Esquizofrenia » z.m

» 31. Estamos juntos.

Ha pasado un mes desde que Zayn me pidió que le diera una oportunidad. Un mes desde que oficialmente es mi novio. Y un mes desde que me ha demostrado que puedo estar con él sin tener miedo de que se vaya y vuelva siendo todo como al comienzo. Las cosas con mi hermano no han mejorado para nada, mucho menos con Lydia. Pero ya me he cansado, por mucho que quiera a mi hermano él no puede culparme por lo que pasó, por qué no fui yo quien lo engaño. No fui yo quien obligo a Lydia a hacerlo y mucho menos quien le cubrió la mentira. Por qué no era responsabilidad mía decírselo, era de ella.

Durante todo este mes he estado mucho más alegre, Mathew lo nota, Connor lo nota, mis padres lo notan, Finn y Jake lo notan, todo el mundo parece notarlo. ¿Pero qué puedo hacerle? Estoy feliz, y eso hace que mi estado de ánimo sea el mejor. Mis hermanos no saben que tengo novio, menos mis padres. Los únicos que saben son los chicos y bueno... el instituto entero. Ya que Zayn y yo solemos pasearnos cogidos de las manos por el lugar. Me alegra tanto de que no seamos como las parejas normales, esas que van todo el día juntos de un lado al otro sin separarse como si fueran siameses. Zayn y yo tenemos nuestros momentos para estar juntos. Solemos almorzar algunas veces juntos, otras lo hago con los chicos. Nos encontramos en clases pero no nos sentamos juntos, nos cogemos de las manos en el pasillo y solemos aislarnos para estar juntos un rato antes de volver a clase o él va a dejarme a casa por las tardes. Me gusta cómo está siendo todo, me gusta esto. Me gusta este nosotros.

Escucho el timbre de salida sonar por sobre la molesta voz del maestro de Física. Todo el mundo se apresura a coger y guardar sus cosas para marcharse, pero yo me tomo mi tiempo. Sí, estoy deseosa de salir de aquí, pero no por ello me convertiré en un animal saliendo como si mi vida dependiera de ello del salón. Cuando he guardado todo dentro de mi bolso, me uno a Mathew y a Connor antes de salir del salón.

—Esta es una de las pocas clases que me dan jaqueca—Reconoce Connor mientras salimos del salón y estamos lo suficiente lejos como para que el maestro nos oiga—Y eso que a mí me gusta estudiar.

Me río sin poder evitarlo. Niego con la cabeza y escucho a Mathew decirle a Connor lo raro que es. Sí, mi relación con Connor mejoró muchísimo. He perdido la cuenta de las incontables veces que se ha disculpado conmigo por todo lo que pasó, que al final le he dicho que pare. Que ya había pasado y que estaba bien, que los sentimientos no se controlan y el solo actuó sin pensar. Así que hemos vuelto a lo mismo de antes, ser los tres más idiotas amigos de todo el instituto. Mathew, Connor y Yo. La combinación perfecta. Salimos del lugar dejando que las puertas se cierren tras nosotros y bajamos las escalerillas hasta llegar a la gravilla de la entrada.

—Te están esperando—Me dice Mathew mientras caminamos por el estacionamiento y veo a Zayn apoyado en su auto con él móvil en las manos. Una sonrisa se engancha en mi rostro y me es imposible retenerla. Mathew y Connor no desaprovechan la oportunidad para molestarme por ello—¡Ya le apareció la sonrisa!

—Mírala nada más, esta toda embobada.

—¡Son un par de bobos!—Me río y empujándolos a ambos—No molesten.

La mirada de Zayn se topa con la mía cuando levanta la vista. Me sonríe abiertamente y yo no evito sonreír mientras muerdo mi labio inferior totalmente nerviosa. Mi novio sigue provocándome aquellos nervios tontos. Los chicos ríen al verme pero los ignoro completamente cuando estoy cerca de Zayn. Me acerco a él y antes que nada sus labios se encuentran con los míos. Sonrío en medio del beso pero lo sigo de inmediato enrollando mis brazos en su cuello. Para cuando nos separamos vemos a los chicos ahí.

—Hey—Les saluda Zayn estirando la mano hacia ellos. Los chicos la estrechan y luego me observan

—Nos vemos mañana Emm.

—Adiós par de bobos—Les doy un beso en la mejilla a cada uno—Cuídense.

—Igual ustedes. Adiós Zayn

—Adiós—Se despide mi novio con un asentimiento de cabeza. Antes de volverse a mí—¿Lista para irnos?

—Sip—Le doy un último beso antes de rodear el auto y montarme dentro por el lado del acompañante.—¿Dónde iremos?

—Por un helado ¿te parece?

—Sí, es genial.

Zayn hace partir el auto y sale del estacionamiento. Les digo adiós a mis amigos con la mano antes de perdernos en la calle. Zayn y mis amigos están tratando de llevarse bien, no son amigos pero se saludan cada vez que nos vemos. Cada vez que estamos juntos y cuando nos saludamos o despedimos. Eso me gusta, por qué mis amigos aprueban mi relación y eso hace que todo sea normal. No me hubiera gustado que las cosas se hayan puesto tensas entre nosotros. Tal como Zayn lo ha dicho, hemos pasado por una heladería y tras coger un par de helados vamos directamente hacia el mirador donde estuvimos hace un tiempo. Tras unas horas de besos candentes y mimos por doquier, Zayn me lleva a casa. Le digo adiós con la mano antes de verlo irse por la esquina de casa, suspiro antes de abrir la puerta y luego cerrarla tras de mí. Cuando voy a la cocina veo a mamá ahí con su uniforme mientras cocina la cena. Me acerco a ella y beso su mejilla.

—Hola mamá.

—Hola cariño ¿Cómo ha ido el día de hoy?

—Bastante bien, me han dejado un examen para matemáticas pero nada más. Y a ti ¿Cómo te ha ido en el trabajo?

—No me quejo, la mañana ha estado tranquila. Lo único que agradezco es que mañana tengo el día libre. ¿Te gustaría ir a la peluquería? Tengo cita y sabes que Hilary puede atendernos a las dos.

—Me gustaría.—Le sonrío—Podemos pasar por algo de uñas también.

—Eso suena bien. ¿Por qué no vas a dejar tus cosas y luego bajas a colocar la mesa?

—Vale.—Me levanto del taburete en el que me he sentado y voy hacia la puerta pero mamá habla antes de que me vaya—¿Qué?

—Desde aquí te vi con ese muchacho de la otra vez. Zayn—Sonríe abiertamente—Si mi vista no me falla eso que estabais haciendo en el auto era besarse.

Me sonrojo hasta las orejas y no puedo evitar mirar directamente hacia el suelo. Escucho la risa de mamá, una sonora carcajada. Mujer malvada se está riendo de mí y de mi estado vergonzoso.

—Hacéis una pareja muy mona.

—Gracias—Susurro aún sonrojada y con la vista en el suelo.

—¿Estáis juntos?

Muerdo mi labio antes de asentir y levantar la mirada para ver a mamá con una gran sonrisa y sus ojos totalmente ilusionados.

—Sí, estamos juntos.