Epílogo

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Las vacaciones se pasaron realmente rápidas, me vi varias veces con el trío de oro, en la madriguera y en mi casa, y no dejamos de hablar por medio de cartas. Tal y como acordamos, nos reunimos en el callejón diagon para comprar los útiles del nuevo curso y muchas golosinas.

Ahora estoy viviendo con Calíope, al principio nos quedamos con mis padrinos hasta que conseguimos un lugar cercano y podemos visitarlos cuando queramos. La casa no es muy grande, pero es acogedora y perfecta para nosotras dos, con una habitación extra para huéspedes.

En algunas horas estaría en el expreso a Hogwarts, de camino a un nuevo año que prometía tranquilidad a diferencia del anterior, del que ya casi no se habla. No dormí mucho durante la noche, tal vez por la emoción, pero descansé lo suficiente y en la mañana no tardé mucho en bajar con mi baúl listo.

Calíope me acompañó hasta la estación y cruzamos el muro juntas, del otro lado ya se veía el habitual alboroto de las personas que se reencontraban y se despedían. Visualicé a varios de primer año, cada vez parecían más pequeños.

El viaje fue tranquilo y, en Hogwarts, el gran comedor esperaba nuestra llegada. Harry, Ron y Hermione se acomodaron en la mesa de Gryffindor, y me sonrieron mientras yo me desviaba con los de primer año.

—Profesor, —Dumbledore me miraba apacible desde el otro lado del escritorio—, no lo entiendo. ¿Por qué Marcel? ¿Qué estaba haciendo ahí? ¿Qué tiene que ver ella con Voldemort? 

—Tracy, el ministerio de magia consiguió descubrir ciertas cosas. Marcel, sangre pura, fue seleccionada por Voldemort cuando ella todavía no sabía hablar. Él quería un lazo incluso más fuerte que el de un mortifago, quería educarla y prepararla en las artes oscuras para que combatiera a su lado. Sabía que iba a necesitar un truco oculto desde que escuchó la profecía de Harry. Cuando fue vencido aquél día, Marcel quedó a cargo de Melania, con quien continuó sus estudios. —El director entrelazó los dedos de ambas manos mientras me miraba por sobre sus lentes de media luna—. Marcel sabía lo que hacía y para quién lo hacía, desde que llegó al colegio a estado ideando su plan, volviendo al joven Malfoy parte de él. Ella sabía de ti y quería hacerte el punto débil de Harry, si te hacías su amiga y al final le traicionabas, él sería más vulnerable. Pero, desde luego, ni ella ni Voldemort esperaban que respondieras de esa manera.

—Quiere decir que, básicamente, Voldemort la hizo su-

—Su hija, sí.

—¿Por qué no me involucró en el plan entonces? ¿No hubiese sido más eficiente hacérmelo saber y trabajar juntas?

—Supongo que, después de todo, no estaban tan seguros sobre ti. —Suspiré y desvié la mirada.

—Pero Voldemort no quería solo a Marcel, nos quería a ambas. Siempre ha sido de los que no se conforman con pocos tras de sí. —Dumbledore asintió, regresé mis ojos a los suyos—. Profesor, quiero pedirle otro favor. Quiero que me permita hacer de nuevo la selección, quiero estar segura del lugar en el que estoy, porque no quiero ser parte de una casa a la que no pertenezco. Tal vez sea realmente una Gryffindor, y me gusta, pero no puedo sacar tan fácil de mi cabeza el momento en el que el sombrero seleccionador gritó Slytherin.

—Desde luego.

Me acerqué junto a los nuevos al lugar donde McGonagall sonreía, cuando comenzó la selección mi nombre fue el primero que llamó. Subí bajo la atenta mirada de todos y me senté en el taburete, en cuanto el sombrero se posó sobre mi cabeza escuché su potente voz como un susurro en mis oídos.

—Tú por segunda vez, ¿eh? ¿Quieres confirmar cuál es realmente tu casa? Está bien, a mí también me gustaría salir de las dudas. —La primera vez que estuve en esa situación no me había pasado, pero en esa ocasión, yo realmente estaba sintiéndome muy nerviosa por el resultado. Ya no era igual a como entré, cierto, pero todas esas cosas que hice en el pasado todavía están ahí, y no van a irse—. Todo eso no se finge, no me equivoqué cuando te puse en Slytherin, pero conseguiste confundirme. Hay una razón por la que te cambié, tu decisión.

Yo era muy inmadura, aquél hechicero era mi padre, no dejaría de serlo, pero seré conocida no por él, sino por mí. Por lo que yo hago y no por lo que él hizo. Mejor amiga de Hermione Granger y Ron Weasley, y novia de Harry Potter. Hija de Calíope y Voldemort, pero Tracy al fin y al cabo. Ahora Tracy Hunter.

—Suena bien, ¡GRYFFINDOR!

—Suena bien, ¡GRYFFINDOR!

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Jsjs y se acabó esto. Solo me queda agradecerles por el apoyo que recibí de su parte durante todo este proceso, que no fue nada corto uwu. Gracias infinitas por llegar hasta aquí. ♡

Harry Potter y la hija de Voldemort: FirewordsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora