» 13. No fue nada.

1.5K 122 0
                                    

Abro los ojos lentamente.

Pestañeo un par de veces para acostumbrar mis ojos a la poca luz que hay en el cuarto. Cuando ya he logrado dejar mis ojos abiertos noto que no estoy en mi habitación. Gracias a la poca luz que hay puedo notar que estoy en una habitación de hospital. Miles de preguntas llenan mi cabeza y no me dejan pensar con claridad. ¿Qué fue lo que me pasó? Imágenes de Zayn quitando su brazo y lanzándome al suelo, su mano apretando mi muñeca lastimada, el gritándome en la calle y yo respondiendo a ello surgen de lo más recóndito de mi cerebro. Automáticamente llevo mi mano derecha «La mano buena» hasta la izquierda donde un yeso de color blanco cubre mi muñeca llegando hasta la altura del codo. Suelto un suspiro y es cuando me doy cuenta de que otras partes de mi cuerpo también duelen. Mi espalda baja, el trasero y la cabeza. La incómoda cama en la que estoy no ayuda mucho a mis dolores. No hay nadie más dentro de la habitación, lo cual compruebo al momento de recorrer esta con la mirada. Eso es algo que agradezco, aún no estoy preparada para ver a alguien y mucho menos explicar que fue lo que pasó como para tener ahora éste yeso en el brazo y los moretones que «estoy segura que tengo» en la espalda.

¿Qué se supone que tenga que hacer cuando me pregunten qué pasó? No es que Zayn sea de mi total agrado y mucho menos que lo considere una buena persona por cómo me trato y por lo que me dijo. Pero hay algo en él. Como por ejemplo la forma en la que se sujetó la cabeza cuando quiso pedirme disculpas, el dolor que reflejaba su rostro. Bueno y también está el hecho de que no quiero meterlo en problemas. No soy de esas personas y todo el mundo lo sabe. Pero entonces los recuerdos vuelven. Su mirada, su obscura mirada sobre mí, su voz y sus labios diciéndome que desearía haberme hecho aún más daño. Me estremezco de pies a cabeza y una sensación viaja por mi cuerpo.

Es miedo.

Miedo a Zayn, miedo a sus reacciones, miedo a que me haga algo más. Pero las dudas siguen en mí. ¿Qué es lo que le hecho para que me trate así? ¿Habré dicho algo que le molestó? ¿El que haya conocido de casualidad a su mamá y sus hermanas le afectó de alguna manera?

Agotada y con la cabeza punzando por el dolor me dejo caer nuevamente en la almohada. Estaba tan sumergida en mis pensamientos que no me había dado cuenta que estaba sentada. Cierro los ojos y aún con todas las interrogantes en mi cabeza me quedo nuevamente dormida.


+


Para cuando vuelvo a abrir los ojos noto que ya es de día. La luz entra por las persianas que hay en la habitación y me pegan directo a la cara. Aun somnolienta me siento en la cama lentamente sintiendo el dolor punzante en mi espalda y mi trasero, pero aun así me apoyo contra el respaldo. Suelto un suspiro de alivio cuando logro acomodarme y es entonces cuando noto que no estoy sola en la habitación. Los gemelos están dormidos cada uno en una silla que a simple vista se nota incomoda. Están cubiertos con una frazada y no tienen pintas de querer despertar. La puerta de la habitación se abre minutos más tarde obligándome a sacar la vista de mis hermanos para ver que se trata de mis padres entrando a la habitación. Al verme mamá corre hacia mí y envuelve sus brazos con cuidado en mi cuerpo, sonrío y me siento completamente segura entre ellos. Papá se acerca a mí lado y me da un pequeño abrazo cuando mamá se separa de mí y deja un beso en mi frente antes de posarse a mi lado.

—No sabes el susto que pasamos cuando los chicos nos llamaron para decir que te habían traído inconsciente al hospital—Me dice mamá mientras toma mi mano buena entre las suyas—Nos asustamos mucho.

—Lo siento—Les digo en voz baja—No fue mi intención asustarles.

—Lo sabemos—Responde papá sonriéndome—Pero tengo curiosidad, de hecho todos hasta el médico la tiene ¿Qué fue lo que paso pequeña?

Esquizofrenia » z.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora