—Escucha, se que no me comporte de la mejor manera cuando nos conocimos _________.— Miré con atención su rostro. Parecia demasiado apenado.— Te prometo que solo nos reuniremos para las asesorias. No habrá más intenciónes aunque yo lo quiera. Necesito aprobar esa materia.
—Me alegra escucharlo.—Empuje con fuerza la puerta de cristal de dirección.
—¿Cuando estudiaremos?.—
Preguntó. El pasillo estaba lleno de poca gente que nos miraba con curiosidad.—¿Que día estas disponible?.—Pregunté.
—Podria ser el...—Un chico lo interrumpio.
—¡Jace!.—El solamente levantó la mano en señal de que en un momento iría.
—Bueno dame tu número yo te llamó para ponernos de acuerdo. o para algo más.—Sonrió. Tome su celular en mis manos y escribí mi numero.
—Es ese.—Le entregué el telefono con mi número de contacto
—Perfecto.—Guardó su móvil en su bolsillo trasero del pantalon.—
Adiós.—Plantó un beso en la comisura de mis labios y se fue.Miré como se acercaba a su grupito de amigos que lo esperaban cerca de la salida del instituto. Uno de ellos que ya habían llamado "Dereck" mostró una enorme sonrisa cuando Jace estampo su mano en su brazo izquierdo. Parecía que ellos se llevaban demasiado bien, como hermanos diría.
Un chico que estaba con ellos se miraba mas grande como dos ó tres años mayor que Jace. Cuando notó que lo miraba mostró una media sonrisa con malicia. Me di la vuelta y me dirigí a mi casa ya era tarde, prontó caeria la noche.
Cerré la puerta blanca con cuidado. Las llaves hacían un leve ruido. Por un momento pensé que la casa estaba sola pero una voz a lo lejos del pasillo me hizó saber lo contrario.
Era la voz de mi papá que resonaba en todo el lugar, se mantenia hablando por telefono pero parecía molesto. Me acerqué un poco y pude escuchar lo que decía con tanta descesperación.
—¡No!.—Me sobresalté cuando escuche su ronca voz gritar y su mano golpear el escritorio de madera que se encontraba en su oficina.—¡Mierda, Sanders!¡¿Cómo piensas que la voy a dejar sola?!.¡Acaba de cumplir dieciseis años!...—Esperó unos segundos para escuchar lo que Sanders decía detrás de la otra línea.—¡¿Un mes?!... Yo estoy conciente del peligro... Se que la corporación me necesita pero no puedo hacer a un lado a mi hija.—Gruñó.— Esta bien. Trataré de arreglar esa basura lo antes posible... Arregla mi viaje y todo lo que necesitaré.
Entré a la pequeña oficina que Daevid tenía en la casa y en la que había estado hablando tan extrañamente.
—¿Estas bien?.—Pregunté. Una de mis manos tocó la silla frente a su escritorio.
—¿Cuándo llegaste _________?.—Preguntó. Guardó su móvil en su bolsillo del pantalón gris de vestir y arremango las mangas de su camisa blanca hasta sus codos.
—Hace unos minutos.—Fruncí el ceño. Parecía muy estresado.
—¿Que escuchaste?.—Preguntó
—¿Te irás de viaje?.—Contra ataqué.
—Si, recibí una llamada de uno de mis jefes. Me pidieron que saliera de viaje aproximadamente un mes. Iré a tennesse. ¿Te podras quedar aquí? ¿sola?.—Recalcó lo último.—Es urgente ese viaje, cariño.
—No te preocupes por mi.—Sonreí levemente.—Estaré bien solamente será por un mes y soy lo suficientemente madura para cuidarme sola.—No era una mentira. Desde que Barbará, mi madre había fallecido tenía que madurar rápidamente y es así como las cosas funcionan.
—Yo sé lo independiente y valiente que eres ______.—Rascó su ceja.—Mi vuelo sale mañana por la mañana.
—Descuida, todo estará bien.
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Chico Malo J.N
Teen FictionEl juego de jenga consiste en tratar de arriesgarte e ir por una pieza sin que alguna de las demás se derrumben, logrando mantener el equilibrio preciso para que la torre se mantenga firme. Mi vida eso era, una torre firme. Hasta que cumplí dieciséi...