Esquizofrenia » z.m

» 39. ¡Mierda!

Abro los ojos lentamente sintiendo una luz pegar directamente sobre mis parpados cerrados. La cabeza me punza y pareciera que en cualquier momento se me abrirá en dos. Intento, lentamente incorporarme poniendo sobre mis ojos una de mis manos para obstruir el paso directo de la luz. A penas mi vista se adecua a la claridad del lugar es donde me doy cuenta de la situación. No estoy en mi habitación, estoy completamente desnuda, tengo un dolor en mi entrepierna que me indica que tuve una noche movida y a mi lado hay un chico que claramente no reconozco. Mi mirada se abre exageradamente al darme cuenta de la gravedad del asunto. Anoche todo se salió de control, anoche, anoche no sé qué pasó.

El dolor de cabeza se hace presente en mayor cantidad y un mareo me recorre completamente. Tengo resaca y no una bonita. Con mucho cuidado evitando los movimientos bruscos me levanto de la cama y recorro con la vista el lugar para dar con mi ropa esparcida a lo largo de la habitación. Comienzo a recogerla en silencio e intento alcanzar mis bragas del fierro sujetador de las cortinas. Una vez que estoy completamente vestida me acerco para darme cuenta de quien estaba a mi lado en la cama de tamaño matrimonial. Mi boca se abre, mis ojos parecen querer salir de mi rostro y mi estómago se aprieta cuando me doy cuenta de quién se trata. Yo. Follé. Con. El. Hermano. De. Uno. De. Mis. Mejores. Amigos.

Sin esperar mucho más busco mi bolso asegurándome de que dentro está todo lo que había la noche anterior y salgo de la habitación cerrando la puerta con el mayor silencio posible. Mientras camino por el pasillo intentando no hacer ruido, intento arreglar mi cabello y con mis dedos saco la mayor cantidad posible de maquillaje corrido de bajo mis ojos.

Esta noche no pudo acabar peor.

Bajo las escaleras rápido y callada. Miro de un lado hacía el otro asegurándome de que no hay nadie cerca que me vea salir así, una vez que compruebo que efectivamente no hay nadie me dirijo directamente hacía la puerta. Estoy tomando el picaporte entre mis manos cuando escucho mi nombre a mis espaldas.

—Emily...

Me doy la vuelta lentamente para toparme con Connor mirándome divertido.

—¿Ya te vas?

—¡Cállate idiota!—Me acerco a él y le doy un gran abrazo, el se ríe pero sus brazos me rodean igualmente.

—Iugh hueles a mi hermano.

Me separo de él y le doy un golpe en el brazo.

—Ve a mi casa en un par de horas más, tenemos que conversar de muchas cosas y tienes que explicarme cómo fue que terminé aquí con tu hermano a mi lado.

—Vale, te llamaré en un par de horas. Ve a casa, dúchate, toma algo para el dolor de cabeza, come y duerme un poco.

—Eso haré—Beso su mejilla—Te quiero Connor.

—Yo también te quiero Emm. Descansa.

Salgo de su casa e inmediatamente me apresuro a caminar hacía la mía. Connor no vive tan lejos, pero aun así me espera un buen tramo hacía casa. Suelto un suspiro y lanzo mi cabello hacía atrás mientras camino. Este sería un largo día.

+

Son casi las ocho y media de la noche cuando Connor llega a mi casa. Para esa hora ya había logrado reponer un par de horas de sueño, ya me había duchado, tomado un par de pastillas para el dolor de cabeza y ya había comido como si no hubiera un mañana. Lo primero que mi amigo hace al entrar a mi habitación es reírse de mí. Sí, puede que el haberme puesto el pijama más viejo que tengo no fue una buena idea, pero que se joda. Estaba malditamente cansada y no me iba a poner a buscar uno mejor a esas horas del día en la que me duche. Connor se sienta a mi lado en la cama e inmediatamente comienzo a abarrotarlo con preguntas.

—Por favor dime que fue exactamente lo que pasó anoche.

—Uhm bien, creo que lo último que recuerdas es que te restregaste contra mi hermano, luego lo besaste ¿Cierto?

—Sí, me acuerdo de eso—Siento mis mejillas calientes debido a la vergüenza y eso parecer divertir a mi castaño amigo ya que aprovecha para apretujar una de mis sonrojadas mejillas.

—Bien, al parecer lo hiciste por que Zayn estaba ahí. Él bueno...—Rasca su cabeza antes de volver a hablar—Intentó separarte de mi hermano, se gritaron, lo golpeaste y le dijiste que te dejara en paz y se fuera a follar con la zorra de su amiga—No evito por nada del mundo sorprenderme haciendo que mis ojos se abran debido a lo que escucho. No, yo no pude haber hecho eso...—Luego te fuiste con mi hermano a bailar. Bebiste demasiado, se besaron, se restregaron y cuando uhm no pudieron más, él te llevo a casa. Yo me fui con ustedes, me lleve el auto de Mathew después de haberlo dejado en casa, él también estaba bastante bebido. Lo último que recuerdo fue que entré a casa y se escuchan uhm tus gemidos y los de mi hermano.

—Dios mío...

Cubro mi rostro con mis manos totalmente avergonzada. Yo realmente no puedo creer que sobrepase mi límite de alcohol, no puedo creer que besé y tuve sexo con el hermano de mi amigo y sobre todo, no puedo creer que simplemente no recuerdo nada de nada.

—¡Hey!—Connor golpea mi hombro juguetonamente—No te avergüences a cualquier le pasa. Y creo que te entiendo, digo el por qué besaste a mi hermano. Él bueno, es algo puto y aprovechó que tú estabas dispuesta a jugar y a bueno, olvidar o algo así a Zayn y al hecho de que él estaba ahí. No te preocupes, de verdad Emm, solo querías divertirte.

—Ese es el problema Connor. Yo no soy así, jamás, nunca me excedo con el alcohol, jamás desde que perdí mi virginidad me he acostado con cualquiera. Yo, siento que anoche cometí muchos errores y el haberme acostado con tu hermano fue sin duda la cereza del pastel.

—Siempre hay una primera vez para todo Emm. No te agobies. ¿Puedo preguntarte algo?

—Claro.

—¿Recuerdas si se cuidaron?

—No, no lo recuerdo, pero uhm me tome una pastilla. Es la primera vez que la tomo y bueno, no hay de qué preocuparse.

—Bien, digo no quiero que una noche de tontería arruine tu vida menos a causa de un soquete como mi hermano.

—También sería culpa mía—Me muevo un poco para acomodarme en la cama y un tirón en mi parte intima me hace soltar un quejido—¡Mierda!—Exclamo—Tu hermano me hizo mierda.

Suelto una risotada y Connor hace exactamente lo mismo. Me acomodo entre sus brazos y lo escucho mientras me cuenta que anoche conoció a una chica en el club. Mientras el habla no evito pensar en lo de Zayn. Yo lo golpee, yo lo aleje, yo lo lastimé. Ese sentimiento hace que mi estómago se apriete. No tengo por qué sentirme mal. Él y yo ya no estamos juntos, no debería importarme lo que hace o con quien y claramente a él tampoco debería importarle lo que hago. Pero si es así... ¿Por qué demonios me duele tanto el haberle visto con Melanie?

La respuesta de mi subconsciente llega más rápido de lo que pensé.

Por qué estoy total e irrevocablemente enamorada de él.