Capitulo 7

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Cuando giré mi mundo calló en picado, mis murallas inamovibles se derrumbaron de un pequeño golpe.
¿Qué hacia el aquí?¿Quien le dijo que estaba aquí? Solo una idea se me pasaba por la cabeza, pero no lo veía capaz ni con la información adecuada para saberlo.
-¿Q-que h-haces aquí?- dije titubeante y al borde del llanto.
Al instante salieron los tres gilipollas riéndose de mi y haciéndome confirmar quien lo había llamado.
¿Que coño hacia Andrew McCober aquí? Mi pasado, mi primer amor, mi primera ilusión, mi primer corazón roto, mi transformación como persona...
-Por ti Carla- dijo serio.
Lo miré con rabia y comencé a reír sarcástica.
-Sabes que Andrew ,nunca pensé decírtelo, pero das pena ¡Dime que no me crees tan tonta como para caer en esta mierda!- dije gritando.
Eramos el centro de atención pero en este momento no me importaba.
-Nunca pensé que fueras tonta Carla, creeme. Pero si se aje eres algo patética- escupió con asco.
-¿¡Patética yo!?- reí con ironía- ¿Te recuerdo quien ha aceptado hacer esto por unos cochinos dolares? 
-Siempre he pasado de ti por que no te mereces que ningún chico te ame- continuó sin responder a mis preguntas- Eres bruta y poco femenina, ni siquiera eres guapa y vas por ahí creyéndote lo más sabiendo lo que eres.
Esas palabras habían sido las mas dolorosas que me habían dedicado en toda mi vida y mira que me habían dedicado cosas horribles.
Me acerqué a el peligrosamente.
-¡Soy como soy, gilipollas, y si no te gusta pierdes el tiempo! Es mas conmigo siempre lo has perdido. Hablas de ser patético cuando aquí el único eres tu aceptando el dinero de tres idiotas que lo único que saben hacer es daño ¡Pero como no sorprenderme si tu eres igual de inepto!- grité sin poder controlarme.
La risa de los tres había cesado hace minutos, pero aún así de esta no se libraban.
El pelirrojo estaba tenso y me miraba fijamente. Yo ni siquiera sabía lo que hacía. La rabia e impotencia me cegaban y sin pensarlo empujé a Andrew haciendo que callera al suelo.
Cerré mis puños estampándolos en su rostro con agresividad, hasta que unas grandes manos me tomaron por la cintura arrancándome de encima de él.
Forcejeaba por que me soltara, me acorraló contra la pared subiendo mis manos a mi cabeza y cuando me di cuenta de que se trataba del pelirrojo la rabia volvió a mí.
-¡Sueltame!¡No te atrevas a tocarme ni un solo pelo!- chillé con agresividad a todo pulmón.
Nunca me había sentido tan mal como hoy...¿por que esta mierda me pasaba siempre a mi?
-Eres un hijo de puta. No pensé que eras tan desgraciado como para esto- dije entre dientes.
No debería estar llorando delante de el pero era incontrolable, así que mas rabia me daba.
Levanté el puño de nuevo, pero este lo cogió antes de que se estampara en su rostro.
-Ni te atrevas- me susurro lo suficientemente alto para que yo lo escuchara.
Solté mi puño de su mano y le propine una fuerte patada en sus miembro con todas mis fuerzas.
-Te mereces eso y más- escupí con rabia.
Una especie de satisfacción se apoderó de mi al ver como este caía al suelo y se retorcía de dolor.
Me dirijí en llanto a mis amigos, los cuales me miraban con tristeza en sus rostros, y me subí al coche de Marck.
Cuando llegué a casa me encerré en mi cuarto hasta el día siguiente.

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