Capitulo 5

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¡El malditos pelirrojo me tiró una bandeja de potaje enzima de la camisa!
Todos los alumnos de la sala comenzaron a reírse. A cada carcajada más me enfurecía, mi cara estaba mas que roja de la furia y sin pensarlo le tiré mi bandeja de macarrones en salsa enzima de la cabeza, propinándole a la vez un fuerte golpe en ella con esta.
Su cara de satisfacción, ahora era de enfado y sorpresa al mismo tiempo.
¿Es verdad que nadie le ha llegado a plantar cara? Ya veo que no...
La sala entera quedó en total silencio. Los dos chicos que iban siempre detrás de él me miraron sorprendidos a lo que yo les sonreí.
-Dime que no acabas de hacer eso- dijo aún más furioso. Estaba igual de rojo que su pelo.
-Si no lo tienes tan claro mirate en un espejo imbécil- lo fulminé con la mirada.
Este chico me había declarado la guerra y no pensaba perderla ni muerta.
-Acabas de colmar el vaso pequeña bastarda...- dijo remilgado.
Me enfureció todavía más, ya empezaba a cansarme de esta situación y acababa de empezar en este instituto de locos. Lo que más me daba rabia es que se metiera conmigo sin motivos
Sin pensarlo dos veces subí mi mano cerrando el puño y lo estampe contra su mandíbula a una gran velocidad. Se tambaleó hacia detrás provocando que sus amigos lo tuvieran que agarrar para que no se cayese. Levantó su mano y cuando pensé que me golpearía, agarró mi brazo pegando nuestros cuerpos y quedando a pocos centímetros de mí. Abrí los ojos con sorpresa pero al segundo fruncí el ceño a confundida, su cara de enfado y rabia comenzaba a dar miedo y un gran escalofrío recorrió mi espalda.
-Definitivamente acabaré contigo Riserie- me soltó propinando un gran empujón que casi me hace caer al suelo.
¿Acaso acaba de decir mi apellido?¿Como coño lo sabía?
-Imbécil- le dije antes de que se marchara fulminándome con su verdosa mirada.
Una ola de confusión me abarcó por dentro...¿Como podía saber mi apellido?
-Vamos anda ya has tenido bastante por hoy- dijo detrás de mi Jeza.
La miré un poco asustada y salí de allí. Me dirijí a mi taquilla para coger mi chaqueta y ponérmela por arriba para ocultar la asquerosa mancha.
Ahora me tocaba Mates...
¡Ugh...que asco!

Acabando Contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora