Impertinente

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Cuando desperte, recordé el final de ese sueño que tanto se paseaba por mis noches, entonces entendí algo, ese sueño era una manera metafórica de representar lo que me sucedía.
De alguna manera ame a Sam y a Jason pero ellos sólo me derrumbaron aún más.

Estaba muy tensa y si les soy sincera no tenía nada que hacer así que llame a Nat para que viniera a mi casa ya que yo era una completa antisocial, sólo Car me sacaba a socializar pero yo por mi propia cuenta apestaba para eso.

Poco tiempo después Nat llegó con comida china, yo aún seguía en pijama.

-Hola enana.-Nat me miró y comenzó a reir- Esa pijama de unicornio es tan graciosa, es con la que comenzamos a hablar y nos hicimos mejores amigos recuerdas?

-Lo recuerdo. Es mi pijama de la felicidad, me alegra cuando estoy triste.

Nat posó la comida en la mesita de la sala y nos sentamos en el suelo alrededor de la mesa.

-Estas triste porque traes esa cosa puesta, pero ¿porque?

Introducí un poco de comida china en mi boca para no contestarle a Nati. Sonó el timbre y eso hizo que Nat se parará a abrir, con suerte cuando regrese ya lo olvido.

-Ahora vuelvo.

Paso un rato cuando escuche como Nat regresaba pero conversando con alguien. Por la manera en la que hablaban supe que no era Jason.

-Kriss tienes visita.

Voltee y vi a Sam parado al lado de Nat. ¿Que era lo que no le había quedado claro?

-Se que estas preguntándote como consegui tu dirección, digamos que el otro día te segui... Sabía que tu no me la darias.

-Este chico me agrada más que Jason, Kriss.

-No seas impertinente Nat.-dije mirando al chico que al parecer tenia un favorito cuando yo habia decidido alejarme de los dos, aunque claro, el no lo sabia...- Y en cuanto a ti Sam, te dije que no debíamos vernos mas.

-Ya te perdí una vez, y no pienso perderte de nuevo.

-¡No puedes perderme de nuevo Samuel, porque nunca me recuperaste!

Estaba totalmente irritada, Sam se noto sorprendido, como si hubiera creído que yo ya estaba entre sus brazos de nuevo, cuando nisiquiera sabia si podía volver a confiar en el.

-Vete. Y tu Nat, si vas a molestar mejor vete con el.- seguido de eso me pare del suelo y me encerré en mi cuarto.

Minutos después alguien toco en la puerta de mi habitación.

-¿QUE?

-Kriss, no me fui, por favor sal tenemos que hablar.

Algo dentro de mi me decía que ya sabia que Nat no se había ido... así que me pare y salí de mi cuarto.

-Buena chica- palmeo mi hombro y yo le gruñí.- ahora creo que tienes muchas cosas que contarme.

Creo que no tengo mucho que decirle, no puedo decirle aun.

-El que vino es mi ex, Sam. El me engaño y lo deje.

-Todos cometemos errores Kriss, yo creo que esta arrepentido, puedes darle otra opor...

-Es hermano de Jason.

Nat abrió los ojos como platos, después regreso a la normalidad y se quedo procesando la información un rato hasta que por fin hablo.

-¿Por eso dejaste a Jason? Te alejaras del chico que amas porque es el hermano del chico que amaste...

-Entiendes rápido Nat....

-Lo siento.

-¿Que sientes?

-Que el regresara a tu vida.

-Con Jason en mi vida, el tarde o temprano regresaría.

Los dos guardamos silencio unos minutos hasta que decidí que debía romper la tensión.

-Oye por cierto, no fuiste dos días seguidos a verme al trabajo. ¿tienes una nueva novia o algo?

Nat comenzó a reírse y me miro como si no creyese lo que yo acababa de decir.

-Kristell por favor, no tengo una nueva novia, ni la tendré. Falte a tu trabajo porque fui a ver a Melany, me pidió ayuda con unas tareas. Eres una mal pensada y celosa porque apostaría mi dedo meñique a que si algún día tengo una novia, mi mejor amiga se pondrá muy celosa

-Tal vez sea celosa...

-Lo eres,no te dejare tener novio nunca, jajaja.

-Tonto.

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Esa noche soñé con Sam. El me regalaba un ramo de rosas pero en la tarjeta no decía mi nombre sino el de Emily, su vecina.

Yo lloraba porque lo quería pero cuando dejaba de llorar veía a Jason frente a mi, ayudándome.

Me besaba suavemente y yo me relajaba cerrando los ojos, pero cuando los abría no era Jason, era Sam.

Detrás de el salia Jason y comenzaban a gritarme que los elijera. No sabia que hacer así que me iba corriendo, corría hasta llegar a la nada y ahí me quedaba tranquila.

Deje de soñar pero seguí dormida, tanto que no fui a trabajar.

Recordatorio: NO ENAMORARMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora