Decision final.

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Esa noche volvi a tener el sueño, pero siempre un final distinto. Esta vez yo misma le quitaba la mano a Sam para que cayese al barranco y cuando pensaba que hacer con Jason mi alarma sonó.

Todo el camino al trabajo pensé en esos sueños que tenía tan seguido últimamente. Siempre cambiaba el final.

Pero ese sueño me recordó que aunque Sam ya sabía mi decision, Jason aún no y ya que eran hermanos, no debía dejar pasar mucho tiempo pues Sam podría decirle a Jason.

Le mande un mensaje a Jason pidiéndole que viniera a mi oficina, y espere a que llegara.

Era el segundo día y Nat no se aparecía por aquí, tendría que llamarle más tarde.

-Kriss? ¿Puedo pasar?- Jasse se asomaba por la puerta de cristal de mi oficina y le hice señas para que entrase.

-Quiero ser directa contigo Jasse. Por favor no me interrumpas.- mire sería a Jason mientras mi corazón palpitaba a mil por hora dentro de mi pecho.- Hable con Sam.

Note como Jason se tensaba en su asiento y supe que el ya sabía a que venía esto.

-Le dijiste lo que yo no me atreví a contarle nisiquiera a Carol. Y eso no lo esperaba de ti. Sam quiere volver conmigo y tu también y ya que son hermanos he decidido no elegir a ninguno de los dos.- mire hacia mi monitor para no verle al decirle todo esto- Esta será la última vez que te busque Jason, y esperó que sea la última que tu lo hagas también.

Jason me miró como si no creyese lo que estaba diciéndole y yo sabía que si le seguía mirando iban a caer las lágrimas que tanto me estaban costando se quedasen dentro de mi.

-Lo siento Kriss no debí decirle, estaba enojado con lo que te hizo y yo sólo se me salió...

-No importa ya, ya lo sabe. Vete Jason, tengo trabajo y estas atrasandome.

Jason se paro y se fue. Y busque entre mis cosas viejas ese escudo que ya le había quitado a mi corazón, para volvérselo a poner.

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Corríamos huyendo de algo, cuando todos pararon en seco, pero dos chicos no lo lograban y caían al barranco.

Iba a ayudarles y veía que eran Sam y Jason, los intentaba subir a los dos pero ellos me tomaban de los brazos y me jalaban haciendome caer al barranco, pero a diferencia de ellos, yo no tenía de donde agarrarme.

Caí, caí y caí y al llegar al final me rompí como una muñeca de porcelana, mis partes por todos lados, menos donde debían estar.

Y arriba, sanos y salvos estaban Jason y Sam, mientras yo yacía rota en el fondo de un barranco a donde ellos me habían aventado.

Recordatorio: NO ENAMORARMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora