Capítulo Treinta.

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Una semana después.

Voy platicando con Kaethennis, buscando algo que almorzar ya que hemos hecho entrevistas a miles de fotógrafos durante toda la mañana.

- Tu eres la embarazada, de que tienes antojos. - murmura Kaethennis mientras acomoda su cabello de lado.

- Estoy de dos meses, aún no llego a esa etapa del embarazo. - murmuro. - Pero ya que tengo que seguir una dieta me suena que un sándwich con un acompañamiento de una sopa de tomate y albahaca. - digo mientras remojo mis labios.

-Y dices que a los dos meses las embarazadas no tienen antojos. - murmura Kaethennis entre dientes.

Ruedo mis ojos y seguimos caminando y platicando.
Llegamos al restaurante de comida rápida saludable y pido un sándwich de pavo con muchos vegetales, con mi sopa de tomate y albahaca y un refresco natural.
Kaethennis se pide una ensalada y un refresco natural.

Nos sentamos en una mesa para dos y apenas llegamos empiezo a devorar mi sándwich.

- Esta buenísimo. - murmuro con un poco de sándwich en mi boca y haciendo una cara de que estoy amando mi sándwich.

- Puedo notarlo. - dice Kaethennis entre risas y tomando un poco de su refresco.

***

- Gracias por aceptar darme clases a esta hora. - murmuro hacia Héctor.

- Nada que agradecer, ¿Como va su embarazo?. - me pregunta con una sonrisa.

- Muy bien, lo único es que el trabajo está algo pesado. - murmuro mientras pasó una mano por mi cabello.

- Ya veo. - murmura Héctor.

Cuando voy a arrancar el automóvil a Héctor le llega una llamada entonces espero.

Cuando termina la llamada tiene una gran sonrisa en su rostro.

- ¿Buenas noticias?. - digo con una sonrisa.

- Sí, mi esposa consiguió una entrevista de trabajo con una importante revista de modas. - murmura sin quitar su sonrisa.

- Me alegro mucho, ¿cuál revista?. - pregunté mientras me hacía una coleta alta.

- No me se el nombre de la revista, pero es ese edificio en el cuál usted me espero ahora. - dice Héctor.

- Ya veo. - murmuro.

Sabía que yo junto a Kaethennis seríamos las que haríamos la entrevista a la esposa de Héctor pero no haría preferencia, si consigue el trabajo sea porque se lo tiene bien merecido.










Abro la puerta de mi departamento, y luego la cierro detrás de mi. Doy una mirada panorámica a mi departamento y a pesar de que no está impecable decido no limpiarlo aún, ya que en realidad estoy muy cansada. Dejo mi bolso en el sofá y camino a la alacena por una galleta de avena con frutos rojos, en lo que disfrutó de mi galleta mi celular comienza a sonar camino rápido hacia mi bolso y cuando llego al bolso, prenso la galleta con mis dientes sin comerla para tener mis manos libres y buscar el celular el cual sigo buscando y no encuentro.

- Maldito celular donde estas. - digo enojada.

Registro mi bolso y está oculto en un bolsillo que tiene mi bolso lo saco del bolso, y con mi mano quito la galleta de mi boca y contestó el teléfono diciendo:

- ¡Hi!.

- ¿Jane?. - murmura una voz aguda, me suena conocida pero no logró reconocerla.

A mi Querido Profesor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora