Bajo del coche con cuatro bolsas, dos de ellas llenas de ropa, otra con unas zapatillas nuevas y en la última un botella de puro vodka.
Ni se por que lo he comprado exactamente. No soy de esa clase de adolescentes que se pasa los fines de semana de fiestas, emborrachando se etc. Eso no quiere decir que, de vez en cuando, me guste salir de fiesta. Pero solo lo justo.
Llevo unos días muy estresada. Lo de Sean me pillo por sorpresa, luego la llamada de Martin me ha puedo muy nerviosa. Estoy muy agobiada con todo de la universidad, pronto son los primeros exámenes y siento que no estoy dando lo mejor de mí, y debería.
Abro la puerta y escucho una música. No se que canción es, pero no suena mal. Es rock clásico, me gusta.
Con las bolsas y el bolso aún en mis manos me dirijo al salón, donde Sean se encuentra mirando en su portátil.
-Menos mal que has llegado - empieza a hablar sin apartar la vista de la pantalla - estoy mirando cámaras, la que tengo ya se a quedado algo vieja para mi, quiero una nueva, ¿cuál te gusta más? - señala a la pantalla y me mira. Abre los ojos cuando me ve cargada de bolsas y yo simplemente puedo sonreír levemente - ¿y todo eso?
-Necesitaba despejarme...
-¿Y tenías que comprarte medio centro comercial? - levanta una ceja y se pasa la mano por su mandíbula.
-Que exagerado eres, ¡a penas he comprado nada! - y es verdad, siendo sincera me gusta ir de compras, la moda y todo. No compro muy amenudo, pero cuando lo hago... compro a lo grande. - Tu no sabes lo que mi madre se solía gastar en mi, un dineral, era su forma de recompensar su ignorancia y su odio hacia a mi incluso una vez me... - y es justo ahora cuando me doy cuenta que estoy hablando de más.
-¿Una vez? - pregunta Sean al ver que no continúo.
-Nada - dejo las bolsas en el suelo con cuidado - a ver esas cámaras - me dirijo a él y me siento a su lado, algo más cerca de lo que tenía pensado sentarme.
-Son estas - me señala las dos y yo abro los ojos.
-No parecen cámaras de aficionado - lo miro y sonrío.
-¿Quién a dicho que sea un aficionado? - el también sonríe y si, estamos demasiado cerca. Ambos nos quedamos mirándonos, ya ninguno sonríe. Estamos así, quietos, el uno en el otro por unos segundos, hasta que creo que es raro e incomodo y aparto la vista, volviéndola al portátil.
-Esta - señalo una de las cámaras, sin siquiera mirarlas o planteármelo. No se nada de cámaras.
-¿No tienes ni idea, verdad? - pregunta.
-Nada.
Me levanto y me acuerdo de lo que he comprado. Voy a las bolsas y saco el vodka.
-Wow, ¿y eso? - escucho a Sean sorprendido.
-Pura necesidad - respondo y me voy a la cocina, donde me sirvo un poco en un vaso.
Uno, dos y tres y me lo bebo. Siento como mi garganta arde, lo odio, pero a la vez me gusta.
-Me uno - escucho a Sean que está detrás de mi, no lo he escuchado llegar, pero no le doy importancia. Le sirvo un poco, y al igual que yo, se lo bebe de golpe, la única diferencia es que mi cara de desagrado no se puede comparar a la suya de chico sexy bebiendo alcohol.
Nos miramos y sin decir nada más Sean agarra la botella y llena mi vaso. Yo no digo nada, y cuando me lo extiende me quedo mirando el baso. ¿Debería? Entonces la imagen de mi madre negándome totalmente beber y diciéndome que Clara nunca lo haría viene a mi mente. Clara, la echo tanto de menos, más desde que me mudé aquí, a Oregon. Cada día paso delante de su habitación, piso el césped donde jugábamos juntas...
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Autumn
Teen FictionGrace una chica con sueños e ilusiones. Sean, un chico sin futuro ni esperanza. ¿Cómo dos personas tan diferentes pueden encajar tan bien juntas? Juntos se enfrentaran a muchos retos, su vida no será fácil, pero el amor es más fuerte que...