Ha pasado casi un mes desde que volví con mis padrinos, quería escuchar su versión, que me dijeran la verdad.
Mi madrina era la mejor amiga de Samay, mi tía, quien me había dejado a su cuidado en cuanto descubrió que su hermana había sido secuestrada, pensaba buscarla, pero nunca volvió. Meses después descubrieron que había muerto y seguía sin haber ningún indicio sobre el paradero de Calíope. Ellos dijeron que me cuidan desde los seis años, edad en la que, en mi cabeza, mi madre murió. Pero Melania está viva y no puede estar más lejos de ser mi madre. No hay ninguna relación entre Marcel y yo, la imagen de su progenitora simplemente fue elegida al azar para reemplazar la de la mía en mis recuerdos.
O al menos era eso lo que ellos creían, pero la Slytherin no dejaba de ser alguien que había planeado varias cosas en mi contra, y yo sabía que había alguna razón para ello. Sin embargo, estaba en un punto en el que ya era tarde para siquiera intentar averiguarla. A estas alturas, en Hogwarts, ya todos deberían estar empacando sus cosas y preparándose para regresar a casa. Mientras tanto yo estaba encerrada en mi habitación, mirando el techo desde mi cama.
Pensé que sería más fácil si me alejaba de ese ambiente, pero no ha sido así. Este último mes ha sido difícil, mi mente me ha atormentado más que nunca, y no solo repitiéndome lo cobarde que fui, sino también obligándome a desenterrar el pasado de una manera realmente dolorosa. Mi cabeza todavía es un desastre, todo ahí es confuso, no recuerdo mi infancia como si el obliviate no hubiese ocurrido, pero sí comienzan a aclararse ciertos detalles. Ahora el rostro de Calíope se hace cada vez más presente y ya ni siquiera estoy esforzándome por evitarlo.
He recibido muchas cartas del trío de oro y no he respondido ninguna. Me limito a preguntarme por qué siguen insistiendo conmigo, por qué no me han considerado un caso perdido; pero así son ellos. Hermione me mantiene informada de lo que ocurre en Hogwarts, Ron suele preguntarme cómo estoy, y Harry me pide que regrese. Ellos siempre complementándose.
Jamás me habría imaginado en esta situación, recibiendo cartas de ellos, justo de ellos. Ni pensé que llegaríamos a tal nivel de compañerismo, honestamente no sé si debería llamarles amigos, pero sí sé que son lo más cercano que tengo a ello. Me conocieron de una manera diferente, cuando llegué queriendo llevarme el mundo por delante, dispuesta a ser temida por ser la hija de Voldemort, pero sin decir que lo soy; dispuesta a demostrar que sería capaz de acabar con Harry Potter. Ahora es evidente que él acabó conmigo.
Sí es una amenaza, sí es un oponente verdaderamente capaz, me venció sin necesidad de un hechizo, solo siendo él mismo. Supongo que era esperable que tanta energía positiva chocara conmigo sin la más mínima piedad, y eso me frustra. Tanto así que me atreví a dejar todo, abandonar ese propósito que ahora solo puede resultarme absurdo e inútil.
Es increíble que él haya podido cambiar tanto mi forma de pensar, pero no se lo agradezco. Porque ahora siento como si hubiese perdido la parte más importante de mí, la que creía que me conformaba, y no soy lo mismo sin esa parte.
Escuché un aleteo y me giré para comprobar que, sobre el alfeizar de mi ventana, una lechuza intentaba llamar mi atención, la reconozco, es de Hogwarts. Recibí la carta y le di a cambio una de las galletas de Carry. En cuanto se marchó, desplegué el pergamino, la enviaba Hermione.
“Perdí la cuenta de cuántas cartas te habré enviado ya, pero seguiré haciéndolo hasta recibir una respuesta de tu parte, así que si quieres librarte de mí esa es la única manera. Eso, o verte entrar de nuevo al colegio. Pero sé que no es algo que está en tus planes, además, hoy es el último día. Sin embargo, no estoy empacando mis cosas y en quince minutos no tomaremos el expreso que nos alejará del colegio. No podemos dejar Hogwarts ahora. Las cosas se han complicado más. No sé qué es lo que tú estás sintiendo, pero me preocupas, porque me preocupan mis amigos. Aquí, Harry es quien peor la está pasando, Voldemort ya dio señales de vida y envió un mensaje muy escalofriante. Él, como es de suponerse, está como loco. Unas cuantas veces le he escuchado decir que si estuvieras aquí sería más fácil, pero que no se entere de que te lo dije. Vamos a pelear, Tracy, por el colegio y por nosotros.
Harry va a encontrarse con Voldemort, ha llegado la hora del enfrentamiento y ya no puede postergarse más. Hemos intentado decirle que no lo haga, que irá directo a su muerte, pero él está decidido, y ante todo nosotros le apoyamos, cubriremos su espalda.
Solo queda un horrocrux, pero no sabemos dónde está. No es mi intención añadirte más estrés con esto, es solo que de verdad te fuiste en el peor momento, o quizá lo peor llegó porque te fuiste. Si estuvieras aquí unas cuantas cosas serían diferentes. Aún no es tarde, Tracy, todavía te necesitamos.
De hecho, hay algo que no te dije... y no pensaba hacerlo por aquí, sé que es peligroso, pero si algo pasa hoy, quiero cerciorarme de que te lo hice saber.
Cuando fuiste a la mansión Malfoy, Dumbledore pidió vernos a Harry, Ron y a mí; él quería hablarnos sobre ti.
Lo sabemos, Tracy. Lo sabemos todo. Nos lo dijo porque sabía que no dejaríamos de creer en ti, y nos lo dijo también porque tenía miedo, porque quería que te mantuviéramos con nosotros, que no te dejáramos ir al otro lado. ¿Recuerdas cuando despertaste y yo estaba sentada en tu cama observándote? Te dije que estaba pensando, te diré ahora lo que estaba pensando.
Tuve varios meses para conocerte por mi propia cuenta, sin que nadie me dijera cómo eres, ni tú misma. Porque tus palabras eran frías y tu mirada también, pero tus acciones eran tan cálidas... Como cuando le dijiste a Dumbledore que no nos involucrara a nosotros por lo que había pasado en la oficina de Umbridge, o cuando ibas conmigo a la biblioteca aunque no quisieras y no pensaras hacer nada ahí, cuando te molestabas porque te levantaba en las mañanas, pero seguías sin poner una alarma, esperando que al otro día volviera a hacer lo mismo; o esa vez en la que corriste a abrazar a Harry, luego de que enfrentamos al horrocrux, cuando la Tracy de humo y polvo le dijo todas esas cosas horribles.
Cuando lo supe no dudé de ti ni un segundo, eso te lo garantizo. Pensé en que quizá nos habías utilizado, en que quizá por ello te habías acercado a nosotros, pero sé que tus ojos apagados, cuando me pedías con la mirada que te diera tiempo, no mentían. Lo sé porque los vi yo misma. Sigo confiando en ti, nosotros tres confiamos en ti, Dumbledore también, y Calíope también. Tú también confía en ti, por favor.
Tengo que irme, realmente espero que esta no sea la última carta que te envíe, pero por si acaso, espero que te recuperes. Besos de
Hermione.”
Me quedé un largo rato sosteniendo el pergamino con la mirada perdida, no imaginaba que leería algo como eso, Hermione me estaba pidiendo ayuda para acabar con Voldemort, a mí, a la hija de Voldemort, y lo sabía, ellos lo sabían.
Bien, aún no es tarde, hay que actuar. No puedo quedarme de brazos cruzados viendo de lejos la lucha entre el bien y el mal. Y si tengo que luchar conmigo, entonces estoy dispuesta a ello.
Salí de mi habitación y bajé las escaleras a toda prisa. Mis padrinos estaban en la sala, sosteniendo el periódico, me miraron con ojos llenos de preocupación, que me decían que ya estaban al tanto de todo. Nos observamos fijamente, bastó con un asentimiento de cabeza para entender que me apoyaban, que entendían lo que debía hacer y que estaban de mi lado, sea cual fuese; que no estaba sola.
Sentí mis ojos lanzar chispas y brillaron de color rojo mientras dejaba a mi poder recorrer por mi cabello con libertad, disfrutando de la metamorfomagia que fluye por mis venas, nunca me sentí tan viva.
Sentía el fuego que me abrazaba desde dentro, no el que mató a aquellas personas en el incendio, sino el que me ayudaría a dormir al mundo entero si era necesario. Ya había descansado demasiado, era hora.
—A Hogwarts.
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Harry Potter y la hija de Voldemort: Firewords
FanfictionEsta es la historia de Harry Potter contra la fuerza más maléfica con la que se ha podido enfrentar: la hija de Lord Voldemort. Ella debería ser la encargada de destruirlo, y no él el encargado de restaurarla. ...