» 09. El niño loco de la familia

1.8K 140 1
                                    

ZAYN PDV


Ella me observa

Lo supe desde el primer día que pise ese instituto y sobre todo el salón de clases, la clase de español para ser más exactos. Sabía que ese día ella me había observado durante mucho tiempo, me ponía nervioso que lo hiciera. No me gusta que la gente me observe, no me gusta que la gente me hable, no me gusta que nadie esté cerca de mí. 

Pero las palabras de mi Psicólogo fueron claras. «Debes adaptarte al entorno Zayn, solo así sabrás si eres capaz de controlar a las voces» Pero él sabía bien que eso no estaba en mis manos, las jodidas voces me habían perseguido desde que era un niño y no me dejarían tranquilo hasta que me muera «Cosa que espero que sea pronto» pero tampoco podía pensar de ese modo según mamá. «Tienes una vida plena por vivir Zayn no dejes que esto te gane, no dejes que te quite las ganas de seguir» Si tan solo supiera mamá que desde hace mucho tiempo ya no quiero seguir... 

Sí bien ser un adolescente es difícil imagina ser un adolescente de dieciocho años que sufre de esquizofrenia y que escucha unas malditas voces dentro de su cabeza que le ordenan que haga cosas de las cuales él no quiere hacer a cada minuto de cada maldito día. Pero he aprendido a vivir con ello de alguna manera todos en mi familia hemos aprendido a vivir con este hecho irremediable. Con la falla de la naturaleza. No es fácil. Claro que no, pero todo se ha vuelto rutina.

Yo tenía una rutina. Yo tenía una vida en Inglaterra. Yo estaba bien en mi antiguo instituto, con la gente que me conocía y que sabía que debía mantenerse lejos de mí si no quería tener problemas. Pero a mamá se le ocurrió la genial idea que de debíamos tener un cambio de aire. Aunque mi hermana y yo sabemos bien que hace esto para alejar el recuerdo de su ex esposo y de los últimos desastrosos años que pasó luego de su separación y posterior divorcio.

Pero ahí estaba ella «Emily» confundiéndome, irritándome, hablándome, sonriéndome. ¿Cómo es que no se ha dado cuenta de que soy un tío al que no le gusta que le jodan? A lo mejor no estoy mostrando una imagen que represente eso o sí no ella no se hubiera sentado junto a mí hoy en la cafetería.

¡Menuda mierda la de hoy!

Si su hermano y su amiga no se hubieran estado metiendo mano bajo las mesas ella podría haberse sentado en su mesa habitual como cada día, lejos de mí. Pero no. Tengo tanta suerte que ella no optó por nada mejor que sentarse a mí lado e intentar tener una conversación como si fuésemos dos amigos que discuten que harán el fin de semana.

No quiero lastimarla. 

Es esa la razón del por qué la quiero lejos. Lejos de mí y en lo posible lo más alejada de las voces que se pueda.

Niego con la cabeza y suelto un suspiro antes de bajar del coche y colocarle el seguro a las puertas, mamá me mataría si algo le llegara a pasar a mi coche "Nuevo". Rebusco dentro de la mochila las llaves de casa y cuando comienzo a desesperarme al no encontrarlas estas caen de algún lado de la desastrosa y muy desordenada mochila. Me agacho para recogerlas y las meto dentro de la cerradura girándolas y abriendo la puerta de madera color barniz. El silencio no es algo que encuentres dentro de mí casa, si no es mamá en la cocina o pasando la aspiradora es Alexa mi hermana mayor cantando a todo volumen las canciones que tiene en su Iphod con los auriculares puestos y bailando a su paso. O mucho peor la pequeña Kathia de cinco años que no hace más que ser una princesa.

Me muerdo el labio inferior y cierro la puerta tras de mí cuando entro a casa, cuelgo las llaves en donde corresponde y me interno a la intranquilidad de mi hogar. Tal como lo he sabido mamá se encuentra en la cocina cantando en voz baja una canción desconocida para mí, seguramente de su época juvenil, mientras prepara algo lo que creo es para la cena. Supongo que mi presencia la alerta, ya que al momento en el cual entro al cuarto ella se da la vuelta. Su hermoso cabello castaño oscuro está recogido en una coleta mal hecha mientras que un mechón suelto se sale de su lugar, sus preciosos ojos verdes »Los cuales ninguno de sus hijos heredó« se iluminan al verme llegar.

Bárbara Army fue en su juventud una hermosa adolescente que cayó rendidamente enamorada en su primer año de universidad del presidente estudiantil Yaser Malik. Su relación duró aproximadamente veintiséis años ya que contrajeron matrimonio a su tercer año de noviazgo. De cuyo matrimonio salieron tres hijos; mi hermana Alexa, yo y la pequeña Kathia. El día que descubrieron que sufría de esquizofrenia cuando yo tenía aproximadamente nueve años escuche a mis padres discutir dentro de su habitación. Papá le había dicho a mamá que él no podía tener a un hijo loco que era demasiado para él. Pero aun así se quedó por seis años más para después dos días antes de mi decimosexto cumpleaños llegara a casa con los papeles del divorcio. Eso sin duda destruyó a mamá, y no hay día alguno en el cual yo no me culpe por hacer que el amor de su vida se haya ido de su lado a causa del Niño loco de la familia.

—Hola pequeño—Me saluda mamá mientras se seca las manos con un trapo de cocina y se acerca a mí para darme un abrazo y un gran beso en la mejilla. Intento no separarme bruscamente de ella cuando me abraza, ella sabe que no soporto el contacto con los demás, ya que cuando alguien me toca las voces dentro de mi cabeza comienzan a expulsar miles de pensamiento nada agradables. Gracias a dios se separa rápido de mí— ¿Cómo te ha ido hoy?

—Hola mamá, como siempre nada nuevo.

—¿Has hecho amigos?

—No y no necesito amigos mamá. Ya es un gran esfuerzo ignorar a las voces dentro de mi cabeza y el controlarme delante de los demás.

—Vale no quiero discutir—Mamá acaricia mi cabello una vez que me siento en un taburete de la cocina. Me acaricia el cabello como cuando era niño y las voces me asustaban. 

Suéltame. Pienso. Aléjate de mí, no quiero dañarte

Aún recuerdo cuando ella se pasaba la noche entera junto a mí esperando a que pueda dormirme mientras acariciaba de la misma manera mi cabello hasta que lograba calmarme y calmar a las voces.

—Te he preparado tu postre favorito.

—¿Pastel de queso con almendras?

—Así es, lo comeremos después de la cena

—Gracias—Le sonrío y ella hace lo mismo, pero es entonces cuando la primera voz aparece.

«Dile que no te toque»

«No dejes que te toque»

«Mátala»

«Mátala y así acabamos con el sufrimiento de tener un hijo desquiciado»

—Iré a mi habitación un rato me duele la cabeza y tengo tarea que hacer ¿No te molesta verdad mamá?

—Claro que no—Veo la decepción en sus ojos. Esa decepción que sé que es palpante en vida, en su día a día, en su interior. Ella sabe que las voces me están hablando, me muerdo el labio inferior y asiento con la cabeza antes de bajarme del taburete y tomar mi mochila para salir de la cocina—Te llamaré cuando la cena esté lista.

—Vale.

Salgo lo más rápido que puedo de la cocina y subo corriendo las escaleras hasta llegar a mí habitación. Le pongo pestillo a la puerta y lanzo la mochila hacia cualquier lugar, realmente no me importa. Trato de llegar a la cama pero me tropiezo con mis pies antes de tocarla cayendo de bucles al suelo, me arrastro hasta quedar sentado en el suelo con la espalda apoyada en la cama y abrazo mis rodillas cual niño pequeño asustado de una pesadilla.

Las lágrimas se acumulan en mis ojos y lucho con todas mis fuerzas para no dejarlas salir. Aprieto las manos hasta que siento los nudillos blancos y estos me duelen, me muerdo el labio hasta que siento el sabor metálico de la sangre en la lengua pero nada hace que las lágrimas se vayan. Dejo que estás salgan deliberadamente de mis ojos, quemando a su paso y empapando mis mejillas. Aún con las rodillas pegadas al pecho pido mentalmente perdón a mamá por tener un Hijo desquiciado que no puede controlarse. Las voces se ríen dentro de mí cabeza, se ríen de mí, de mi sufrimiento, de mí familia. Me llevo las manos a la cabeza y comienzo a golpearla tratando de apagar el sonido de sus voces. De las atrocidades que repiten una y otra vez. Pero es imposible.

—Déjenme en paz—Sollozo—Por favor—Susurró en medio de lágrimas, las voces se ríen antes de contestar;

«Eso es imposible»

«Eso Jamás pasará»

«Te atormentaremos por el resto de tu vida Zayn»

«Jamás te libraras de nosotros»

«Jamás»

Esquizofrenia » z.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora