Esta es la historia de Harry Potter contra la fuerza más maléfica con la que se ha podido enfrentar: la hija de Lord Voldemort.
Ella debería ser la encargada de destruirlo, y no él el encargado de restaurarla.
...
—Bueno, lo que pasó es que-uh... —Me sentía demasiado nerviosa bajo la mirada penetrante del director, pero finalmente suspiré. No podía mentirle, no a Dumbledore, y la verdad es que su ayuda era más útil que cualquier cosa y para ello él debía saber la verdad—. Umbridge nos castigó con limpiar el sótano, pero Potter y yo usamos magia —acepté—. Eso la molestó. Profesor, encontramos documentos en los que dice que Umbridge es mortifaga y que está aquí porque fue enviada por Voldemort, pero nosotros sabemos que eso no es cierto y nos planteamos averiguar qué es lo que realmente sucede. No se lo dijimos porque no estábamos seguros de nada. Lo siento.
—Está bien, Tracy. Por ahora quiero que dejéis ese tema a un lado, me temo que están sucediendo cosas más importantes de las que debemos ocuparnos antes que de las bromas de alguien que está en contra de la profesora Umbridge, ¿de acuerdo? —Asentí dudosa, pensando que me explicaría más acerca de esas cosas importantes, pero no lo hizo—. De hecho, estuve con la profesora hace un rato y me habló de que habíais desobedecido la regla de no usar magia para limpiar el sótano y me solicitó el permiso para poneros otro castigo, a lo cual accedí —¿Qué carajos? Lo miré estupefacta, no lo podía creer.
Nosotros incumplimos un castigo, sí, pero ella agredió a un estudiante.
—Por ahora vamos a darle lo que quiere, ¿sí? —dijo, y con ello se ganó toda mi atención de nuevo—. En estas circunstancias hay que mantener un perfil bajo —añadió; mientras uno de sus azules ojos se cerraba en un guiño de complicidad.
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—¡Potter! —grité para que me escuchara y lo alcancé en el pasillo—. Se lo conté a Dumbledore, le hablé sobre los papeles que encontramos y me dijo que dejáramos el tema, que hay otras cosas más importantes de las que ocuparnos.
—Sí, ya estoy bien gracias por preocuparte —me dijo mientras me sonreía de forma sarcástica.
—No me importa —le dije—. Si no estuvieras bien no habrías salido de la enfermería y... ¿Acaso me estás escuchando? Lo que te estoy diciendo es serio.
—Ya, bueno, si Dumbledore lo dijo entonces es lo mejor. Él es sabio, Tracy, sabe por qué hace y dice las cosas.
—Aún no has escuchado todo. —Me miró para que continuara—. Le permitió a Umbridge ponernos otro castigo.
—¿Qué?
—Sí y ahora podría ser mucho peor.
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