Se ha ido. Realmente se ha ido. Estoy en la entrada de mi salón, viendo como no queda nada de Sean. Ni su ropa doblada encima de la mesa, ni su portátil, las mantas y sábanas que le di están sobre el sofá. Pero lo que realmente me ha confirmado su partida es, la ausencia de su coche.
Sigo mirando el salón y siento un vacío. La casa, ahora que me encuentro sola, todo parece mucho más frío y sombrío. Se que antes de que Sean estuviera aquí, yo estaba sola, pero una vez he convivido con el, ya no es lo mismo.
Subo casi corriendo a mi habitación y quito el móvil del enchufe donde, antes de bajar, lo dejé cargando. Marcan las siete de la mañana, por lo que yo debería estar arreglándome para ir a clase, pero ahora no puedo pensar en eso, ciertamente no puedo pensar en nada ni nadie que no sea Sean. Busco en sus contactos su nombre, lo encuentro y llamo.
Espero un toque, dos toques, tres toques y salta el contestador. Ha rechazado la llamada. Genial.
Vuelvo a intentarlo y de nuevo, llamada rechazada. Tiro el móvil a la cama y paso mis manos por mi cara. ¿Y si ha pasado algo? ¿Lo habrán descubierto? ¿Y si está en peligro? No me hace nada de gracia el hecho de que haya gente tan peligrosa buscándolo y el sin decir nada coge y se va.
Me siento en el borde de mi cama y pienso que debo hacer. Miro mi mesita de noche y veo algo que no recuerdo haberlo visto antes. Un papel doblado en dos. Lo cojo y abro. Oh dios, es un mensaje de Sean.
Grace, espero que entiendas que debo irme, nuestros mundos son incompatibles. Estos días junto a ti me lo he pasado genial, he sentido que era un tío normal, he jugado a la play, estudiado, cocinado, etc. Pero me estoy engañando a mi mismo, no soy normal. Tarde o temprano sabía que este momento llegaría, esta es mi vida, y no pienso permitir que te salpiquen a ti mis problemas. Gracias por todo.
P.D. : No me llames, es mejor que lo nuestro se quede aquí.
P.D.2 : Me he comido todas las galletas de chocolate, no lo he podido evitar. Cocinas bien.
No se que sentir respecto a esta carta. ¿Realmente la ha escrito Sean? ¿El mismo Sean, frío y neutro que conocí hace un mes? ¿Se ha comido mis galletas?
No se que hacer. Según el lo mejor es no llamarnos, ni vernos, ni nada. Dejar atrás «lo nuestro» pero...¿es lo que el quiere?¿y lo que quiero yo?
Vuelvo a coger el móvil y me meto en whatsapp. Entro en el grupo que tenemos Molly, Holland y yo, por el cual hablamos cada día. Les pido que vengan a mi casa, que tenemos que hablar. Ambas aceptan en venir esta tarde. Yo no voy a clase. No es porque no me apetezca, es más bien que vamos a entrar en época de exámenes y necesito algo de tiempo para organizarme los temarios y demás.
Dejo a un lado el tema con Sean, más tarde lo discutiré con las chicas. Ahora me voy a dar una ducha, desayunar y ponerme a hacer cosas productivas.
Y así pasé mi mañana de jueves. Sobre las cinco de la tarde las chicas llamaron a mi puerta. Les serví helado y cereales a cada una, ya que según ellas es necesario que cuando hablemos de temas personales o no personales, vaya siempre, nos hinchemos a guarrerías.
-Vale, ¿y qué es eso de lo que querías hablar Grace? Estos días te hemos visto algo ausente. ¿Ha pasado algo? - pregunta Holland desde la silla de mi escritorio. Molly y yo estamos cómodamente tiradas en mi cama.
-Es una larga historia... - dudo en si debo contárselo todo, algunas cosas, o nada.
-Venga, tenemos tiempo. - Molly insiste.
-Bueno, conocí a un chico hace tiempo - empiezo y opto por contar algunas cosas, no entrar en detalles - Ese chico es diferente al resto, pero aún no se si es algo bueno o malo. La cosa es que un día dejó de hablarme. - ambas comen helado y me miran fijamente, me siento intimidada - Una noche apareció aquí en mi casa, me pidió que lo dejará quedarse unos días hasta que solucionara unos problemas.
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Autumn
Teen FictionGrace una chica con sueños e ilusiones. Sean, un chico sin futuro ni esperanza. ¿Cómo dos personas tan diferentes pueden encajar tan bien juntas? Juntos se enfrentaran a muchos retos, su vida no será fácil, pero el amor es más fuerte que...