A mi Querido Profesor.

Capítulo dieciocho.

Antonio me soltó y decidio empezar a asomar su cabeza para fijarse de quién se trataba.

-Señor, disculpe la molestia pero deben de irse, pronto van a encender las cámaras. - dijo el guardia del lugar con su voz temblando.

- No te preocupes. - respondió mientras tomaba mi mano y me llevaba hasta la salida. 

Me abrió la puerta del copiloto y luego el sentó en el asiento del conductor, encendio el auto y nos empezamos a alejar del lugar, a los pocos minutos de habernos ido le dije:

- Me encanto, muchas gracias. - dije dándole un beso tierno en la mejilla.

- Fue todo un gusto. - respondio mientras se esbozo una ligera sonrisa y me miro sin perder la vista en el camino.

Cuándo llegamos a mi hotel, me desabroche  el cinturón me despedí de un beso por la mejilla y y cuándo iba a salir el tomó mi brazo y dijo:

- Jane...- en un tono nervioso y vi como su labio inferior temblaba.

Sin dejarme hablar, me extendió hacia él, tomo mi cintura y otra mano en mi rostro cuándo poso sus labios sobre los míos empezando a dar un beso apasionado le seguí el beso, en un momento escuche donde me dijo:

- No sabes cuánto e esperado para volver a besarte así.
Y volvió a poner sus labios contra los míos de una manera aún más apasionada.
Sonó su celular y me aleje y le dije:

- Contesta, yo ya me iré a dormir.

Salí del auto y empece a subir las escaleras del hotel y entré subí al ascensor y llegue a mi habitación me dirigí al baño y pude notar que tenía mis labios terriblemente hinchados, seguro era de esa larga sesión de besos, me cambie un short de pijama que tenia cuadrados de colores y una blusa blanca holgada, y me removí el maquillaje y quedé dormida al instante.

Agh, quién llama tan temprano.-dije con un ligero gruñido y frunciendo el sueño, contesté mi télefono y vi en el indicador que decía: Nicolás.

- Dulzura, ¿como amaneciste?. - dijo con ese dulce tono de vos que usa para referirse a mi.

- Bien inclusive acabó de despertar, y ¿tu?

- Bien, linda no me quieres acompañar a tomar un desayuno y luego damos un paseo. ¿Que te parece?

- Bueno me avisas cuándo estas aquí.

- Si, entonces pronto nos vemos.

Tomé mi télefono y vi que mi Email estaba lleno decidí contestar unos correos importantes y llegue a mirar uno de mi jefe y decía:

Hola Srta. Agüero.

Espero disfrutes tus vacaciones, han habido ciertos daños en nuestras instalaciones y no se puede trabajar en ellas, hasta que estén del todo reparadas.

La remodelación será de un mes, gracias que ya habíamos avanzado mucho la revista los detalles ya estan solo debemos de encargarnos de responder unos cuantos correos y que tu por mientras trabajes desde casa.

Tus cosas de la oficina serán enviadas a tu apartamento y si aún no has vuelto de Argentina quedarán en la recepción de tu edificio, y tu sueldo llegará regular.

Me despido.

No lo puedo creer, podía quedarme aquí más tiempo disfrutando de Argentina y más que hoy es fin de semana y Claudia y Catalina no tienen que trabajar y igual Nicolás.

Escuche que alguien tocó la puerta y yo estaba en ropa interior.

-¿Quién es?. - pregunté.