Esquizofrenia » z.m

» 33. ¿Quién se supone que es ella?

Bien, lo admito. Estoy nerviosa. Pero la pregunta es ¿Quién no estaría nerviosa en mi situación? El conocer a tu suegra y a tus cuñadas no es una situación cualquiera. Es importante. Y de algún modo el hecho de que Zayn quiera que nos conozcamos hace que me sienta especial. Las clases han acabado, el timbre de salida suena y yo recojo mis cosas lentamente. Mi estómago está apretado y siento una mezcla entre nervios y adrenalina. Es como cuando quieres gritar por cualquier razón y luego comenzar a reír. Estoy loca lo sé. Cuando acabo de meter mis cosas en mi bolso salgo del salón. Zayn me ha dicho que estará esperándome en el estacionamiento, así que me tomo un momento para ir hacia el baño del lugar. A penas estoy dentro comienzo a tomar un par de bocanadas de aire dejando mi bolso caer a mi lado. Observo mi reflejo en el espejo y me obligo a mí misma a tranquilizarme.

«Tranquilízate»  Me digo  «Mantén la calma»

Me agacho para poder levantar mi bolso. Lo apoyo sobre el borde del lavabo y abro el zipper. Saco mi pequeño estuche con maquillaje y comienzo a retocar mi rostro con ellos. Un poco de corrector bajo mis ojos, algo de polvos compactos y un poco de color rosa en las mejillas. Algo de gloss en los labios y un retoque en las pestañas. Arreglo mi cabello y me fijo en mi ropa. Abro la chaqueta y reviso mi blusa azul, el collar que llevo en el cuello y la falda negra con las panties negras y mis botas con tacón.

«Estoy lista»

Salgo del baño colgando el bolso en mi hombro y voy directamente hacia el estacionamiento. Tras un pequeño trazo caminando veo a Zayn apoyado en su auto. Me acerco a él y cuando estoy frente a él, su mirada se topa con la mía.

—¿Lista?—Me pregunta tomando mi mano, asiento—Bien.

—Vamos

Sonrío en su dirección y Zayn deja un pequeño beso en mis labios antes de que cada uno suba al auto. Me coloco el cinturón de seguridad y tras un par de segundos el auto se pone en marcha. El camino a casa de Zayn desde el instituto no es largo. Me dedico a tranquilizarme y a observar el paisaje de las calles de Bradford. Zayn vive en el lado contrario de mi casa y eso me permite ver más allá del lugar a donde voy todos los días y el camino que sigo hasta allí.

Nos detenemos frente a una casa de dos pisos color café. Es lo bastante grande para evidenciar que viven más de tres personas ahí. Zayn apaga el motor del carro y desabrocha el cinturón de seguridad de su cuerpo, me da una mirada y sé que debo hacer lo mismo. Así que quito el cinturón de seguridad de mi cuerpo, recojo mi bolso del suelo del carro y abro la puerta. Zayn tiende una mano en mi dirección y me ayuda a bajar del auto. Le sonrío cortamente y tras cerrar y asegurar el carro entrelazamos nuestras manos y vamos directamente hacia la entrada. No evito por ningún motivo sentir como el estómago se aprieta y mis manos sudan. Antes de que Zayn abra la puerta se vuelve hacía mí.

—Tranquila—Toma mi rostro entre sus manos—No pasará nada malo, les caerás bien te lo prometo. Además ya las conoces.

—Sí, pero en ese entonces me odiabas y no era tu novia.

—Bueno ahora lo eres—Me da un beso que hace que olvide todo—Te ves hermosa por cierto—me sonríe—Vamos.

Abre la puerta y tira de mí hacia dentro. Cuelga las llaves en un pequeño percherito y grita;

—¡Ya llegué!

Escuchamos unos pasos bajar las escaleras y pronto una nena, la misma que me tope hace tanto tiempo atrás en la heladería está frente a nosotros.

—Hola—Saluda mirándome, se acerca a su hermano y le da un beso en la mejilla. Luego hace lo mismo conmigo—Yo te conozco.

—Soy Emily, nos conocimos en la heladería hace un tiempo linda