Esquizofrenia » z.m

» 16. ¿Qué estás haciendo aquí?

Emily PDV 

Me quedo literalmente paralizada.

No sé de qué manera actuar o que debo hacer en este preciso momento. ¿Grito? ¿Lloro? ¿Lo insulto? ¿Qué se supone que tengo que hacer? El pecho me duele y sé bien que se debe a que estoy sosteniendo la respiración. Un sentimiento ligeramente conocido se apropia de mi cuerpo paralizándome por completo y dejándome en un estado de alerta inminente. Conozco la sensación.

Es miedo.

Su mirada se queda con la mía, sus ojos color miel están enfocados en mí, en mi rostro y en mi expresión. Una ola de frío recorre mi espalda cuando posa su mirada en el yeso que tengo en el brazo izquierdo. Automáticamente me protejo con la otra mano pero luego pienso ¿De qué sirve? Si Zayn quiere dañarme encontrara la forma de que mi brazo no sea un problema. Lo observo cerrar la puerta de mi habitación lentamente, pero aún sin quitar su mirada de la mía. ¿Qué trama? Es lo primero que pienso al ver su acción. ¿Querrá dañarme? Y es entonces cuando las palabras que me dijo en la calle se reproducen en mí cabeza.

«No te soporto y por qué en este momento estoy deseando haberte esguinzado algo más que solo la muñeca.»

—¿Qué.. Qué es lo que quieres?—Su mirada no se quita de la mía y eso comienza a incomodarme, me maldigo por el hecho de que mi voz sonó tan malditamente entrecortada dejando a la vista el miedo que me provoca.

—Yo—Suspira—Quería...—toma un par de bocanadas de Aire—Lo siento—Dice mientras agacha la mirada. Me estremezco antes sus palabras ya que me han cogido por sorpresa. 

¿Él está disculpándose conmigo? ¿Esto es enserio?

—¿Qué?—Es lo único que puedo decir debido a mi estado de sorpresa

—He dicho que lo siento—Me dice mientras lentamente comienza a acercarse a mí cama. Mi reacción es inmediata, mi cuerpo comienza a irse hacia atrás tratando de guardar las distancias correspondientes. Mi espalda choca con el respaldo de la cama y sé que es el límite que podré poner entre nosotros dos—No quería ni lastimarte, ni decir las cosas que dije ese día.

Cuando me atrevo a levantar la mirada. «La cual realmente no sé cuándo bajé» noto que él está sentado a los pies de mi cama, guardando prudentemente una distancia entre los dos. Sus ojos color miel, esos que tanto me gustaron desde que lo vi la primera vez, están ahora mirando hacia el suelo, sus manos están entrelazadas en su regazo y juega nerviosamente con sus dedos. No puedo evitar sentir algo de ternura al verlo así de nervioso y tan.. Indefenso. Ya que el Zayn que tengo frente a mí, no se parece en definitiva el Zayn que me lastimó, al Zayn que me habló hace tiempo atrás.

—Está bien—Le digo casi en un susurro. El levanta rápidamente su mirada pero yo bajo la mía—No hay problema Zayn.

—¿De.. De verdad?—Su voz suena dudosa y también sorprendida. 

Digo a lo mejor él pensaba que no sé. Le gritaría, lo golpearía, a lo mejor hasta pensó que le pondría alguna orden de alejamiento. Pero no. No soy así. Sí hay una característica que pocas personas conocen de mí es que no soy para nada orgullosa y disculpo fácilmente las cosas.

—De verdad—Hago una media sonrisa y me atrevo a levantar la vista hacia él. Su rostro parece sereno y por un momento pienso que me sonreirá pero no lo hace. Si no que simplemente asiente y se levanta de mí cama.

—Gracias—Su voz. Ha vuelto a ser la misma voz ronca y profunda de siempre. Algo se esfuma dentro de mí y no puedo evitar sentirme mal por ello.