Capítulo 22

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Ya llevamos tres días juntos y hace una semana que mi padres se fueron. No se el tiempo que el tiene pensado quedarse, ya que no me cuenta nada. No se el porque está aquí o que fue lo que le hizo desaparecer. No hemos vuelto a tocar el tema, ya que por la reacción del primer día se que no es algo de lo que este dispuesto a hablar.

Estos tres días han sido raros. Con esto me refiero que hemos estado muy agusto juntos, hemos cocinado, visto la televisión, hablar de cosas sin importancias y debatir otras más relevantes. Pero al fin y al cabo hemos estado bien. Y uso la palabra raro para describirlo ya que nunca hubiera pensado sentirme tan agusto y cómoda con el.

Otra de las cosas que me ha sorprendido bastante es el hecho de que no haya intentado nada conmigo. Bueno teniendo en cuenta la última vez que estuvo en mi casa nos besamos y de una forma muy... ¿cómo describirlo? Deseada.

Es lunes y hoy he tenido clase. A sido extraño ya que no he podido hablar con nadie de Sean, ni siquiera se lo he contado a Louis. Me a dado cosa dejar a Sean aquí solo en mi casa mientras yo he pasado toda la mañana fuera. Pero no puedo permitirme el lujo de faltar a clase. Al parecer a él no le importó lo más mínimo quedarse solo, según el, ha aprovechado el tiempo. Me alegro.

Me encuentro, ahora mismo, en mi cama, son las doce de la noche y estoy intentando dormir. Miro a mi ventana a la vez que pienso y le doy vueltas a muchas cosas que trato de entender y a otras que, a día de hoy, no he llegado a superar.

Cuando estoy casi dormida escucho un sonido, como golpean mi puerta, y ésta se abre.

Sin levantarme ni apenas moverme dirijo mi mirada a la figura de Sean, que puedo ver gracias a la poca luz de la luna que entra por la ventana.

-¿Va todo bien? ¿Necesitas algo? - pregunto con la voz en tono bajo.

-Si, todo perfecto, menos por el hecho de que no puedo dormir.

-Ya somos dos - digo a la vez que suelto una risa, muy leve.

-He pensado de que podríamos hablar - cierra la puerta y empieza a caminar hacia mi cama. Lo miro atenta, analizando cada movimiento, ¿va a meterse en mi cama?

-¿Puedo? - pregunta cuando llega a mi altura. Yo asiento inconscientemente. -Gracias - me tranquiliza al verlo tumbándose por encima de las mantas. Me hubiera sentido algo incomoda si se metiera dentro.

Vuelvo a dirigir la vista a la ventana. Nunca me canso de las vistas que me da. Aunque desde aquí solo puedo ver la copa de algunos árboles y el cielo completamente negro.

-¿Sabes? - escucho que pregunta Sean. Me muevo un poco quedando cara a cara con el.

-¿Qué pasa? - pregunto en el mismo tono que el, en susurro.

-Me gustaría conocerte - confiesa y yo vuelvo a reír. - ¿Qué?

-Ya me conoces - digo obvia.

-Ojalá fuera verdad- susurra y yo lo miro con cara extrañada - Con conocerte me refiero de verdad. Saber tu historia, tu pasado, que te gusta, que no, ese tipo de cosas.

-Suenas algo cursi - confieso y ahora es él el que ríe y se frota la cara.

-Mierda tienes razón.

-Pero, pienso igual respecto a ti. Siendo sincera, eres muy misterioso - veo como capto toda la atención de Sean. - Bueno, vas con esas pintas de chico malo, no quieres que nadie se acerque a ti, luego eres muy amable conmigo, pero no confías en mi. Me besas, desapareces, vienes a mi casa en plena noche y me pides alojamiento y discreción, pero no me das explicaciones - el no me interrumpe y me mira con su tan famoso rostro neutro.

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