Capítulo 4

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-Una pregunta Grace.

Miro a Molly que esta tirada sobre mi cama mientras juega con un mechón de su pelo. En el otro lado de la habitación, Holland da vueltas en mi silla de estudio, con su mirada fija en su móvil.

Hoy es viernes, y las chicas han decidido quedar en mi casa para prepararnos juntas. Yo aún no he decidido lo que me voy a poner, es por eso que llevo diez minutos revisando mi armario entero. Pero, son las seis de la tarde, aún tengo tiempo.

-Dime - me dirijo junto a Molly y me siento en la cama.

-¿Por qué os habéis mudado aquí? - sabía que esta pregunta llegaría. Sinceramente, me extraña que hayan tardado tanto en contestar.

-Pues, veréis, os cuento - ahora tengo la atención de las dos en mi. - Yo solía vivir aquí.

Las dos abren los ojos, esperaba esta reacción.

-¿En serio? ¿Y eso? - Holland se une a nosotras en la cama.

-A ver, viví aquí hasta los diez años, no hay mucho que contar, la verdad. Mis padres se divorciaron, mi madre me llevo con ella a San Diego y mi padre se quedó aquí - me encojo de hombros. No quiero contar más que lo justo. No es necesario, por ahora, que sepan la verdadera razón, Clara.

-¿Y por qué has vuelto? - pregunta Molly.

-Necesitaba un cambio de aires, no se, simplemente un día pensé en venir y aquí estoy.

Estuvimos hablando un poco más sobre San Diego, mis amigos y sobre ellas, pero cuando quedaban dos horas para que el novio de Molly nos recogiera, decidimos empezar a arreglarnos, y yo seguía sin tener la ropa.

Quince minutos después de estar mirando todos mis vestidos, faldas y prendas arregladas, me decidí por un vestido granate, de tirantes anchos, bastante pegado a mi cuerpo y corto. Mis dos amigas quedan fascinadas por el, y lo entiendo, por que de verdad es precioso. Fue un regalo de Kate por mis dieciocho y le estaré eternamente agradecida. Pero esta noche no es solo mi vestido el que va a lucirse. Holland viste con un mono negro, el cual, le queda de miedo. Y Molly, ella es la más atrevida de las tres, lleva un crop top negro y unos shorts d cuero, esta realmente espectacular. Las tres calzamos unos tacones, no muy altos, pero si lo suficiente como para mañana no poder ni andar.

Cuando ya he elegido mi vestido, las chicas y yo nos disponemos a maquillarnos. He de admitir que, soy una experta del maquillaje. Y también, gracias a Kate. Ella es genial maquillando, parece una profesional y cuando se aburría se dedicaba a darme cursos de estética.

Y ya por último, con una hora de sobra, nos ponemos con el pelo. Nada muy arreglado, Molly se hace una coleta alta, Holland se lo alisa y yo me decanto por darle algunas ondulaciones y dejarlo suelto.

Estamos listas.

Los chicos llegan un poco antes de lo previsto, y con un poco antes me refiero a, cinco minutos.

-Venga Holland, que estas genial, deja ya el espejo - río. Holland quiere asegurarse de que esta genial, según ella, presiente que hoy conocerá a algún chico especial.

-Vale, voy -se pasa una última vez sus manos por el pelo y coge su abrigo.

Salimos y vamos directas al coche. Molly se sienta delante, junto con su novio y Holland y yo detrás, con el amigo de Albert -novio de Molly-

Paso un cuarto de hora hasta que llegamos al club. Me bajo del coche y en lo primero que pienso es la piel de mis piernas, como estas reaccionan ante el frío de la noche.

Miro a mi alrededor y me percato que hay mucha gente por aquí. Busco el local y rápidamente lo encuentro, debido a las luces de neón que hay en la entrada. En el mismo momento en el que yo estoy observando el cartel, la gran puerta negra, detrás de el portero, se abre. Y ese ahí cuando, el alto sonido de la música, sale al exterior. El amigo de Albert, Erice, es el primero en empezar a andar hacia el gran club, aunque mejor llamarlo discoteca.

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