Capítulo Cuarenta.

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- Ya nos vamos sólo peino mi cabello. - murmuro en un grito hacia Jayden el cual está mirando cada detalle en mi habitación. Dejo mi cabello suelto pero lo alacie un poco más, camino hacia mis perfumes y miro que Jayden mira detenidamente una foto de cuando yo era niña y salen ambos de mis padres a mi lado.

- Son mis padres. - murmuro detrás de él y dejando un beso en su mejilla.

- Sos idéntica a tu padre. - murmura mientras me mira y me abraza.

- Si,tengo muy buenos recuerdos sobre el y mi madre en Argentina, eran buenos tiempos hasta que mi madre empezó a comportarse de una mala manera y el comenzó un romance con su asistente, que trillado, ¿No?. - murmuro dando una risa entre dientes. - Cuando el huyó con su amante mi madre enloqueció y comenzó a fumar, tomar, salir con hombres, incluso si yo me oponía ella me golpeaba, tal vez por eso busque amor en alguien más y ese fue Antonio. - murmuro y una lágrima cae por mi mejilla.

- Pero las cosas han cambiado preciosa, ahora vos tendrás a tu familia. - dice y pasa una mano por vientre, asiento con mi cabeza y luego le doy una sonrisa y lo abrazo.

- Vamos o si no llegáramos tarde. - murmuro a Jayden el cual me da una sonrisa y me sigue.







- ¿Quieres escuchar los latidos de su corazón?. - Me pregunta la doctora.

- Claro que si. - respondo con una sonrisa en mi rostro.
Comienza a escuchar los latidos del corazón por toda la habitación y yo sólo miro donde se ve mi bebé en la pantalla no muy grande.

- El próximo mes podrá saber su sexo. - murmura la doctora. - ¿Desea tener un sexo en específico?. - Me pregunta.

- Realmente no, sólo deseo que nazca sano. -murmuro viendo mi vientre con ese gel frío sobre él.

- Recuerde que ya este es el último mes que podrias tener riesgo a un aborto espontáneo. - Me dice mientras da una sonrisa.
Asiento con mi cabeza, sucede lo de siempre excepto que ya no consumo ningún tipo de medicamento ya que los vomitos han desaparecido.

- En esta etapa irás teniendo cambios de humor y será grande las ganas de orinar, y ambos síntomas irán aumentando conforme el embarazo avance, sin embargo ahorita no tendrás muchos. - dice y escribe algo en el monitor. - Acá está el día y la hora de tu próxima cita. - murmura entregando el papel donde lo dice.

- ¡Gracias!. - murmuro con una sonrisa. - ¡Hasta luego!. - digo tomando mi bolso y saliendo del consultorio.
Cuando salgo miro aquella rubia que me había ofendido llorando en el hombro de una de sus amigas que la acompañaba la vez pasada.
Su amiga me mira y me da una mala mirada, la rubia me mira y quita sus lágrimas.

- ¿Que estas viendo?. - Me dice en un tono grosero.

- Disculpa, pero creo que ya tienes que entrar. - murmuro señalando el consultorio.

- Lo sé, se lo que debes de estar pensando que ahora seré mamá soltera, pero estamos en el mismo mundo ahora, querida. - dice dandome una sonrisa llena de sarcasmo.

- Eres patética, eso no es lo peor del mundo "querida". - digo resaltando la palabra; querida y haciendo comillas con mis dedos. Camino hasta Jayden y el me sigue al ascensor.

- Joder esa mujer parecía estar loca. - dice Jayden pulsando la tecla para que el ascensor baje.

- Si. - digo con un risa entre dientes.

- ¿Quien es?. - Me pregunta.

- La conocí hace como un par de meses porque me insultó por que sería una mamá soltera y ahora ella al parecer lo es. - respondo mientras miro como el ascensor se abre y una pareja sale de el.

A mi Querido Profesor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora