El resto del día pareció irse en un suspiro. El cielo estaba próximo a pintarse de majestuosos colores cuando decidí salir de la habitación, determinada a encontrar respuestas para mis preguntas.
Procuré lucir igual que siempre, lo menos que quería era atraer miradas curiosas, por lo que lavé mi rostro y me aseguré de que mi cabello tuviese exactamente el mismo tono de rubio que me era costumbre. Sin embargo, mis ojos, aunque verdes, seguían negándose a verse del todo saludables.
Caminé rápido por los pasillos de Hogwarts, sin mirar a nadie, hasta llegar al despacho de Dumbledore. Dije la contraseña y subí en su encuentro sin siquiera reportarme. El director estaba tras su escritorio, generándome la sensación, una vez más, de que había estado esperándome.
—Tracy.
—Profesor, necesito que me diga todo lo que sabe de mí y de lo yo aún no me entero.
—¿Por qué no te sientas? —Obedecí, acomodándome en el asiento frente a él, mientras le escuchaba hablar—. Asumo que has estado hablando con Calíope.
—Sí, y ya lo sé. Todo lo que se negaba a contarme. Pero todavía hay cosas que solo puede responderme usted.
—¿Como qué tipo de cosas?
—¿Por qué estoy en Gryffindor? Quiero la verdad, no se cambia la casa que el sombrero seleccionador elige, entonces ¿por qué me transfirió?
—Bien, tu madre fue Gryffindor y tu padre Slytherin. Cuando entraste el sombrero seleccionador dudó mucho contigo, sintió tu astucia y tu alma ambiciosa; pero él sabía que esa no eras del todo tú, me lo confesó y yo mismo me encargué de entregarte a tu verdadera casa.
—Pero ese día usted lo preguntó, aun sabiendo que nadie en Slytherin querría esa transferencia.
—Sabía que saldrías tú, no pertenecías ahí. —Negué con la cabeza.
—Alguien me empujó.
—Nadie te empujó, Tracy. —Me quedé en silencio por algunos segundos, mientras sentía su profunda mirada puesta sobre mí—. ¿Tienes alguna otra pregunta?
—Usted ya sabía sobre mi parentesco con Voldemort, ¿por qué eso no le importa?
—No te das cuenta de que no importa lo que uno es por nacimiento, sino lo que uno es por sí mismo. Tú no eres él.
—Ya, ¿pero cómo sabéis que no soy como él? —pregunté con desesperación—. Todos aquí creéis conocerme más que yo, pero no hay nadie más a parte de mí que sepa lo que llevo dentro. Y estoy cansada, profesor, he vivido engañada toda mi vida, aferrándome con fuerza a una verdad que no existe. Porque nadie me ha permitido decidir por mí, Calíope no me lo permitió cuando se llevó mis recuerdos, ni usted lo hizo cuando me transfirió a Gryffindor. Así que no podéis estar seguros de que decido ser buena, después de todo vosotros os encargasteis de decidirlo por mí.
—¿Estás diciendo que tu decisión es luchar del lado de Voldemort? —me preguntó, como si se esforzara por comprender.
—Más bien le estoy pidiendo que me de un permiso.
—¿Permiso para qué?
—Para salir del colegio, todo lo que quiero ahora es volver con mis padrinos. No quiero ver a Calíope, ni a Harry, ni a Ron, ni a Hermione; no quiero pelear esta guerra. Esa es mi decisión. —Dumbledore ocultaba una mueca de incredulidad tras sus facciones aparentemente tranquilas, pero el hecho de que no esperaba oír eso era demasiado evidente.
No esperaba eso de mí, no esperaba que le dijera que había decidido renunciar, que me había rendido ante la primera adversidad cuando aún me quedaban muchas por delante. Pero ni siquiera su mirada de entera decepción me harían cambiar de opinión.
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Harry Potter y la hija de Voldemort: Firewords
FanfictionEsta es la historia de Harry Potter contra la fuerza más maléfica con la que se ha podido enfrentar: la hija de Lord Voldemort. Ella debería ser la encargada de destruirlo, y no él el encargado de restaurarla. ...