Capítulo 33

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Espero su respuesta, lleva unos segundos observándome.

-Te voy a ser sincero - asiento temiéndome lo peor - Pensaba que si, que me estaba convirtiendo en alguien como él, y por una parte me daba igual, lo había asimilado. Pero luego apareciste tu, y me hiciste remplantearmelo todo, y aquí me ves ahora, sentado en una cafetería con una chica preciosa a la que intento mantener a mi lado - Sonrío al escucharlo - Ahora sé que no, no me estoy convirtiendo en alguien como mi padre, el nunca haría lo que estoy haciendo yo.

-¿Y qué es exactamente lo que estas haciendo? - pregunto tímida pero a la vez coqueta.

-Luchar por ti, preocuparme por alguien más que no sea yo.

Agarro su mano que esta posada en la mesa y me sonríe.

-¿Te apetece dar un paseo? Parece que ya no llueve - propone él, miro por la ventana para ver el tiempo, esta algo nublado, pero mucho mejor que una hora atrás. Asiento.

Paseamos por las calles de Oregon, cada día me gusta más esta ciudad. Hablamos de muchas cosas, y la verdad es que disfruto mucho en su compañía. Es gracioso, pero sin perder su encanto misterioso, ese que llamó mi atención desde el momento que lo vi con sus gafas de sol a la salida de mi universidad.

Llegamos a un parque donde hay una madre con dos niños y unos ancianos. Sean coge mi mano y me lleva a un gran árbol, acto seguido se sienta en suelo. Al ver que no me siento junto a él me hace un gesto con su mano, invitándome a unirme. Pongo una mueca y a mi pesar me siento, digo a mi pesar porque se que me voy a acabar manchando la ropa.

Sean y yo observamos a la poca gente que se encuentra en el parque, en silencio, pero no un silencio incomodo, todo lo contrario, uno relajante.

Pasan unos minutos hasta que volvemos a hablar.

-Tu vida ha debido de ser dura - digo pensando en todo lo que me ha contado.

-Y por la conversación que tuvimos en tu casa deduzco que la tuya tampoco ha sido muy fácil.

-Supongo que nadie tiene una vida perfecta, aunque mucha gente lo aparente - eso es algo que siempre me he planteado, ¿habrá alguna persona sin ningún problema, con una vida perfecta?

-Estoy de acuerdo. - Sean me sonríe y yo siento que me derrito allí mismo, ¿cómo puede existir una persona tan perfecta? Siento que cuando estoy con el todo a mi alrededor deja de tener importancia, somos solo él y yo.

-Sean - llamo su atención, él me mira tiernamente, al parecer su fría expresión ha desaparecido - ¿Te gustaría acompañarme a San Diego el próximo fin de semana?

No se muy bien por que he preguntado eso, es una idea que se me acaba de pasar por la mente y simplemente lo he soltado. Es raro ya que quería hacer ese viaje para despejarme, pasar unos días con Louis y visitar a mi madre. Pero creo que sería como la prueba de fuego. Pasar unos días con él, el viaje en carretera y demás, supongo que después de eso sabré si estar con él es lo que quiero.

-¿A San Diego? - Sean parece bastante sorprendido con mi propuesta.

-Si, ya sabes, mi antiguo hogar. Desde que me fui me he estado sintiendo muy culpable por lo de mi madre, la dejé en ese centro sin siquiera plantearme si iba a estar bien o como le afectaría, y creo que hacerle una visita no estaría nada mal. Además así podrías conocer a Louis, mi mejor amigo, y por supuesto para que pasemos más rato juntos, conocernos... - hablo sin mirarle a la cara ya que soy bastante tímida y puede que piense que estoy yendo muy deprisa...

Sean hace que le mire moviendo mi cara con su mano.

-Me encantará acompañarte - inmediatamente sonrío - y así si veo al gilipollas de tu orientador podré darle una paliza. - Río ante su comentario, pero al ver su sonrisa sospecho que va muy en serio.

-Podremos quedarnos en mi antigua casa ya que como mi madre está en el centro no hay nadie.

-Estupendo, ¿podemos ir en mi coche? Es mejor que tu mini.

-Mi coche es perfecto ¿vale? - nadie se mete con mi coche.

-Si tu lo dices...

Pasamos un rato más en el parque hasta que ambos volvemos a la calle de la cafetería donde nuestros coches siguen aparcados. Nos despedimos con un leve beso en los labios y cada uno toma su camino.

Al entrar en el coche lo primero que hago es encender la calefacción. Miro como el coche de Sean se va calle arriba y yo decido esperar unos minutos antes de tomar mi camino a casa. Tengo que asimilar todo lo que ha pasado, ¿en qué nos posiciona esto? ¿Somo amigos, algo más? Odio esta sensación, incertidumbre. Pero ahora mis ideas están más claras. Sean no es un mal hombre, al contrario, creo que tiene un gran corazón, todas las cosas malas que hace son para mantener a salvo a su familia, ¿a caso no haríamos todos lo mismo?

Al llegar a casa subo, sin siquiera ver si hay alguien en mi casa, a mi habitación, donde me cambio, ya que tengo la ropa un poco húmeda y no quiero ponerme mala. A continuación me siento en mi cama con mi portátil entre las piernas. Entro en Skype y le cuento todo a Louis, entre as preguntas que el me hace a mi respecto a Sean y las que yo le hago a él respecto a una chica misteriosa que ha conocido, estamos más de una hora hablando.

-Ojalá estuvieras aquí - le digo con una mueca de tristeza.

-Sabes que me encantaría - el repite mi mueca - Pero al menos vas a venir pronto, y podré conocer al chico que te tiene atontada - el sonríe.

-No me tiene atontada, Louis. Simplemente nos estamos... conociendo.

-Claro, claro. Bueno Grace, vamos hablando esta semana.

Nos despedimos y apago el portátil.

El resto del día pasa aburrido y lento. Sean y yo intercambiamos algunos mensajes y el último que recibo me deja un poco preocupada y hace que cambie mi humor. Es el mensaje en el que me dice que tiene que ir a hacer unos trabajos, que no me preocupe y que nos vemos prontos.

Yo en un intento para no pensar en nada de esto decido visitar a Holland. Ambas pasamos la tarde hablando, viendo vídeos y demás. Estoy bastante agradecida de tener una amiga como ella. Holland es de esas personas que saben que decir en casa momento para hacerte sentir mejor.

Antes de cenar decido irme a mi casa, ya que les he prometido a Tessa y a mi padre que cenaría con ellos hoy. Van a llevarme al restaurante favorito de papa. Cuando vivía aquí junto con mi madre y Clara solíamos visitar un restaurante que está en el centro, servían una comida deliciosa y el sitio era precioso. Sobre todo en navidad, con toda la decoración extravagante.

Navidad. Que buenos recuerdos me trae de mi infancia. Recuerdo a la perfección nuestra última navidad como familia. Todos felices, cantando villancicos, abriendo regalos y bromeando. Eramos felices. La navidad desde entonces perdió todo el sentido. Estos últimos años simplemente vivía la navidad cuando iba las casas decoradas de mis amigos o cuando paseaba por las calles, ya que mi casa seguía tan triste y fría como siempre. "¿Qué quieres celebrar Grace? ¿Qué tu hermana ya no está con nosotros?¿Es es algo que debamos celebrar?" Esa era la respuesta que mi madre me daba siempre que yo sacaba el tema. Un día deje de sacarlo. La obsesión de mi madre con Clara podía ser muy agobiante a veces.

-Bueno Grace, en media hora salimos, supongo que tienes tiempo suficiente para arreglarte ¿no? - miro a mi padre y asiento.

-Tengo tiempo de sobras. ¿Es un lugar muy formal o simplemente me arreglo un poco?

-Tampoco tienes que arreglarte mucho, con un bonito vestido bastará - esta vez es Tessa la que me contesta. Vuelvo a asentir y me dirijo a mi cuarto donde voy a cambiarme. Me apetece mucho ir a cenar en familia, y simplemente hablar, cosa que nunca hacía con mi madre.

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Hola a todos de nuevo!!!! Siento muchísimo haber tardado tanto, pero como suelen decir... mejor tarde que nunca ¿verdad? Se que es un capítulo corto, pero quería subir contenido ya que muchxs me lo habéis pedido. Sabéis que podéis contactarme en mis redes sociales:

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