—Profesor —Hermione habló con cuidado—, los hechizos... ¿dónde están?
—Vaya... parece que también están ocultos —respondió el director, y yo intenté conservar la calma.
—¿Y si probamos con un encantamiento de revelación? —propuse.
—Eso suena a una buena idea —dijo Dumbledore mientras asentía.
Le recibí el libro a Hermione y lo abrí en una página al azar.
—Aparecium —pronuncié, apuntando la hoja en blanco con mi varita, y los hechizos comenzaron a revelarse.
—Fantástico —murmuró Ron.
—¿Ahora qué sigue? —pregunté.
—Ahora estudiareis los encantamientos, os serán útiles.
Nos reunimos en la sala común de Gryffindor luego de salir del despacho de Dumbledore, dejamos el libro en el centro de una mesa y nos posicionamos a su alrededor. Lo abrí por la primera página y leí el primer hechizo en el que mis ojos depararon.
—Avifors. —Apunté con mi varita hacia una pluma que reposaba en uno de los sofás y ésta salió a volar al transformarse en un ave.
—Genial —dijeron al unisono Ronald y Potter.
—Ya lo conocía —dijimos esta vez Hermione y yo.
—Cómo no —masculló Ron.
—Venga, prueba uno —le dije, asintió y escogió alguno.
—Ascendio. —Apuntó hacia Hermione, quien lentamente dejó de tocar el suelo, levitando a merced de los movimientos de la varita de Ron.
—Sí, sí, muy divertido, pero bájame ahora —le riñó ella.
—¿A cambio de qué? —rio él.
—¡Ron! ¡Tienes una araña en la cabeza! —Hermione gritó horrorizada.
—¡Joder! ¡Quítala, quítala! —Ron comenzó a correr por toda la sala común mientras varios estudiantes lo miraban extrañados. Hermione, por su parte, cayó al suelo de una forma nada linda.
—Ja, que buena broma, de las mejores —dijo Ron, con cara de pocos amigos, al descubrir que no era cierto.
—Es mi turno —dijo Potter—. ¿Aguamenti? —De la punta de su varita salió un chorro de agua—. De acuerdo, define hechizo avanzado. —Miró a Hermione.
—No son los encantamientos que imaginé que encontraríamos, realmente.
—¿De qué nos sirve un libro de hechizos que ya conocemos? —pregunté, dejándome caer en el sofá.
—Habrá que seguirlos estudiando, supongo —contestó Ron.
—No os precipitéis —dijo Hermione—. No hemos leído más allá de la primera página. Yo guardaré el libro e iremos estudiándolo de a poco. —Nosotros asentimos, de acuerdo.
Así que la noche cayó mientras seguíamos en la sala común, Hermione leía el libro mientras Harry, Ron y yo estábamos sentados a su lado, cada uno sumido en sus propios pensamientos. El silencio en el que nos encontrábamos no era incómodo.
Dumbledore quería que estudiáramos esos hechizos, él sabía que los necesitaríamos. A nosotros aún no nos enseñaban ese tipo de encantamientos, pero el director sabía que algo pasaría e intentaba prepararnos para ello, de eso no había dudas.
Además, también estaba esa profecía que no conseguía salir de mi cabeza. "Así lo dice la profecía, quien no debe ser mencionado resucitará, un traidor lo liberará y su descendencia se le unirá. Un suceso inesperado ocurrirá, pero la verdad por fin se conocerá, y tú no sabrás quién está de tu lado." En mi mente resonaba solo una pregunta, aunque de ella pendían muchas más, ¿yo soy ese traidor?
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Harry Potter y la hija de Voldemort: Firewords
FanfictionEsta es la historia de Harry Potter contra la fuerza más maléfica con la que se ha podido enfrentar: la hija de Lord Voldemort. Ella debería ser la encargada de destruirlo, y no él el encargado de restaurarla. ...