Capitulo 44

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Brian:
Me puse mis boxer, un pantalón vaquero negro y una camisa blanca con mis nikes blancas.
Revolví todo mi cabello cuando se hubo secado y justo cuando terminé escuché la puerta del baño abrirse.
-Ya estoy...- informé cuando la vi salir con solo una toalla envolviendo su cuerpo.
Me quedé petrificado frente a la cama, mirándola. Sus curvas se notaban más que nunca y me dejó con la boca abierta, babeando por querer tocarla.
-Si quieres puedes adelantarte. Yo me visto y bajo rápido a buscar a los chicos- cogió su ropa, la cual había dejado en una silla, sin por lo visto darse cuenta, y se dio la vuelta para volver al baño.
Quería esperarla pero era mejor darle su propio espacio. Y darme espacio a mi, si no quería que la encerrase aquí conmigo.
-De acuerdo, nos vemos después- me acerqué a ella y le planté un sonoro beso en la frente. Sus ojos reflejaron la pira sorpresa y yo aproveché para guiñarle un ojo.
-Estúpido...
-El mejor de todos, nena- se puso colorada como un tomate y me reí un poco de su adorable imagen.
-¡No me llames así!- me golpeó suavemente en el brazo con su delicada mano y se metió en el baño cerrando la puerta de un portazo.
Había cogido la mala costumbre de hacer eso siempre.
-Hasta después ¡NENA!- escuché un pequeño gruñido detrás de la puerta y se me escapó una carcajada mientras salía...
-¿De que te ríes tanto?- escuché a alguien detrás de mi.
Cuando me di la vuelta me di cuenta de quien se trataba, Raquel.
-Nada que tenga que ver contigo, Raquel.
-¡Ah, cariño! Todo lo que te pase a ti me incumbe a mi también- se fue acercando poco a poco mientras yo intentaba retroceder.
-No flipes Raquel, tu y yo no somos nada- su cara hizo una mueca de desagrado, siempre había tenido una obsesión conmigo. Le había gustado durante muchos años y después de utilizarla le había dejado claro que no quería nada con nadie.
Solo la utilizaba para mis necesidades y ella siempre estaba ahí para ellas. Aunque seguía acosándome siempre que podía y espantándo a cualquier chica que estuviera a mi lado.
-Veo que te a tocado con esa mojigata como compañera de habitación- dijo con asco.
Mis ojos reflejaron la pura furia. Lo que había dicho me enfadaba más que si esas palabras hubiesen sido hechas para mi.
-No es ninguna mojigata, no es una cualquiera como tú- le reproché haciendo su cara hiciera otra mueca.
-¿Te has acostado ya con ella?- su voz se rompió momentáneamente.
-¿Que?¡No, claro que no!- su ceño se relajó y el mío se pronunció aún más.
Una puerta cercana se abrió de repente, mostrando a una perfecta muchacha con unas pantalones vaqueros largos de talle alto, una camisa corta y unas vans que últimamente conocía muy bien.
-¿Que pasa?- preguntó confusa cuando sintió los cuatro ojos caer sobre ella.
-¡Así que esta es la puta que intenta quitarme a mi chico!- exclamó Raquel con los dientes apretados.
Carla la miró con el ceño fruncido y vacilante. Sabía lo que hacía y me sorprendió verla tan segura de sí misma.
-¿Tú chico?¿De qué hablas?
-No te hagas la estúpida conmigo, se que te intentas acostar con Brian- la sangre me hervía.
-¡Ya basta Raquel! Te lo he dejado siempre he tratado de dejártelo muy claro, ahora déjala en paz- Carla me miró sorprendida.
Sabía que no se esperaba que la defendiera, pero ya saben, ella siempre saca lo más absurdo de mi.
Raquel gruñó y se dio media vuelta para bajar las escaleras.
-Lo siento. Está obsesionada conmigo desde hace años y le tiene envidia a todas las chicas que están a mi lado. Lo siento, de verdad...- negó con la cabeza restándole importancia.
-No pasa nada, enserio, despreocúpate -sonrió y me sentí mejor- ¿Bajamos?- asentí con la cabeza rápidamente y le rodee los hombros con uno de mis brazos, se tensó por la sorpresa pero pronto se relajó.
Subimos al ascensor y llegamos a la parte baja donde se encontraba el amplio comedor.
-Nos vemos esta noche- dijo y salió caminando hacia la mesa donde estaban sus amigos.
Con una estúpida sonrisa me acerqué hacia mis amigos, los cuales se estaban sentados con un par de tías del equipo de volley.
-¡Al fin decides aparecer! Te hemos estado esperando por lo menos diez minutos, Romeo- bromeó Nick.
Le tiré una papa que le dio de lleno en la cara.
-No me toques las pelotas, Nick- amenacé con el semblante ahora serio, este subió las manos en a modo de derrota.
-¿Ya te la tiraste?- dijo esta vez James, fruncí el ceño ante su sutileza- Esa sonrisa solo puede ser por eso. Como tu dices no puedes estar enamorado de ella.
-Eres un gilipollas- todos reímos a carcajadas hasta las putas animadoras- Ustedes tres, fuera de aquí.
-¿Que?¿Por que?- se quejó Nick.
Las tres chicas sin dudarlo me hicieron caso. Por la cuenta que les traía mejor que así fuese.
-No, no me la he tirado. Y no sigas por ese camino James. Ni se te ocurra.
-Estás completamente jodido, amigo- su cara refleja más asombro que nunca. Más de lo que jamás he visto en todos estos años de amistad.
-Tío saca la cámara, esto debemos filmarlo para su boda- rodé los ojos.
-Yo no me pienso casar- James me apuntó con el objetivo de la cámara de su móvil.
-¿Podrías repetir eso?
-¿El que?¿Que no me pienso casar nunca?¡Pues claro que no lo haré!- saludé a la cámara- Que se enteren todos.
Este dejó de grabar cuando estuvo satisfecho.
-Esta enamorado- dijo Nick. con una estúpida vocecita que no sabía de donde la había sacado- Bueno, pues el señor enamorado a roto la apuesta. No ha durado nada...
-Llevamos cuatro años de apuesta, además,...¡Yo no he roto nada!
-¡La has roto!- reprochó Nick de nuevo. Lo miré mal y este me dedicó una sonrisa cínica.
-No me jodas, sabes que es verdad- dijo esta vez James.
-¡Vale, si! Me rindo. ¡Es verdad!- exclamé levantando los brazos y comenzando a comer lo más rápido posible para irme lo antes que pudiese de allí.
Quería este solo para poder pensar en todo esto y plantearme algún plan antes de actuar.

Cuando hube terminado me despedí de los chicos y me fui de allí lo antes que pude. Era temprano pero quería acostarme y que el día acabara de una vez.
Cuando llegué a la habitación me desvestí, quedando en boxer's y me metí en la cama. Cerré los ojos y tras darle un repaso mental a los mejores momentos del día, me quedé dormido.

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