Capitulo veintidos

3.2K 113 6
                                    

No lo puedo creer, que estoy mereciendo para que el Karma me haga esto, recuerdo que e sido una buena persona pero a ver Jane piensa, y si a volver a mentir.
Con un nudo en mi garganta logré sonreír, supongo que fue mi sonrisa más falsa pero era mejor que huir.

- ¡Que falsedad!. - murmuro Julieta para Antonio mientras tomaba un trago de su copa.

Sabía que tenía que evitar ese momento ya y decidi decir:

- Cariño, vamos a saludar a Lea y Juan Pablo y de paso a tu madrastra. - murmure a Nicolás dandole un suave beso en sus labios.

Nicolás asintió hacia mi propuesta y me guió hacia su madrastra, era una mujer alta, un cuerpo bonito para su edad pero si con unas cuántas cirugías por supuesto, sus ojos eran azules y su cabello era largo y totalmente plateado, su vestido era blanco de mangas largas y totalmente al cuerpo, cuándo llegaba a las rodillas caía hacia todo el suelo incluso tapaba sus pies, su collar era dorado y muy abstentoso y unos aretes pequeños. Su cabello estaba suelto con unas ondas en las puntas de su cabello.

Nicolás saludo a Agatha y le dio un ligero abrazo y murmuro:

- Agatha ella es mi novia, Jane.

- Tú eres la Jane de la que tanto me han estado hablando. ¡Un gusto!. - murmuro extendiendo su mano y mirandome, no la veía exactamente agradable como lo era Danilo.

- ¡El gusto es mío! También me han hablado mucho de usted,¡Felicidades por cierto!. - dije tomando su mano y sonriendo levemente.

- ¡Oh Cariño! Ya esas felicidades no valen, son años de estar casada con ese hombre, pero claro nunca es malo tener un momento para presumir mi matrimonio. - murmuro riendo entre dientes.

- ¡Por supuesto!. - murmure dando una risa fingida ya que su comentario fue una idiotez.

- Agatha, luces muy linda. - murmuro Nicolás.

-¡Gracias!, por cierto ¿y tu hermanita?, se enojo porque dije que le cortaran y arreglarán ese desastrozo cabello, pero quedo mucho mejor a como lo tenía.

- Iré a buscarla. - dijo Nicolás dejándome sola con Agatha.

- ¿Ya conociste a mi hijo, Jane? Por cierto te me haces conocida. - pregunto.

- Sí Nicolás hace poco nos presento. Y no lo creo yo soy de Buenos Aires y actualmente vivo en New Yorķ .-respondí.

Si supiera que lo conozco hace años y más en todos los sentidos que ella piensa.

- Seguro te confundí. Es muy simpático, ¿ya hablaste con Julieta? Supongo que te llevarás de maravilla con ella, es una dulzura de mujer. - murmuro dirigiendo su mirada hacia Antonio y Julieta que hablaban con Lea.

Asentí con mi cabeza y sonreí apenas un poco, ya que Julieta me parecía todo lo contrario a una "dulzura de mujer".

- Iré por algo de tomar, ¿Le traigo algo?. - murmure.

- No, gracias. - respondio.

Empece a caminar hacia algún camarero que me diera una copa o bueno dos para ver si con un poco de alcohol aceptaba mas lo que me estaba sucediendo.

- Regáleme dos copas de champagne si me hace el favor. - dije al camarero.

- ¿Dos?. - murmuro mirandome.

- Sí, dos. No sabes lo que estoy pasando en realidad necesito dos, así que no me critiques. - dije mientras lo señalaba con mi dedo índice.

- Si, señorita. - murmuro mientras asentía con su cabeza.

A mi Querido Profesor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora