Capítulo 1

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Estaba llegando a Hogwarts, ese era mi primer año ahí luego de todo lo que me había negado a asistir. A decir verdad, me vi fuertemente impulsada por el deseo de conocer a Harry Potter, pero, a diferencia de la mayoría de brujos y magos, no se debía a que lo admirara. De hecho, su nombre me generaba un poquito más de molestia cada vez que lo pensaba, admito que no sé si eso tan siquiera tenía algún sentido.

Desde siempre estudié en la casa de mis padrinos, con quienes vivía, y puesto que tenía los conocimientos conforme a mi edad, entraba directamente a quinto año. No sabía cómo era al menos posible haber recibido ese permiso de parte de Albus Dumbledore, el director, él mismo se había encargado de invitarme año tras año a pesar de mis constantes negativas, pero ya por fin estaba ahí.

El castillo de Hogwarts era un lugar imponente sin lugar a dudas, se sabía que no existía sitio más seguro que ese. Todos los que recién llegaban lo hacían con una emoción auténtica y con una sonrisa gigante en sus rostros, llenos de esperanzas para los años próximos de formación, con muchas expectativas que bien podrían o no cumplirse. La vista del interior era por mucho más impresionante que cualquier visión panorámica desde fuera, la mayoría de adultos con los que nos cruzábamos sonreían amablemente y algunos fantasmas revoloteaban por los alrededores disfrutando de asustar a los nuevos estudiantes.

Desfilamos al interior del Gran Comedor, donde se realizaba cada año el banquete de bienvenida, permaneciendo en una ordenada fila mientras esperábamos a que llamaran nuestros nombres para la debida selección de las casas. Muchos ojos curiosos se clavaban en mí, no era normal que alguien mayor esperara con los de primer curso. No puse demasiada atención a la repartición que estaba teniendo lugar algunos metros por delante de mí hasta que la profesora McGonagall indicó que era mi turno.

—Tracy Evans López. —Me acerqué y me senté en el taburete, el sombrero seleccionador fue acomodado sobre mi cabeza y por un momento era como si todo se detuviera, exceptuando los murmullos que en realidad eran bastante evidentes. Deslicé la mirada por las cuatro mesas alargadas de estudiantes, de repente sintiendo ansiedad ante el torturante paso de los segundos. Muchos pares de ojos me escudriñaban, expectantes. Ugh, ¿qué narices había que pensar tanto?

—¡Slytherin! —Se escuchó finalmente, los de la casa mencionada se levantaron y aplaudieron, algunos cuantos de las otras mesas también lo hicieron. Dejé salir el aire, que ni siquiera sabía que estaba conteniendo, de manera casi imperceptible y me uní a los que serían mis compañeros.

El banquete dio inicio después del discurso del profesor Dumbledore, pero casi no pude disfrutar de la gran variedad de comida a nuestra disposición debido a que Draco Malfoy no dejaba de alardear a los nuevos, en un volumen bastante alto, que provenía de una familia que siempre había sido sangre pura. Bien, a mí realmente nunca me pareció eso de tratar indiferente a los hijos de muggles o los squib, aunque no solía compartir esa opinión con nadie. Sí, me sorprendía a mí misma también, pero eso no cambiaba mi realidad como la orgullosa hija de Voldemort. Mis padrinos creían que conocer ese detalle de mi pasado me afectaba, pero no era así, lo supe desde que tuve la edad para comprenderlo.

Más tarde, fuimos a nuestra sala común escondida en las mazmorras y luego a las habitaciones correspondientes, ya me habían dicho los nombres de mis compañeras: Pansy Parkinson, Daphne Greengrass y Astoria Greengrass. Había dos chicas desempacando cuando entré, fui hacia la única cama que quedaba desocupada y dejé mi baúl sobre el colchón, lista para comenzar a ordenar mis cosas también.

—Supongo que cumples todas las características desde que quedaste en Slytherin —dijo una de ellas, tenía el cabello rubio y muy liso con una horquilla del lado derecho—. Esta casa es solo para gente especial, superior, ¿entiendes? —añadió, yo solo la ignoré luego de mi previa escaneada, pocas veces había escuchado un comentario tan estúpido.

Harry Potter y la hija de Voldemort: FirewordsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora