Carla:
Llegué al fondo del comedor a una mesa en una esquina donde se encontraban los chicos esperándome. Hoy la verdad es que no me sentía muy bien, no después de todo lo ocurrido con Brian esta mañana, no después de sentirme rechazada.
-Hola chicos...- saludé con la mano y me senté junto a Jason como de costumbre.
-¿Que ha pasado?- me preguntó Jason.
Odiaba que me conociera tanto. Apenas llevaba nueve meses en este país y este chico me conocía mejor que yo misma.
-Pues... larga historia.
-Tenemos todo el tiempo del mundo- dijo esta vez Jeza.
-Chicos lo siento, pero no tengo muchas ganas de hablar del tema- dije mientras me levantaba de la mesa y salía del comedor sin que nadie se diese cuenta. Llegué a la habitación bastante rápido. Nunca había sido muy abierta con mis sentimientos, mucho menos cuando ya me habían hecho daño una vez.
No me podía creer que me estuviese enamorando otra vez, y mucho menos del más mujeriego del instituto.
Lo primero que hice nada más entrar fue quitarme la ropa mojada. Me puse unos pantalones vaqueros largos y rotos, y una camisa blanca suelta.
Me tumbé en la cama, saqué mi móvil y empecé a ver todas mis notificaciones. No tenía muchas pero las suficientes como para entretenerme.
Después de unos minutos escuché cuatro golpes en la puerta, sin darme cuenta me tensé.
¿Sería Brian? Solo de pensar que estaríamos solos en la habitación después de todo lo ocurrido me ponía aún más que nerviosa.
Abrí la puerta y me encontré con un chico alto, bronceado. Sus ojos verdes se me hacían conocidos y tenía el pelo rojizo, aunque...no era el pelo el chico que yo quería ver en ese momento. Tenía un cuerpo bien trabajado, se podía ver atra vez de su camisa blanca.
-Hola...¿Quien eres?- pregunté suponiendo sobre la marcha de quien se trataba.
-Hola...¿esta mi hermano por aquí?- preguntó, dando por echó que yo sabía por quien preguntaba.
-No -contesté cortante.
Hice el amago de intentar cerrar la puerta pero me lo impidió. Un extraño escalofrío me recorrió el cuerpo cuando me di cuenta de lo oscuro que se habían vuelto sus ojos.
-¿No me dejarás pasar?- preguntó inocentemente.
No creía que fuese buena idea, pero este pareció importarle una mierda mi respuesta, porque enseguida corrió la puerta a un lado y entró como si nada.
-Claro... pasa. Como si fuera tu casa- susurré con ironía.
El pareció no escucharlo ya que no contesto nada. Por lo que me había contado Brian parecía un completo hijo de puta.
-Bueno...¿y tu eres?- preguntó con una sonrisa socarrona en sus labios.
-Carla, ¿Y tú?
-Veo que no me han presentado todavía- sonrió como si no fuera lógico que no. Al menos no oficialmente.
-De hecho se de ti, pero no exactamente tu nombre- reclame.
-Bueno, sabía que mi hermano no se quedaría callado, menos delante de tal monumento como este...- puse los ojos en blanco.
Me daba mucho asco la gente como este chico. Ya había tenido suficiente aguantando al hermano como para aguantarlo a el también
-En fin,...yo soy Leandro- me tendió la mano, la mire unos segundos y luego me decidí a estrecharla un tanto insegura.
El no soltó mi mano, si no que tiro de mi fuertemente hasta dejarme pegada a él y acorralarme contra la esquina de la habitación.
-¿Qué coño haces?- pregunté temerosa de lo que pudiese llegar a pasar.
-Veo que mi hermano se ha buscado un nuevo juguetito- sus palabras perforaron mi pecho por completo. No quería creérmelas pero poco a poco lo mi mente cedió- Solo que esta vez lo veo mas encariñado que de costumbre...
-Suéltame -dije entre dientes.
Leandro se río e intento acercarse más, pero antes de que eso pasará mi rodilla chocó directamente contra su entre pierna.
Se jaló bruscamente hacia atrás agarrándose su miembro. Me sentí mucho más relajada con sus manos fuera de mi cuerpo, pero eso no duró mucho tiempo.
-Te vas a arrepentir de haber hecho eso, mocosa- se volvió a poner recto y se acercó a mi peligrosamente.
¿Por que todas estas mierda me pasaban siempre a mi? Menos mal que no era una chica guapa ni mucho menos.
Su mano tomó vuelo y antes de poder detenerla o esquivarla, se estampó contra mi mejilla.
¿Que coño...? No me esperaba que fuese tan poco hombre como para hacer aquello, pero si el buscaba guerra, aquí estaba yo para dársela.
-No te creía tan poco hombre como para eso- le reclamé con asco.
-Ni yo tan estúpida como para que me tocases- mi rabia aumentaba en cada sílaba que salía de su boca. El en sí me enfermaba.
Mi mano se cerró en un puño y le dio de lleno en la nariz. Dio dos pasos hacia atrás, pero se recolocó de inmediato. Su puño choco contra mi mejilla y me di fuerte en la cabeza contra la pared.
-No vuelvas a hacer una estupidez como esa. Hazlo por tu propio bien.
Me cogió de las muñecas y cuando se escuchó la llave trastabillando en la puerta, estampó sus asquerosos labios contra los míos.
Me removí todo lo que puede. Cuando la puerta de la habitación se abrió me soltó los brazos. Los apoyé contra su pecho intentando apartarlo, pero este me cogió fuertemente de la cintura.
La puerta se cerró y los pasos se escucharon cada vez mas cercanos. Sabía que era Brian, y de inmediato una alegría se apoderó de todo mi ser al saber que me sacaría de aquí, o eso esperaba.
De repente no sentí más peso encima de mi. Cuando conseguí aclarar mi mirada la imagen que apareció ante mis ojos fue de un Brian encima de su hermano.
Mi acto reflejo fue intentar que Parara, y por suerte, lo conseguí.
Su hermano había sido hechado a patadas de la habitación, y por fin yo respiraba con más tranquilidad, aunque las lágrimas no paraban de resbalar por mi rostro.
Cuando vi la mirada de Brian recorriendo mi rostro con asco, una punzada de dolor me atacó haciéndome sentí mucho peor.
Me empezó a escoser la cara debido a los golpes que me había dado al que capullo. Me di cuenta de que mañana me saldrían marcas o sin ir tan lejos en solo un par de horas.
-¿Que mierda a pasado aquí?- exigió saber en un tono duro.
-N-no lo se...- dije aunque no con total certeza.
No le iba a contar que su hermano me había golpeado, no sabía si le importaba o no, pero si lo hacía no quería que tuviera más problemas con su él.
-¿¡Como que no lo sabes, me tomas por tonto o algo por el estilo!?- reclamó con gritos.
Cerré los ojos con fuerza. Esto definitivamente, no podía ser real.
-Tu hermano vino a buscarte, me vio aquí, me dijo que era tu nuevo juguete y cuando escuchó que abrías la puerta me acorraló y se me tiró encima- mi voz sonaba lamentablemente rota, y no me gustaba ni un pelo.
-¿Y el que sabía si yo tenía designada esta habitación?
-¡No lo sé! Simplemente te escuchó abrir la puerto y lo hizo. Tienes que creerme- le supliqué.
Me frustraba no poder hablar normal, no poder dejar de llorar, me frustraba que no me creyese.
-¿Le provocaste?- sonó más como una afirmación que una pregunta.
Dentro de mi todo se removió. ¿Como podía pensar eso de mi?
El dolor se hizo presente en el centro de mi pecho y tuve que sentarme en la cama para poder relajarme un poco.
-¡Mi hermano es un capullo pero nunca le haría eso a una chica!- la rabia y el dolor me cegaron.
-¡Entonces todavía no sabes quien es tu hermano!- le grité entre dientes.
Me levanté de la cama y me dirijí al baño. Pasé por su lado y su hombro chocó con el mío haciéndome perder momentáneamente el equilibrio.
Me encerré en el baño, me miré en el espejo y me lavé la cara antes que nada. Este día había sido una completa mierda, lo que bien empieza, mal acaba.
Brian era un completo capullo, aunque en cierto modo algo en mi interior me obligaba a entenderlo. Pero aún así ahora mismo, me daba asco todo el mundo.
No tenía ganas de nada, quería estar sola, no pensaba ir a la caminata, mucho menos con el idiota que parecía no querer verme.
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Acabando Contigo.
Genç KurguElla: una chica dura que no se deja manipular por nadie, odia a los chicos, odia el amor...y como toda adolescente tiene un pasado. El: un chico popular, engreído, mandón, posesivo, manipulador, y...con una familia complicada. Son polos opuestos, pe...