirada pasando de él. No se iba a acercar y menos lo haría yo.
Cogí a mi sobrina en brazos sacándola del carro, al ver tantos niños alrededor empezó a reír. Sonreí al escucharla tan feliz. Me encantaba esta niña, en tan poco tiempo que la conocía sabia que era muy feliz ya que se pasaba todo el día riendo y sonriendo. Me levante y la llevé al parque de arena que estaba desierto, la senté allí y le saque el cubo y la pala que traíamos en un pequeño bolso.
-¿Hacemos un castillo?- le pregunté sonriendo.
Sabía que no me contestaría, pero tenía la esperanza de que al menos me entendiera.
Ella subió las manos y rió como queriendo decir que sí.
Cogí la pala y empecé a escarbar mientras ella metía arena en un cubo.
Derrepente sentí como una figura pequeña se ponía al lado de nosotras, levanté la mirada y vi como una niña pequeña de unos 3 años, de pelo rojizo y ojos verdosos, se ponía al lado nuestro.
La miré con simpatía y una gran sonrisa, a pesar de que no me agradaban mucho los niños.
-Hola, ¿puedo jugar con ustedes?- preguntó amablemente con una cálida sonrisa en su rostro.
-Claro que si guapetona, ¿quieres hacer tú el hueco en la arena?
-¡Vale!- exclamó risueña.
Tomó mi pala para ponerse al lado de mi sobrina a escarbar, las miré sonriendo hasta que sentí a alguien detrás de mi.
Me di media vuelta y me encontré con unos profundos ojos color esmeralda junto con un pelo tan rojizo como el fuego.
-¿Que quieres?- le pregunté dándome la vuelta para seguir viendo la hermosa escena.
-Cuidar a mi hermana- dijo detrás de mi. Me revolví un tanto incómoda.
-¿Es tu hermana?- pregunté con curiosidad señalando a la niña junto a mi sobrina sin darme la vuelta.
-Sí - dijo entonces muy orgulloso de su respuesta. Me quede observando a la niña.
La verdad es que se parecían un tanto en el color de los ojos y el pelo.
-Se parecen mucho ahora que me fijo- le dije sorprendida.
-Lo sé, por algo es mi hermana- dijo entonces estropeándolo todo.
Me giré y lo miré mal, no sin antes darme cuenta de la cercanía que había tomado.
Me puse muy nerviosa y las mariposas invadieron sin ningún motivo mi estomago. Me quedé perdida unos instantes en sus ojos verdosos, hasta que este habló después de unos segundos.
-¿Es tu hermana?- preguntó haciendo un gesto en dirección al parque de juegos.
Negué con la cabeza.
-Es mi sobrina- le aclaré mientras sonreía, contenta por ese gran hecho.
-Nadie lo diría- dijo entonces.
-¿Por que?- fruncí el ceño curiosa.
-Os parecéis bastante- dijo entonces.
Fruncí aún más el ceño. Nunca había visto un parecido entre nosotras, no nos parecíamos ni en el blanco de los ojos.
-no digas tonterías. No nos parecemos en nada.
-¡Claro que sí!
-A ver...¿en que listillo?- se cruzó de brazos, desafiante.
-En el pelo rizado y cargado, en los ojos color verdosos y los labios carnosos- dijo esto último mas despacio de lo común.
Su mirada se dirigió a mis labios y la fijó en ellos. Yo me quedé observando su magnifico rostro.
Había que reconocer que el chico pese a todo era guapísimo.
Se fue acercando peligrosamente, pero entonces una voz interrumpió en el momento oportuno.
-¡Carl nos vamos, tu madre acaba de llamar!- me gritó mi cuñada desde el otro lado del parque.
Me giré sobresaltada, y mientras lo hacía escuché un gruñido cerca de mi oreja.
Me sorprendí a mi misma pensando una y otras vez en lo que había estado a punto de ocurrir mientras cogía a mi sobrina y me despedía con un simple Adiós del pelirrojo.
Lo que más me asustaba de todo eso es que ni siquiera había intentado apartarlo. Y eso me aterraba.
-¿Quien era ese chico tan guapo?- preguntó mi cuñada con curiosidad y picardía.
La miré sonriendo mientras mis mejillas se teñían con un leve color rojo y extraño.
¿Que mierda me pasaba?¿Desde cuando YO me ruborizaba?
-Un chico del instituto. Pero lo odio con todo mi ser- le dije entrecerrando mis ojos.
-Claro...seguro que sí- exageró riendo.
-Pues sí- dije mirándola mal. Sabía que no sentía nada por el, aunque quisiera no podía.
Todo aquello que me pasaba cuando estaba junto a el seguro que era por odio. No podía ser de otra manera.
Por que no podia ¿no?

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